
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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Lucir una cintura de avispa, con un busto y unos glúteos prominentes parece figurar como la ilusión de muchas mujeres en busca del cuerpo perfecto.
A su vez, están las que prefieren imitar la pronunciada delgadez de los íconos de belleza que celebran su famélica esbeltez, tal cual modelo de pasarela.
Curvilíneas o muy delgadas, lo cierto es que la diversidad de siluetas que los medios reseñan como ideales parece ejercer gran influencia en quienes viven el afán de lucir unos atributos físicos similares a los de su celebridad favorita. Sin embargo, ¿cuán realista es este anhelo?
La popularidad de Barbie
Más allá de su rol como juguete, son muchos los que coinciden en que la silueta de la muñeca más famosa del mundo, Barbie, figura como una de las más admiradas. Luego de varias transformaciones “estéticas” desde su creación en 1959 por la compañía Mattel, Inc., las medidas con las que cuenta en la actualidad la han llevado a convertirse en un ícono de perfección física para muchas niñas.
Precisamente, esta realidad motivó a la estudiante universitaria Galia Slayen a crear un modelo a escala de seis pies de la popular muñeca. Según mencionó al programa “Today” en días recientes, su propósito fue crear conciencia del ideal de belleza erróneo que esta muñeca ofrece a niñas y adolescentes.
Durante su realización, se dio cuenta de que las medidas de este juguete en una mujer serían 38 pulgadas de busto, 18 de cintura y 33 de caderas, simetrías imposibles para un ser humano. Slayen, quien por años luchó contra la anorexia, mencionó a la reportera que “no culpo a Barbie por mi problema, pero yo soy una chica rubia de ojos azules y me figuraba que así es como yo debía lucir. Era mi ídolo”.
El mundo real
El cirujano plástico Luis Rodríguez Terry resalta que “hace una década, los ideales de belleza eran dictados por estándares ‘europeos’”. Y añade que “la globalización ha cambiado este concepto dándonos una apreciación de diferentes tipos de belleza en las diferentes etnias”.
Con referencia al proyecto de la joven universitaria, el médico responde que hay que evaluarlo “todo en su justa perspectiva”. En este sentido, expone que “hay que recordar que la muñeca Barbie es sólo una muñeca, cuyo diseño tiene un propósito: que luzca bien con la ropa de muñeca que se vende con ella”. Y compara que así como “las modelos altas y delgadas ayudan a proyectar la ropa “haute couture” (alta costura), esto no significa que ese cuerpo sea el “ideal”. Por el contrario, Rodríguez Terry aclara que “para tener ese cuerpo no sólo hay que haber nacido con ese tipo de cuerpo”, sino que “en muchos casos, pasar muchos sacrificios y hambre para poder mantenerlo”.
Por otro lado, el doctor señala que cuando se solicita algún trabajo estético, “el cirujano debe explicarle a cada paciente sobre su tipo de cuerpo y cuáles son los cambios que ocurren naturalmente por el embarazo y el envejecimiento”, entre otros factores a considerar. Finalmente, hay que “poner en perspectiva saludable los cambios que se pueden conseguir a través de la cirugía plástica”, añade el cirujano.
Rodríguez Terry confiesa que en las pacientes que hacen referencia a imitar la silueta de alguna celebridad, “hoy por hoy lo más solicitado es la forma de cuerpo de Jennifer López y Kim Kardashian”. De ahí que “las cirugías de lipoescultura y aumento de glúteos han ido en aumento en los últimos años”. Del mismo modo, “en mujeres delgadas y de cuerpo atlético, mencionan a Angelina Jolie o Demi Moore, por lo cual la cirugía de aumento de busto se mantiene también como una de las más solicitadas”.
Visión cultural
Por otro lado, la antropóloga Dyalma González Acabá aclara que el ideal de belleza de una mujer, incluyendo sus medidas corporales, “lo establece la cultura”. Y, como ejemplo, menciona que “en Hawai y otras islas de la Polinesia (océano Pacífico), hasta hace unos años, el cuerpo ideal era el de una mujer más gruesa, más caderona”.
