Casa Protegida Julia de Burgos cumple 10 años brindando vivienda permanente a mujeres
Un total de 32 féminas, muchas de estas con sus hijos e hijas, se han beneficiado del programa.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Cándida Negrón Santiago es una mujer de 61 años, madre de tres hijos, ya adultos. Se reconoce como una mujer feliz, tranquila, en paz. Llegar al estado emocional que describe es resultado de haber tomado la determinación, hace ocho años, de romper con una relación violenta de 37 años, en la que sufrió “todo lo que un maltratante puede hacer”, según sus palabras. El agresor en este caso se quitó la vida.
Negrón Santiago aún trabaja en su proceso de sanación a través de los servicios de apoyo sicológico que recibe como participante del Programa de Vivienda Permanente (VIA), uno de los seis que ofrece la Casa Protegida Julia de Burgos, y que este año cumple 10 años brindándole hogar a mujeres, algunas de ellas con sus hijos e hijas. Durante esta primera década ha sido el hogar para 32 mujeres, entre sobrevivientes de violencia doméstica, mujeres sin hogar que tienen alguna condición crónica, o alguna condición de diversidad funcional o diversidad cognitiva, informó la directora ejecutiva de Casa Julia Protegida Julia de Burgos, Coraly León.
“Cuando una participante entra a este programa, recibe servicios de vivienda, pero también recibe toda una serie de servicios de acompañamiento, terapéuticos, sicológicos, manejo de caso y ellas llevan ya un tiempo trabajando para el desarrollo de una cooperativa entre todas las integrantes del programa, porque muchas de las participantes desarrollan desde confección de alimentos, artesanías, carteras, así que están trabajando una cooperativa en conjunto, Las Comadres, para poder generar un ingreso que les permita también a ellas subsistir y fortalecerse económicamente”, detalló León.
Concretar la cooperativa para las participantes, atender las necesidades que van surgiendo entre ellas, muchas de estas por condiciones de salud comunes en la etapa de adulto-mayor, así como identificar un espacio en el que ellas puedan exponer y vender los diversos productos y artículos que están creando son las prioridades del programa.
El mayor logro que tenemos es poder ver a largo plazo ese acompañamiento que hacemos con las participantes y poder verlas transformarse, fortalecerse y tomar riendas de su vida”
-Coraly León, directora ejecutiva de Casa Protegida Julia de Burgos
No hay un tiempo definido de estadía para las participantes. Ellas pueden egresar del proyecto en la medida en que logren una independencia económica que les permita adquirir una casa. En algunos casos, han salido para ingresar en alguna égida.
Para Negrón Santiago el Programa VIA ha significado “demasiado” en su vida, sobre todo el techo seguro -con servicios de agua y luz incluidos-, que necesitó cuando escapó de su casa.
“Es un gran apoyo porque económicamente estoy incapacitada por mi condición emocional debido a lo que viví”, dijo, quien ha podido regresar a Coamo a visitar a sus hijos y nietos “porque el agresor ya no está”.
Esta sobreviviente exhorta a las mujeres que estén en una relación violenta a que, primero reconozcan que no es normal lo que están viviendo, y segundo, buscar ayuda profesional.
“Así fue como yo empecé, y ellos me refirieron a una casa de ayuda, que se llama Casa Pensamiento de Mujer en Aibonito, que tenía sicóloga, trabajadora social, abogada, donde me orientaron, me ayudaron a hacer el plan de escape hasta que logré llegar a Casa Julia. Pero primero es reconocer lo que estás viviendo y después buscar ayuda”, puntualizó Negrón Santiago. “No recomiendo refugiarse en casa de familiares, ni en casas de amigos; tienen que llegar a un albergue, y hacen falta más albergues en Puerto Rico, porque son muchas las mujeres que están pasando por esa situación”.
Las líneas de ayuda disponibles 24 horas al día son: 787-489-0022 (Matria) y 787-548-5290 (Casa Protegida Julia de Burgos).
“Un paso en la dirección correcta”
La directora ejecutiva de Casa Julia, como comúnmente nombran al albergue, observa con optimismo la orden ejecutiva que establece un estado de emergencia por la violencia de género en Puerto Rico, mas entiende que todavía hay unas áreas en el documento que se deben atender.
“Nosotros entendemos que es un paso en la dirección correcta y sobre todo es un logro del movimiento feminista en Puerto Rico, de las organizaciones que brindamos servicios a sobrevivientes de violencia de género, que llevamos cerca de tres años solicitando que se estableciera un estado de emergencia, que se estableciera una orden ejecutiva que fuera comprensiva. De hecho, esta orden es mucho más comprensiva que la anterior y entendemos que es bien positivo, pero también reconocemos que hay áreas que todavía quedan por discutirse”, expuso León.
Mencionó que la orden emitida por el gobernador Pedro Pierluisi no incluye los transfeminicidios ni cómo será la implementación y supervisión respecto a la educación con perspectiva en los distintos espacios educativos.
“Para nosotras es fundamental siempre estar involucradas en estos procesos, velando por el bienestar de los sobrevivientes de violencia de género en Puerto Rico, así que siempre en la mejor disposición de poder apoyar la implementación”, concluyó.