Triunfan los locales en competencia de cervezas artesanales
Los jueces evaluaron las cervezas a base de sabor, color, aroma y una impresión general.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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En una lucha cuerpo a cuerpo –literalmente–, cinco cerveceros artesanales locales pusieron sus cervezas artesanales caseras a competir nada menos que con cinco comerciales. El propósito de la contienda era para ver si, en efecto, el arte, la creatividad y el empuje de los cerveceros caseros eran suficientes para hacerles despuntar sobre las bebidas comerciales.
Primera Hora y Billy Norris –propietario de Caribbean Brewing, la única empresa local que vende todos los ingredientes y equipos necesarios para hacer cerveza en casa–, convocaron a cinco cerveceros aficionados para que trajeran sus creaciones a nuestras instalaciones, de modo que un panel independiente pudiera probarlas y compararlas con sus equivalentes comerciales.
De más está decir que no faltaron voluntarios para la prueba, pero el privilegio de participar en este blind taste test recayó en cinco fanáticos y asiduos tomadores de la espumosa bebida: Alberto Weber, Tita Sanfeliz, Edgardo A. Muñoz, Fernando Montañez y Lisandra González.
Los maestros cerveceros boricuas llegaron a Primera Hora de todas partes de Puerto Rico. De Aibonito vinieron Adiel Collazo y Juan Ortiz con su creación artesanal, la cual llamaron Mt. Hood Colombus IPA (India Pale Ale). Ésta compitió “de tú a tú” con una Abita Jockamo IPA.
Por su parte, Christian Frank Fas, quien pertenece a un nutrido grupo de cerveceros artesanales del área oeste de la isla, viajó desde Cabo Rojo hasta San Juan para ver si su creación, una Irish Red, le ganaba a una O’Hara’s Irish Red Ale.
Representando a San Juan, Raymond Pérez presentó su cerveza Simcoe Jones IPA. A ésta le tocó ser comparada con la cerveza artesanal comercial 200 Meters Ale.
Las damas también estuvieron representadas en la simpática competencia, pues cada día son más las mujeres que se unen a los rangos de los cerveceros artesanales caseros en la Isla.
Para la ocasión, vinieron Glorimarie Montes, de San Juan –con su Borikén Pale Ale, la cual compitió con la cerveza comercial artesanal Brooklyn Brewery Pennant Ale–, y Eva Quiñones, de Río Grande, quien trajo su Volcano Hole IPA, la cual compitió contra una Caldera IPA.
Ni los cerveceros caseros ni el panel de jueces sabían el orden en que se estaban comparando las bebidas. Más aún, los jueces desconocían las marcas de cervezas artesanales comerciales que estaban juzgando conjuntamente con las caseras.
Durante más de una hora, el panel independiente probó cantidades moderadas de cada una de las cervezas, juzgándolas a base de aroma, sabor, color e impresiones generales, como cuerpo, cantidad de espuma y duración de la espuma, entre otros.
Contrario a lo que se podría suponer, y para poder paladearlas correctamente, las bebidas no podían estar demasiado frías, según advirtió Billy Norris.
Durante la prueba, los jueces estaban en la entera libertad de hacer comentarios entre sí, pero, a la hora de votar por sus preferidas, debían hacerlo en secreto.
Llevan sólo seis meses como cerveceros artesanales, pero Adiel Collazo y Juan Ortiz resultaron los ganadores absolutos en esta prueba a ciegas. Los jóvenes estaban sorprendidos y emocionados, y no paraban de recalcar el poquito tiempo que llevaban elaborando cerveza casera. Su creación, la Mt. Hood Colombus IPA, obtuvo un total de 104 puntos para ganarle por 26 puntos a la Abita Jockamo IPA, contra la que se comparó y la cual obtuvo 78 puntos.
En segundo lugar llegó Eva Quiñones, cuya Volcano Hole IPA obtuvo 86 puntos en comparación con los 82 puntos que los jueces le adjudicaron a la cerveza Caldera IPA.
En tercer lugar estuvo Christian Frank Fas, cuya Irish Red obtuvo 78 puntos, uno más que los que recibió la O’Hara’s Irish Red Ale, contra la que se comparó. “¡Fue por un punto, pero gané!”, dijo orgulloso Christian.
Al final de la velada, el veredicto unánime tanto de los cerveceros caseros como de los jueces independientes fue que, sin lugar a dudas, hacer cerveza en casa es creativo, entretenido y sumamente refrescante. “Me gustó, me gustó mucho”, dijo Alberto Weber. “Yo creo que un día de éstos yo también me animo y empiezo a hacer mi propia cervecita”, acotó.