Rejuvenecimiento vampiro para restarle unos años a tu apariencia física
Este método ha causado gran revuelo.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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La idea de lucir un rostro joven, ajeno a las señales típicas de la edad, motiva a experimentar con varias de las numerosas alternativas que existen en el mercado para minimizar las arrugas.
Ahora bien, dentro de tantas opciones, ¿estarías dispuesto a experimentar con tu propia sangre?
Existe un método que, precisamente, ha causado gran revuelo por tratarse de un procedimiento que implica utilizar sangre con la promesa de restarle unos años a tu apariencia. Por eso no es casualidad que se le conozca como Vampire Lift, o levantamiento (o rejuvenecimiento) vampiro.
El Dr. Luis Rodríguez Terry, cirujano plástico diplomado por la American Board of Plastic Surgeons, explica que se trata de “una manera de promover el rejuvenecimiento a través del volumen del rostro utilizando la sangre del mismo paciente. Se está mercadeando como una alternativa de relleno facial”.
Al explicar el porqué de su nombre, analiza que a nivel de mercadeo “hoy día hay tanta competencia que es usual que busquen un nombre que llame la atención”. Y puesto que las películas y series de vampiros están súper de moda, ¿por qué no darle un nombre alusivo a esta tendencia? Además, a este personaje se le “asocia con inmortalidad, con un cutis liso y con la idea de que viven eternamente sin envejecer”.
El verdadero origen
Aunque ha sido en años recientes que ha comenzado a sonar fuertemente como una alternativa de rejuvenecimiento, lo cierto es que este producto no es nuevo. “Se trata de una variación de algo que ya existía”, explica el doctor. “La compañía que lo comienza a promover es Selphyl”, añade.
Originalmente, en 2002 esta compañía lanzó un kit que, “básicamente, se mercadeaba para cirugía reparadora ortopédica”. Pero fue a partir de 2009 que comenzó a utilizarse para propósitos rejuvenecedores. Y aunque la compañía no está promoviendo su uso para tal propósito, sí existen diversos médicos en el campo de la estética que lo están haciendo. Ante la novedad, no faltan los interesados en probar sobre todo cuando “el riesgo es mínimo”.
Por otro lado, Rodríguez Terry es enfático al señalar que hay que “ser cuidadoso porque hay muchos tratamientos que en teoría suenan súperbien, pero en la práctica no hacen nada”. Y a los interesados en probar este método aconseja un principio que aplica a su propia práctica como cirujano plástico, y es “esperar de dos a tres años antes de probarla para conocer si en realidad se ha probado su eficacia”.
Para citas con el Dr. Luis Rodríguez Terry: 787-977-7070 y www.rodriguezterry.com
Más sobre la técnica
En qué consiste
La compañía que la mercadea es Selphyl. Ofrecen un equipo o kit con dos tubos de ensayo para sacar sangre, aguja y dos tubos de cloruro de calcio, que es el químico para activar la fibrina.
La fibrina es como una matriz temporera que, cuando hay una lesión, se deposita en el área lastimada para comenzar el proceso de reparación. Es un proceso que ocurre de manera natural en el cuerpo, que ayuda a regenerar.
A nivel de mercadeo, lo que se promueve es que, al inyectarla, se supone que se activen células de reparación y que se deposite colágeno nuevo.
Procedimiento
Es ambulatorio y una sesión suele demorar menos de una hora. Además, posterior a su aplicación, el paciente puede retomar su rutina normal.
Se remueve un volumen pequeño de sangre (entre 4 y 8 cc), que son como de dos a cuatro tubos de sangre pequeños.
Usualmente, la sangre se extrae del brazo, similar a cuando se toma una muestra para laboratorio.
Luego, esos tubos se colocan en una centrífuga para que separe la sangre en sus diferentes componentes. Las células rojas se separan del plasma. El plasma es el líquido que contiene proteína y plaquetas.
Se descartan las células rojas y se utiliza el plasma.
Ese plasma se pasa a un tubo que tiene cloruro de calcio, y eso hace que la fibrina madure y comience a formar la matriz. Al madurar la fibrina, ese líquido comienza a formar una gelatina y eso es lo que se inyecta en el rostro.
Según la compañía, eso hace que se deposite más colágeno en el área y, a largo plazo, se va a ver más volumen en el área inyectada.
Se inyecta en áreas de modo similar a otros rellenos faciales (pómulos, zurcos nasolabiales, patas de gallo, etc.).
Como efectos secundarios, pudiera ocurrir contraindicaciones similares a cualquier relleno facial, como moretones o hinchazón.
¿Funciona?
No hay data ni estudio clínico ni de laboratorio en animales o humanos que pruebe que si se inyecta esta sustancia va a haber un proceso de regeneración similar a como ocurre de manera natural si te lastimas. Hasta ahora, la evidencia es más bien anecdótica y teórica.
Según quienes lo promueven, sus efectos deben comenzar a notarse en dos semanas y tiene una duración de seis a 18 meses.
Qué dice la FDA
Existen diferentes categorías de aprobación por la FDA (Food and Drug Administration). Esta entidad dio su aprobación a la compañía Sephyl para su uso en ortopedia. Sin embargo, no ha manifestado su aprobación para utilizarlo como relleno facial a través del método Vampire Lift. Se entiende que la razón por la que la FDA no ha detenido este mercadeo es “porque no puede decir que no uses tu propia sangre, y porque ya existía una aprobación para uso en ortopedia”, aclara el cirujano.
Del mismo modo, la compañía que la produce no la promueve con ese propósito estético, pero tampoco manifiesta su parecer al respecto. “Esto crea confusión en algunos médicos”, indicó.
Costos
Por lo general, el precio fluctúa entre los $900 y los $2,000 por tratamiento.
Antes de decidir
Si estás decidido a someterte a esta alternativa, asegúrate de ir a un médico especializado en el área (dermatólogo o cirujano plástico).
El médico debe ser diplomado por la American Board of Plastic Surgeons. Cuidado con dejarte intervenir por una persona sin estos requisitos ya que, como ha ocurrido en tantas ocasiones, puede haber quien compre el kit y se haga pasar por experto, lo que puede poner en riesgo tu bienestar.
Solicita la mayor orientación posible sobre ésta y otras alternativas. Pide la información detallada que viene con el producto.
Lo ideal es que esperes de dos a tres años para conocer si realmente se trata de una alternativa efectiva y duradera.
No debes intentarlo si eres un paciente que está tomando anticoagulantes o tiene problemas en la sangre.
Fuente: Dr. Luis Rodríguez Terry, cirujano plástico