Para muchas, él es un adonis, el ideal perfecto de la belleza masculina, una escultura perfectamente diseñada por fuerzas superiores. No sólo eso.  Es trabajador, noble, responsable, comprometido, fiel y cariñoso. Es la criatura que hace suspirar a todas las mujeres tras su paso. Es el perfecto protagonista de las fantasías románticas femeninas.

¿Quién será la afortunada que  lo enamoró? ¡No! No, no puede ser. ¿Ella? ¿Qué le vio  él? ¿Qué tiene esa mujer de especial? ¡Qué pareja tan dispareja!

Finalmente, todas estas interrogantes son resueltas con el famoso refrán popular: “La suerte de la fea, la bonita la desea”.

Pero… ¿Es justo para la “fea” este refrán? ¿No se merece ella amar  y ser amada? ¿No dicen por ahí que para los gustos,  los colores?

Belleza cambiante 

El psicólogo y sexólogo José Pando advierte que el concepto de “bonito” y “feo”  es cambiante, construido por la sociedad en que uno viva en un momento dado de la historia.

“En los años 50, una mujer bonita era una con muchos senos,  muslos celulíticos y nalgas grandes”, acota Pando, a lo que añade que “el constructo social cambia y te dice en el 2011, que una mujer bonita es esbelta, delgada, alta, de cuello largo y de piernas largas, a lo Barbie ”.

“Hoy en día,  las modelos famosas son esencialmente mujeres anoréxicas, muy delgadas,  porque ése es el constructo moderno. En Estados Unidos, los americanos prefieren más el busto grande que unas nalgas grandes”, advierte el psicólogo.

“La atracción entre los seres humanos, inicialmente, en la gran mayoría de los casos, se da a partir de lo físico, cuando a nosotros nos atrae un ser humano, lo que nos llamó la atención fue algo que se ve desde afuera, y normalmente tiene que ver con estos rasgos físicos”, acota, por su parte, la psicóloga clínica Sonia Rodríguez Bidot, especialista en  sexualidad y  adicciones. “Cuando esta atracción inicial se traduce en seducción, están mediando muchos otros elementos que pueden haber trascendido más allá del aspecto físico”, añade.

¿Los lindos con los lindos?

El psicólogo y sexólogo José Pando advierte que a nuestra sociedad le cuesta mucho aceptar la diversidad en términos del aspecto físico.  “Tú eres gordo, te casas con una gorda, si eres flaco,  te casas con una flaca; una persona alta, con otra persona alta. Hay una idea social de estos apareamientos”.

“Es un refrán bastante hueco que simplemente categoriza una dimensión de un ser, que es la externa” sostiene Pando, quien añade que mujeres consideradas feas pueden poseer  otras actitudes y cualidades que son  apreciadas por un hombre apuesto.

“En cualquier salón de clases, en cualquier urbanización a la que vayamos, vamos a ver mujeres que no cumplen con un entendido de belleza pero,  no obstante, atraen, seducen”, afirma la experta en salud mental.

“Un hombre se fija en una mujer y a lo mejor no es la más bonita del grupo, pero es inteligente, asertiva, con determinación e iniciativa propia, agradable, que no condena ni critica y es llevadera”, sostiene Pando, quien añade que  esta mujer puede ser capaz de manejar sus encantos para halagar al hombre, desde una buena cocina  hasta una buena cama.  

“Esta forma de ser de ella, lo que proyecta, lo que trasciende, es mucho más fuerte que su aspecto físico”, afirma la psicóloga.

La envidia y los estereotipos

El sexólogo advierte que  el  refrán “la suerte de la fea, la bonita la desea”,  deja fuera toda una amalgama de características que en términos generales hacen que la gente se fije en el otro.

“Yo entiendo que toda persona que haga un comentario como éste responde a un entendido social, un aprendizaje que ha tenido de cómo debe ser la persona que atrae, está respondiendo a unos estereotipos  de belleza. Es una persona que,  partiendo de eso, tiene una noción muy limitada, muy estrecha, de lo que es la apreciación de la belleza”, analiza la psicóloga, quien advierte que las revistas, la televisión, y los medios de comunicación en general establecen la definición de  lo que es bello y  lo que no lo es.

Este  refrán pudiera estar generado, en muchas ocasiones, por el factor envidia.  “El sentimiento de envidia viene porque hay mujeres que son hermosas, muy bien formadas, muy elegantes, pero entonces, tienen envidia a una muchacha que consigue un buen partido, un hombre guapo con buen futuro, porque ellas no se han preocupado por desarrollar las artes de conquistar . El hombre y la mujer no se conquistan sólo con la belleza, ésta es sólo una dimensión”, advierte Pando.

“Podemos ver un montón de chicas que cumplen con un entendido de lo que es belleza, e inicialmente son atractivas,   y una vez entran los otros elementos que tienen que ver con la seducción, ya no gustan, no seducen, y entonces en el amor  ya no son tan afortunadas”, advierte Rodríguez.

A veces, un hombre se puede sentir atraído a primera vista por una mujer, pero una vez la conoce, se aparta.  Sin embargo, puede ocurrir todo lo contrario. “Miras una persona y la ves indiferente un año, tres meses,  y de repente, ves un montón de cosas en ésta”, advierte Pando, quien afirma que muchas parejas iniciaron como amigos y fue con el tiempo y las vivencias compartidas que surgió el enamoramiento.

One night stand

“Una mujer, aparte de ser bonita, tiene que tener cerebro, porque hay muchas mujeres bonitas que son narcisistas, con cerebro de aserrín, que nada más  piensan en comprar, en las tiendas y tú te sientas con ellas cinco minutos y dices: está  buenísima para una noche, pero no sirve para más nada”, advierte Pando.

El sexólogo advierte que un hombre que quiere  un one night stand corteja a una mujer hermosa. Sin embargo, cuando buscan una pareja para casarse, les basta con que sea agradable a la vista y son más relevantes  los factores como su capacidad social, sus destrezas, sus valores, sus principios, sus sentimientos y emociones.

Cuestión de suerte

Este refrán popular ubica en los terrenos de la suerte y del azar la conquista amorosa que hace una mujer no tan agraciada físicamente. ¿Es esto justo? “Muchas personas dicen: ¡Es que tuvo tanta suerte! ¿No es  que la mujer   hizo el esfuerzo, tenía el valor, tenía la competencia?”,  acota Pando, “Que tú te pegaste en la lotería, pues fue suerte. Pero hay cosas que se ganan por el esfuerzo que uno da”, acota Pando.

“El hombre lo que está buscando muchas veces es una mujer que lo tongonee, que lo aprecie, que no lo provoque, una persona que le permita  ser él, que se adapte a sus necesidades, a lo que él estaba buscando”, comenta el sexólogo.

Para consultas con José Pando, llama al (787) 365-0090; con Sonia Rodríguez Bidot, al (939) 940-7721.