Ana Irma Rivera Lassén: Una voz fuerte por los derechos
La licenciada lucha por un nuevo Puerto Rico.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Por: Carla López de Azúa y Laura Rexach Olivencia / Alzando la voz
Tan temprano como a los 16 años de edad, Ana Irma Rivera Lassén se identificó como activista feminista. Un incidente en su casa, siendo niña, despertó su lucha a favor de los derechos, camino que ha seguido fielmente.
“Realmente no tengo recuerdo de mí misma que no sea con esa identificación. Siempre tenía la idea de que había algo raro y mal en que alguien me dijera que por ser niña no podía hacer ciertas cosas. Cuando tendría como unos 4 años quería un triciclo y a mi hermano, menor que yo, se lo trajeron Los Reyes. Y cuando yo reclamé que cómo era posible, la contestación que me dieron fue: ‘las niñas no corren triciclos’. No acepté esa contestación. Y tengo un recuerdo muy claro de mí, de haberme prometido que iba a probar que las niñas y las mujeres podíamos hacer cualquier cosa”, cuenta la licenciada.
Cada vez que en la escuela tenía que hacer algún trabajo, escogía el tema de las mujeres. “Cuando ya me estaba graduando de escuela superior, me leí a Simone de Beauvoir y encontré que esto que estaba en mi cabeza, y que yo buscaba, no era que estaba loca sino que había mucha gente que pensaba así. Encontré otras mujeres en Puerto Rico y formamos la primera organización feminista en la Isla: Mujer, intégrate ahora. Nos fundamos en enero del año 1971. Yo tenía 16 años y estaba empezando la Universidad”, relata Rivera Lassén.
La activista feminista se hizo abogada y ha trabajado con los temas de derechos de las mujeres, derechos de la comunidad LGBTTI, y el tema de raza. “Esa es mi identidad. Recientemente fui presidenta del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, y soy una de las personas que fundamos el Movimiento Victoria Ciudadana, que aspira a ser una opción en las próximas elecciones”, asegura.
Fuiste la primera mujer negra y la tercera en presidir el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico. ¿Cómo fue esa experiencia en una carrera dominada por hombres?
Fue muy fuerte. Las mujeres en la abogacía empezamos en el año 1917. O sea, el Colegio se fundó en 1840, pero no hubo mujeres hasta 1917. Fui la primera vicepresidenta bajo el presidente Toledo, y alguna gente se me acercó, me preguntó si lo consideraría. Yo no lo estaba considerando porque es una posición de mucho sacrificio. Así que fue una decisión familiar. Y con amistades y un grupo de personas que nos apoyaba, hicimos un comité y empezamos la campaña. Siempre dije: ‘yo soy lo que soy y nunca voy a dejar de ser lo que soy’. Una de las cosas que siempre dije desde el principio es que yo voy a ser la misma abogada feminista, la misma mujer negra, la misma mujer que abiertamente dice que es lesbiana, y no me voy a meter en un clóset para ser presidenta del Colegio. Y yo nunca dejo ninguna de mis identidades fuera. Yo nunca dejo la piel fuera, no dejo la orientación sexual fuera, no dejo de ser mujer. Así es que esa fue parte de la discusión, porque sabía que estábamos trabajando con algunos compañeros y compañeras conservadores que quizás se iban a sentir en alguna amenza con estos temas, pero no fue así, yo gané bien cómodamente”, dice.
Hoy su norte es el Movimiento Victoria Ciudadana.
“Estando en Vamos, empecé a participar en las discusiones sobre qué vamos a hacer en Puerto Rico en cuestión del famoso bipartidismo, si podemos tener otras opciones. Empezamos a juntar grupos tratando a ver si podíamos llegar a unos entendimientos comunes. Eso fue trabajo bastante difícil, pero muy satisfactorio, de la gente tratar de dejar a un lado el protagonismo y ver cuáles son los puntos comunes hacia un Puerto Rico posible. Se sumaron otras personas, algunos habían sido candidatos independientes, otros se salieron del Partido Popular, y finalmente formamos lo que es actualmente el Movimiento de Victoria Ciudadana. Esto es un empuje de mucha gente que venimos de diferentes sectores, pero que tenemos una agenda: tratar de rescatar al país, a las instituciones, combatir la corrupción, y también otros temas básicos, que son combatir la colonia de Puerto Rico, llegar a la discusión de la descolonización de Puerto Rico”, asegura.
¿Qué te inspira a alzar la voz?
Cuando me veo, recuerdo ver a la niña de cuatro años que se prometió cosas. Yo siempre estoy pensando en las niñas de cuatro años hacia el futuro, y me gustaría pensar que alguna niña en el futuro, de cuatro años, estaría pensando cuántas cosas más en la agenda hay que cumplir, pero que no tenga que cumplir las que ya se han hecho, sino que sean sus ganancias. Igual que yo tuve ganancias en mi caminar, dejar ganancias a esas próximas niñas y niños de cuatro años que estén mirando un mejor futuro y ser partícipes de él.
(Las autoras son moderadoras del espacio Alzando la voz, que se transmite los sábados a las 8:00 p.m. por WKAQ580. También puedes escuchar los episodios en formato de podcast en las plataformas de Uphoria, iTunes y Apple Podcasts).