Centinelas de la tradición del mundillo
Las Tejedoras del Jaicoa llevan 13 años difundiendo el arte del encaje para mantener vivo un legado importante de la cultura mocana.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
PUBLICIDAD
MOCA. Con sus miradas fijas en el patrón y sus manos diestras trabajando el fino hilo enrollado en los bolillos de madera, las Tejedoras del Jaicoa discuten una variedad de temas que van desde cómo continuar mejorando y difundiendo su arte, hasta qué pueden hacer para ayudar a su pueblo a través de diversas iniciativas comunitarias.
El grupo compuesto por 14 mujeres se estableció en 2008, con el fin principal de mantener la antigua tradición del encaje que se introdujo a la Isla a finales del siglo 19 por tejedoras españolas y que ha prevalecido, especialmente, en la conocida Capital del Mundillo, generación tras generación.
Cada tercer jueves de mes, se reúnen para continuar creando sus bellas piezas, que incluyen ropa de bebé, pulseras, marcadores de libros y adornos para el hogar, con las que se han dado a conocer en lugares tan distantes como África.
“Es una emoción que nos encanta a nosotras… Para nosotras es una terapia. Además de que es un arte mundialmente conocido, pues también nos da satisfacción. Cuando la gente viene a comprar sus piezas y dicen ‘oh, qué cosa hermosa, qué cosa bonita’, eso nos enorgullece”, expresa Annie Hernández, presidenta de las Tejedoras del Jaicoa, mientras teje un cuadro para una sabanilla de bebé.
La técnica del mundillo, además de ser difícil, requiere de mucha perseverancia, paciencia y precisión, por eso es importante fomentar su práctica desde temprana edad.
“Aquí hay diferentes artesanas que enseñan talleres en sus casas a niños de seis años en adelante, para que aprendan lo que es nuestra cultura, aquí en Moca, la Capital del Mundillo”, agrega la presidenta del grupo, que como parte de su misión ha regalado equipo para hacer el mundillo a niños y jóvenes de la comunidad, además de atender otras necesidades de familias, como donar alimentos y compras.
Según explicó la experta, en Puerto Rico hay cerca de 9,000 mundillistas. En el caso de las Tejedoras del Jaicoa, como entre sus miembros hay oriundas de Moca y Aguadilla, adoptaron el nombre de la formación montañosa que ubica entre ambos pueblos: la cordillera de Jaicoa. También recordó que en el 2009 sus creaciones llegaron al Salón de Estado de La Fortaleza, donde entregaron 60 servilletas de colección confeccionadas por ellas.
“Este arte es algo que es bien preciado. Cuando los demás dejaron la industria de la aguja Moca siguió, forma parte de nuestra historia y por eso es nuestro orgullo”, reitera por su parte Sandra Rodríguez, artesana del grupo y mundillista hace 30 años.