Ya queda poquito para la tenebrosa celebración de Halloween, una de las fiestas más esperadas por los pequeños.  Para ellos, es la excusa perfecta para disfrazarse, comer dulces, decorar calabazas  y divertirse de lo lindo jugando con todo lo que más miedo les da: monstruos, fantasmas, arañas, esqueletos, vampiros…  En fin,  en la Noche de Brujas no hay niño que se aburra.

Una buena idea para aprovechar al máximo el día 31 es organizar una fiesta en casa para los chiquitines del hogar.  Este entretenido concepto no sólo llevará el buen humor de la celebración a tu espacio, sino que -además- es una estrategia mucho más segura que el trick-or-treat por las calles.

Pero como ya falta cada vez menos y el tiempo apremia, la sugerencia básica es que no te compliques la vida visitando cuanta tienda de decoración y golosinas existe.  Aquí te comprobamos que con muy pocos detalles puedes conseguir una ambientación espectacular y un sabroso menú dulzón que les encantará a los más pequeños.

¿Lo más importante?  Que los invitados vayan disfrazados y con mucho ánimo para pasar un rato tan terrorífico como increíble.

Decoración misteriosa

 La ambientación es una parte imprescindible de la fiesta de Halloween.  ¡Todo tiene que estar preparado para transmitirle un aire misterioso a la velada!

1   Da la bienvenida con un toque gracioso, como un fantasma grande y simpático en la puerta. 

2   Compra telarañas y cuélgalas por las paredes y en las lámparas de la casa.

3   Decora con globos blancos inflados con helio y, para un efecto fantasmagórico, átales al cuello de cada uno una cinta larga de tul.

4   Cambia las bombillas normales por unas de luz roja o púrpura para dar un aspecto más tenebroso.

5  Adorna las ventanas con adhesivos de vinil en forma de ojos.  ¡Los niños tendrán la sensación que hay fantasmas vigilándolos!

6   Cubre algunos muebles con sábanas y ponles telarañas decorativas por encima.

7  Llena muchos globos de color violeta, naranja, verde y negro, y déjalos en el suelo.  Esto dará un aire festivo y hará que el piso parezca cubierto con un tipo de nube, con la que pueden jugar también.

8  Cuelga una escoba en el techo como si estuviera volando sola.

9  Esconde arañas de plástico por toda la casa y haz que los niños las encuentren.  El que más consiga, gana un paquete extra de dulces.

10   Si te aventuras, compra calabazas de verdad, vacíalas y escúlpeles una cara.  Asegúrate de ponerles una vela en su interior.

 Menú de miedo

Sorprende a tus invitados con delicias dulces y simpáticas que dejarán a los niños con la boca abierta.

1   Pon marshmallows en palitos de madera y dibújales caritas con alguna salsa de chocolate o frutas.  Puedes convertirlos en fantasmas, monstruos, brujas…

2   Prepara galletas decoradas para Halloween o adorna donas con sprinkles en tonos naranja y negro, o verde con violeta.

3   Desmorona brownies en una bandeja, de modo que parezca tierra, y cúbrelos con gusanitos de goma.

¿Sabías que…?

La Noche de Brujas -o Halloween- es una festividad de origen celta que se remonta al siglo V a.C.  En aquel entonces, los celtas habitaban la actual Gran Bretaña y cada 31 de octubre celebraban el festival de de Samhain, que conmemoraba el final del verano y el inicio de un nuevo año. 

Al caer la noche, se llevaba a cabo la fiesta de los muertos, así que los espíritus salían y rondaban por toda la tierra. Para ahuyentar a las brujas y a los espíritus malignos, se reunía toda la gente del poblado, se encendían enormes hogueras y se disfrazaban con las pieles de los animales sacrificados.

 La fiesta llegó a Estados Unidos a través de pequeñas comunidades de irlandeses católicos a mediados del siglo XIX y se expandió la tradición por el resto del mundo.