Ablación genital, una práctica bestial
Miles de mujeres son sometidas al procedimiento en pleno siglo 21.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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Ablación es la extirpación de un órgano o tejido. Así que al referirnos a la ablación genital es evidente de lo que estamos hablando. Hace dos semanas, el 6 de febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemoró el Día de Cero Tolerancia contra la Mutilación Genital Femenina, perpetuada en muchos países desde tiempos bien lejanos.
Se trata de un procedimiento practicado en mujeres con la intención de limitar o controlar su sexualidad. Según la OMS, la mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos.
¿La intención? Se entiende que con esta operación se reduce el deseo sexual de las mujeres, lo que evitaría que quieran mantener relaciones “ilícitas”.
Así que los motivos para su aplicación son mayoritariamente culturales, como la eliminación del placer femenino, la manifestación de desconfianza hacia la naturaleza de las mujeres y, así, prevenir la tendencia a la promiscuidad.
A menudo la mutilación genital femenina responde a la concepción de lo que se considera una conducta sexual aceptable y tiene por objetivo asegurar la virginidad antes del matrimonio y la fidelidad después de él.
No aporta ningún beneficio para la salud; por el contrario, solo daños.