Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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La muerte y el amor se asocian de muchas maneras. Los rompimientos amorosos se vinculan a la muerte al representar una pérdida por desconectarse completamente de la otra persona. Las malas relaciones también se relacionan a un amor muerto, pues aunque dos personas estén unidas todo lo que da vida al amor no existe entre ellos.
Pero esas experiencias no se aproximan al dolor que viven quienes pierden a sus parejas debido a la muerte.
En estos casos, la pérdida no ocurre porque se acabó el amor, sino que un evento mayor acabó con la vida de su pareja e irremediablemente tienen que seguir sus vidas adelante sin ellos.
El sufrimiento es muy grande, aún más si hay hijos de por medio, pues además de tener que enfrentar el dolor propio hay que aprender a lidiar con esa pérdida en ellos.
Desde que muere la persona, la pareja tiene que empezar una nueva vida sola. Sin embargo, comenzar una nueva relación amorosa es uno de los aspectos que suelen ser más difíciles para las viudas, sobre todo por el sentimiento de culpabilidad que puede provocarles estar con otra persona.
“Cuando aparece alguien nuevo es normal que la persona se sienta como con contradicciones y sentimientos de como si lo estuviera traicionando (al difunto). En el momento del duelo te sientes bien triste y piensas como si la vida no puede continuar, porque ya no estás con tu pareja. Pero con el tiempo recuperas las ganas de vivir, sientes más energía. Pero también van llegando sentimientos de culpa, porque se puede pensar que ya lo vamos olvidando, que estamos traicionado a ese ser amado. Es un proceso normal”, explicó la psicóloga Eva Candelas Tamayo.
Inevitablemente, otro aspecto que influye en las viudas a la hora de darse una nueva oportunidad en el amor son las críticas de los demás.
“A todo lo que tienen que vivir le sumamos el entorno de la familia, los hijos, hermanos, vecinos, que vienen a juzgar. Comentan ‘ay, mira que rápido está saliendo con otro...’ y a veces han pasado tres años. Todas esas cosas hacen que los pensamientos sean ambivalentes”, destacó la experta.
Precisar el tiempo ideal para mantener un duelo es difícil, porque cada persona es un mundo y cada pareja también lo es. Un promedio razonable es un año, pero todo dependerá de cómo se sienta la persona.
“Va a tener mucho que ver cómo era la relación que había entre la pareja y el tiempo que estuvieron juntos. Si fue una buena relación y se amaban mucho será más difícil el proceso”, sostuvo Candelas.
Precisamente por eso, la psicóloga hace énfasis en la importancia que tiene no precipitarse. Es mejor que la persona pase su proceso de sanación y superación enfocada en recuperarse, antes de abrirse a una nueva relación.
De tomar una decisión apresurada, entrando en una relación sin conocer mucho a la persona, por ejemplo, hay más riesgo de que se viva una decepción amorosa, lo que hará que la persona se sienta peor.
“Hay más posibilidad de éxito en una nueva relación si se conoce a la persona bien. Es mejor que primero sean amigos para así conocer los intereses que tienen en común y cuan compatibles son. Es mejor conocerlo profundamente, saber qué cree de la vida, cuáles son sus valores, para que no haya tanto choque. De esa manera, cuando vayan a entrar como pareja se podrá lidiar mejor con cualquier pensamiento negativo de culpabilidad y los sentimientos estarán alineados positivamente”, destacó la psicóloga.
También es común que la viuda busque a una persona parecida a su expareja o pretenda tener un tipo de relación similar a la que tuvo con él.
“Se va a construir una relación diferente con circunstancias diferentes. Siempre vas a comparar, por eso hay que trabajar con la modificación. Estás acostumbrada a unos antiguos patrones con la otra persona, que te servían. Al entrar a una nueva relación tienes que tener bien presente que esta persona es diferente. Por ejemplo, eras compatible con la otra persona y a los dos les gustaba acampar o ir a la playa y a esta otra no le gusta eso, sino los juegos de pelota, que a ti no te gustan. Si ves que es una persona buena, con la que puedes tener un futuro, pues hay que hacer unos cambios en tu vida y aceptar la nueva realidad”, destacó.
Solo la mujer que pasa por el proceso de perder a un ser amado sabrá cuándo es el momento adecuado para darse una nueva oportunidad en el amor. Lo más importante es que se sienta tranquila con sus sentimientos y es probable que la ilusión que sienta por una nueva persona le dé la señal de que es el momento correcto.
Para lidiar con los sentimientos de culpabilidad, Candelas sugiere tratar de enfocarse en pensamientos positivos y si no es posible salir adelante por sí misma, se debe buscar la ayuda de un profesional.
“Debes enfocarte en que fuiste una buena persona con la otra persona, diste el 100% por él, estuviste allí para él. Y es bien importante recalcar que una nueva relación no es el final de un proceso de duelo. Jamás. Una relación nueva no tiene que ver con que olvidaste a tu expareja, tu seguirás en ese proceso de sanación. Esa persona siempre va a estar en tus pensamientos, en tu corazón porque fue parte de tu historia de vida”, recalcó.