Emprenden gracias al jengibre
Hermanas mantienen una línea de productos artesanales que van desde jarabes hasta piques.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Imagina todo lo que se puede hacer con el jengibre, que Krajo Julieta lo tiene.
Desde el 2017, las hermanas Lourdes, Lilly y Vanessa Camareno, decidieron unir esfuerzos como agroempresarias para cultivar jengibre en lo alto de la Cuesta del Tigre, en el barrio Pitahaya del municipio de Luquillo.
Así crearon una gama de 22 productos artesanales que van desde jarabes, te, jugos, piques, ungüentos, salsas y postres, todos a base de jengibre y en combinación con otros ingredientes naturales.
“Cuando me diagnostican con síndrome de Crohn, empiezan a quitarme alimentos; me quitaron el café, así que hice el té de jengibre con cúrcuma aprovechando los beneficios antiinflamatorios que tiene. Me quitan el pique y yo uso pique en todo, así que hice mi pique de jengibre antiinflamatorio también. Entonces, le dije a mi hermana Vanessa que si ella estaba conmigo, yo me atrevía a lanzar todos esos productos porque a la familia y a las amistades les estaba gustando. Después se lo dijimos a Lilly, quien en ese tiempo estaba trabajando como maestra y ella también entró al grupito de Krajo Julieta”, explicó Lourdes, quien tiene 62 años.
Así, las hermanas oriundas de Guaynabo comenzaron su aventura con el jengibre desde la finca del esposo de Lourdes, Javier Cotto, que ubica en la falda de El Yunque.
“Aunque tenemos una finquita en Guaynabo, nos gustó la idea de empezar a cultivar aquí en la falda de El Yunque para hacer un producto más fresco y garantizar la calidad del producto”, comentó la hermana mayor.
La finca resalta entre el verdor de la zona por las múltiples gomas de auto colocadas en el suelo y pintadas mayormente de color rojo, a excepción de algunas blancas y azules que ayudan a formar una bandera de Puerto Rico. Estos neumáticos sirven como tiestos para los cultivos, de manera que pueden reciclar y a la misma vez tener un ambiente propicio para sus frutos.
“Se utilizan gomas primero para ayudar a la comunidad porque había un montón de gomas tiradas por ahí y decidimos montarlas en mi guagua y llegamos a limpiarlas y pintarlas. Además, porque se rellena la goma de tierra, se siembra el jengibre y se nos multiplica una cosa terrible. También la goma guarda la humedad y cuando hay sequía se conserva húmedo por más tiempo”, especificó Lourdes.
Luego de la siembra y la cosecha, viene la parte creativa de confeccionar sus productos y las hermanas tienen como base lo que aprendieron de su abuela, Manuela Martínez, quien les hacía teces para el cuidado de la salud. Es así como pasaron a crear diversos productos con propósitos medicinales.
“Queríamos volver a los tiempos de la abuela Manuela. De ahí, hemos seguido añadiendo los jugos de jengibre y cúrcuma, y el de jengibre y grosellas que, además de darnos salud nos da mucha energía. También tenemos el aceite para dolor muscular y artritis, el Jarabe de la Abuela para la tos, dolor de garganta, inflamación y para subir el sistema inmunológico. Además, hacemos El Coco de Julieta que es un aceite para la dermatitis y piel reseca”, detalló Lilly Camareno, quien tiene 60 años y es maestra retirada.
El trío de hermanas tienen en común su pasión por cultivar la tierra, pero igual disfrutan el cocinar en el fogón en su finca mientras acampan para trabajar. Es allí donde nacen las ideas de nuevos productos que luego comercializan.
“Nosotras creamos un aderezo de jengibre para ensaladas, salmón y pescado; también una salsa de guayaba para carnes, para el BBQ y para ‘dipear’ con queso frito. Con el jengibre también trabajamos mermelada, dulce de coco, dulce de grosellas, pique, miel, chimichurri, marinado, mojito de parcha y jengibre y hasta las Lágrimas de Julieta (pitorro)”, destacó Lilly, quien asegura que “la gente se queda sorprendida porque dicen que no sabían que con el jengibre se podía hacer tanto”.
Así como cuentan con una enorme variedad de productos, el flujo de trabajo de las agricultoras es mucho, pero viven complacidas de que con sus manos trabajan para ayudar a otros y, de igual forma se disfrutan compartir juntas en esta aventura.
“Es bien retante, son muchas horas, pero compartimos y la pasamos bien. Algunas veces estamos hasta las 10:00 de la noche produciendo. Por ejemplo: el proceso del jarabe dura de 4 a 5 horas y esto no es fácil porque no es abrir potecitos y seguir mezclando. Nosotras nos sentamos las tres a mondar el jengibre, a picarlo. Hay unos alimentos que son rayados, hay otros que como el té que son hervidos. El dulce de coco lo hacemos aquí en el fogón con leña, el dulce de cereza y los otros los hacemos en Guaynabo”, sostuvo Lourdes.
Ese amor que le ponen a su empresa, les ha llevado a conquistar a sus clientes, incluso el año pasado su volumen de pedidos aumentó luego de que casualmente en entrevista con Primera Hora, se diera a conocer que el Jarabe de la Abuela de Krajo Julieta, a base de jengibre, sábila, cúrcuma, miel y limón era parte del cuidado de la voz del cantante Daddy Yankee.
“Nos tomó por sorpresa, él dijo en medio de una entrevista: “Tráeme lo mío” y cuando la reportera (Rosalina Marrero) vio el envase con la bandera de Puerto Rico, le preguntó qué era”, contó Lourdes.
“Esto es lo más duro que hay. Eso es lo que yo uso pa’ la garganta y es local de Puerto Rico, pa’ que lo apoyen”, dijo el artista en aquel entonces.
Desde ese momento, la gente no ha parado de pedir el Jarabe de la Abuela, incluso, las Camareno, afirman que más artistas del género urbano se han sumado a la fiebre y les han pedido su jarabe, pero no soltaron prenda de quiénes son.
Lo que sí confirmaron fue el por qué decidieron llamarse Krajo Julieta, un misterio que solo el que prueba sus productos puede descifrar.
“La gente al probar los productos decían: cara… que rico está y eso venía acompañado de la expresión de Mónica Puig cuando ganó la medalla de oro o Tito Trinidad cuando le ganó a Oscar De La Hoya… Es que eso es algo cultural. De ahí le dije a las muchachas que le pusiéramos Krajo Julieta porque es algo más comercial, pues la gente va a sentir la curiosidad de saber”, dijo Lourdes.
Por su parte, Vanessa, quien se mostró más reservada en la entrevista, fue más al grano y comentó: “nosotras le decimos que el Julieta tiene acento y la gente no entiende. Entonces le decimos: “Krajo Juuulieta” y entonces lo captan y se ríen”, puntualizó.
Para información, puede llamar al 787-243-2793.