Ellas provocan el cambio en la competencia
Las gimnastas de las Olimpiadas París 2024 abren la puerta a competiciones más diversas, más inclusivas y más positivas
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PARÍS. Simone Biles lanzó una mirada cómplice a Jordan Chiles en el podio.
Las amigas de toda la vida y compañeras del equipo de gimnasia de Estados Unidos sabían que necesitaban encontrar la manera de honrar a la estrella brasileña Rebeca Andrade. Pero no estaban seguras de cómo hacerlo.
Lo que se les ocurrió después de que Andrade ganara la medalla de oro en la prueba de piso al final de largos días de competencia fue el símbolo del momento que vive su deporte; el lugar en el que se encuentra y hacia dónde parece dirigirse.
Tanto Biles, la considerada mejor de todos los tiempos, como Chiles, tres veces medallista olímpica, se arrodillaron e hicieron una reverencia a la brasileña. Fue una muestra de respeto a Andrade, cuya excelencia es un símbolo de un deporte que se está volviendo más diverso, más inclusivo y quizás más positivo a medida que avanza.
“Era lo correcto, lo que debíamos hacer”, dijo Biles sobre ese momento que rápidamente se volvió viral.
Biles y el resto del equipo femenino de Estados Unidos terminaron su “Gira de la Redención” al recuperar el oro en la final por equipos. Biles exorcizó cualquier duda que quedaba de los Juegos de Tokio y también silenció a sus detractores al ganar un segundo título en el concurso completo ocho años después de su primero.
Andrade llevó a Brasil a su primera medalla olímpica por equipos (un bronce), luego agregó tres más en la competencia individual, antes de convertirse en la primera mujer en superar a Biles en una final de ejercicios de piso.
Pero además de las hazañas de estas mujeres en la arena de competencia, allí se destacó como nunca antes en unos juegos olímpicos las buenas vibras; las muestras de compañerismo entre las competidoras, de apoyo, de solidaridad frente a la agonía de una caída o una mala rutina, o de felicidad y emoción ante a un logro, evidentes en los constantes abrazos compartidos en los 10 días de competencia.
Sin importar la nacionalidad. Sin importar la edad. Sin importar la puntuación. Sin importar cuánto se conocieran.
Biles, que regresó a unas olimpiadas luego de abandonar las de Tokio 2023 por una condición que le provocó bloqueos mentales, sabía que sería el foco de atención. Pero en recurrentes muestras de humildad deportiva, lo redirigió hacia el resto de las competidoras tan a menudo como le fue posible.
Lo anterior fue notorio en el que posiblemente fue el último día de su carrera, cuando se podía escuchar su voz gritando palabras de aliento a cada una de las otras finalistas de la viga de equilibrio.
Andrade, por su parte, pasó a la historia del deporte, no solo por ser la gimnasta que pudo desbancar a Biles y quedarse con el oro en la prueba de piso de gimnasia artística, sino también por ser la atleta con más medallas en la historia del deporte brasileño.
“Estoy muy contenta y orgullosa de lo que he hecho. Venimos aquí todos los días para competir y rendir”, declaró a la prensa tras ganar el oro en delaraciones que recoge el periódico El Universal. “La gimnasia no es un deporte fácil, exige mucho de nuestro cuerpo y nuestra mente. Confiaba en poder gestionar toda la presión y trabajé con mi entrenador para conseguir lo que logramos”.
La de ella es la historia de un gran logro deportivo luego de años de superación, que afloran en eventos de magnitud mundial como Paris 2024, entre hombre y mujeres, pero que siempre resaltan cuando se trata de atletas que vienen de hogares liderados por madres solteras.
En el caso de Rebeca, su madre tuvo que ocuparse por ella y sus siete hermanos. Desde pequeña comenzó a practicar gimnasia y pese a que se tardaba cuatro horas para asistir a los entrenamientos y regresar a casa, nada fue impedimento para desarrollarse en el deporte que tanto llamó su atención.
Los problemas económicos en casa hicieron que Andrade dejara la disciplina hasta los 9 años, cuando la retomó en una Academia de Curitiba, Brasil. No fue sino hasta 2015 que pudo comenzar a competir en torneos internacionales para adultos, siendo la medalla de plata en la Copa del Mundo de Eslovenia la primera de una historia llena de logros.