Ellas hacen la diferencia
Un grupo de mujeres lidera proyectos comunitarios en Culebra.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
PUBLICIDAD
Hace más de una década que varias mujeres se juntaron para labrar un camino de justicia y equidad social para las familias culebrenses, invirtiendo su esfuerzo en la niñez temprana y, a la vez, velar por la seguridad alimentaria de una población que recibe el 90% de sus víveres desde la Isla Grande.
Así nació Mujeres de Islas, una organización comunitaria sin fines de lucro, cuya misión es crear proyectos de beneficio para la gente de Culebra desde la base, por lo que iniciaron su lucha en defensa del teatro que estaba abandonado y convertido en establo.
Luego rescataron la antigua escuela pública que actualmente anida a varias entidades, donde rehabilitaron el comedor escolar y varias oficinas, que transformaron en comedor social con energía solar, un aula hotel de tres habitaciones y oficina.
Además, convocaron a los residentes para cultivar varios frutos que garanticen la soberanía alimentaria de la Isla Chiquita en caso de fenómenos naturales o cualquier otra emergencia como ha sido la pandemia del COVID-19.
De acuerdo con una de las cofundadoras, Dulce del Río Pineda, “Mujeres de Islas es una organización sin fines de lucro y de base comunitaria que nace de lo que la misma comunidad va identificando”.
“Con el programa de Arte Solidario, el proyecto Siembra desde el 2014, impactamos a nuestros niños en edad temprana. El premio Nobel de economía, James Heckman, nos pone en su propuesta, que la inversión en la niñez temprana es la mejor inversión. Si uno invierte en la niñez temprana, tendremos un mejor país. Es la mirada que Mujeres de Islas siempre ha tenido y eso engrana un poco los demás proyectos que vamos teniendo”, sostuvo la educadora.
“El proyecto de Arte Solidario nace de unas mujeres con niños pequeños que participan en el proyecto Siembra y es la primera vez que estas jóvenes cogían un pincel. La transformación de estas mujeres que impacta a sus hijos e hijas nos lleva a asegurar que sigan teniendo experiencias en el campo de las artes visuales. No solo impacta a las mujeres que están allí, sino que ellas también aportan en sus respectivos espacios”, acotó.
Por su parte, Sylvia Milagros Lleras Silva, explicó que para atender la realidad de los culebrenses que dependen del transporte marítimo para recibir los alimentos, la entidad priorizó el concienciar sobre la necesidad de producir su propia comida.
“Nos preocupaba la soberanía alimentaria, porque si en Puerto Rico la cosa se pone fea, eso fue antes del huracán (María), imagínate Culebra. Si importamos más de un 90% de Puerto Rico, primero tendría que llegar allá y luego a Culebra. Empezamos a trabajar la concienciación de vamos a sembrar. Somos una población de 1,200 habitantes”, sostuvo al señalar que el proyecto cuenta con siembras de parcha, gandules, yuca, limoncillo, plátano, entre otros frutos.
Mientras que el desarrollo de un comedor social con cocina industrial les ayudará a trabajar con las emergencias, tal como hicieron durante la pandemia donde semanalmente repartieron más de 600 cajas con alimentos.
Esto a través del programa Sazón, que fue posible con la ayuda de otras organizaciones tales como World Central Kitchen, Hispanic Federation, AmeriCorps, Puerto Rico por Puerto Rico e individuos por separado.
“Hicimos un comedor con placas solares, al igual que nuestra oficina y en caso de emergencia cubre esta área. Lo preparamos y en caso de emergencia podemos seguir trabajando; es una cocina comercial con el apoyo de varias organizaciones. Al programa de Sazón están viniendo estudiantes de la escuela pública, aprenden y hacen cosas aquí”, acotó.
Del Río Pinar reveló que “esa cocina está ahora a punto de firmar un acuerdo para la Universidad Ana G. Méndez del Este para que, a través de su escuela hotelera, ellos van a venir a ofrecer cursos presenciales y virtual para cursos de repostería, panadería nutritiva, entre otros”.
“También tenemos el Aula Hotel; era una oficina que se convirtió en tres habitaciones doble con sus camas individuales, baño, cocina y comedor compartido y ese espacio se utiliza para voluntarios que quieran venir. Los costos de vivir en Culebra comparan con los precios de Nueva York, por lo que traer a alguien acá es bien oneroso”, lamentó.
“Somos el ‘Community Hope designado por el Negociado de Emergencias y Administración de Desastres. De hecho, por tener el espacio de la cocina y el hotel, tenemos esta designación. Eso significa cuando haya otro evento ya sea natural o pandemia para repartir las cosas al resto de la comunidad”, reveló.
Finalmente, estas féminas apuestan a la economía solidaria para sacar adelante a las familias culebrenses mediante un proyecto incubadora con el que pretenden continuar moviéndose hacia la autosuficiencia con proyectos inclusivos. Todo bajo la mirada compasiva hacia una población que anidó en su corazón.