A su vez, la antropóloga especifica que “no vamos a pasar por alto lo que dicen los estudios científicos, que establecen que, mientras más equilibrio haya en cada lado del cuerpo (el lado izquierdo con el derecho), mayor la percepción de atracción”. Con esto se refiere a la uniformidad anatómica, “lo que juega un papel en la apreciación entre lo bonito, lo agradable”. Es decir, “científicamente se dice que es bonito lo que no sea disonante. Pero es una característica de la percepción”, explica.
La también directora del Departamento de Ciencias Sociales y Artes Liberales de la Universidad Interamericana, Recinto Metropolitano, añade que “el concepto de belleza va unido al de salud, que no es lo mismo que estado de salud (esta última implica estar saludable). En antropología, el concepto tiene un bagaje cultural. Si además de esa armonía (anatómica) evidencia salud, entonces es más atractivo”. De ahí que “cuando miras a través de estos prismas, se sabe que los conceptos de belleza están unidos a un concepto cultural”.
Al hacer referencia a Puerto Rico, analiza que “en las décadas de los treinta, cuarenta y cincuenta” del siglo pasado, las medidas de la silueta ideal “no eran el de una mujer esquelética, si es así como podemos definir al ideal de hoy día. Al contrario, a una mujer delgada se le veía como una persona no saludable, más allá de si tenía una cara bonita”.
La antropóloga también compara que, si bien el cuerpo latino de Jennifer López luce agradable a la vista para un gran sector de admiradores, “la idea de una mujer con su trasero pronunciado en otros países se considera vulgar. Si le preguntas a un inglés versus un puertorriqueño, la apreciación de belleza, del cuerpo ideal, va a ser distinta”.
También, González Acabá comenta que “en la tribu Dani (África) se ponen collares para alargarse el cuello, no sólo porque signifique un estatus, sino también porque el cuello alto es señal de elegancia, de belleza”, lo que sirve de ejemplo de cómo la idea de ser atractivo puede ser tan variada.
Con relación al proyecto de la estudiante Slayen, la antropóloga analiza que “el concepto de Barbie es un ejemplo de cómo importar un concepto extranjero para adaptarlo a nivel local”. Y explica que con esto se refiere a que “cuando uno va a varios pueblos centrales de la Isla, me he topado con personas que cuando hablan de que ‘tal persona’ es una Barbie, lo hacen queriendo decir que es una mujer linda, perfecta, que ni le falta ni le sobra. Pero me he dado cuenta de que no lo dicen porque sea una mujer rubia y delgada, sino bonita”.
También, opina que “la visión de Barbie se debe erradicar. Ya es hora de que pase de moda y empecemos a ser más realistas y más humanos”.
Tipo de cuerpo
El doctor Rodríguez Terry especifica que “en cirugía plástica nos fijamos en varias características, incluyendo estatura, peso y marco del cuerpo. Las diferentes combinaciones de estos elementos determinan el ‘tipo’ de cuerpo que tiene esa persona”.
También, se toma en consideración la edad “y si ha parido, ya que estos dos elementos producen cambios permanentes en el cuerpo de la mujer”, añade. Los tipos de cuerpos se clasifican en:
Pera o triángulo -Torso estrecho y caderas más anchas
Manzana o triángulo invertido -Torso más ancho que caderas
Guitarra o reloj de arena -Torso y caderas anchas y cintura estrecha
Atlético o rectángulo - Torso y caderas del mismo ancho
El menos común
El cirujano plástico menciona que “aunque en varias culturas, incluyendo la nuestra, el ideal de belleza es la forma de guitarra o reloj de arena, esta es la que ocurre con menos frecuencia en la naturaleza”.
Una de las teorías sobre su atractivo es que “la forma de reloj de arena exalta los rasgos que son típicamente femeninos: busto, cintura y caderas”, explica Rodríguez Terry. “Estos rasgos son representativos de la fertilidad de una mujer y, por lo tanto, símbolo de sensualidad”.
Un estudio hecho en el 2005 en la Universidad de Carolina del Norte sobre el cuerpo de la mujer encontró que :
46% - Tenían cuerpo rectangular
20% - de pera
14% - de triángulo invertido
8% - forma de reloj de arena
Para citas con el Dr. Luis Rodríguez Terry: 787-977-7070, 787-642-6857, 787-307-7377, lrodriguez@rodriguezterry.com y www.rodriguezterry.com