A impresionar. Con esta meta esperada, arribó Jennifer López a la alfombra roja de la ceremonia de la 87 edición de los premios Óscar.

A su paso, la artista demostró una vez más que es toda una diva de la moda, del buen gusto y de la elegancia.

Luciendo un diseño de Elie Saab, desfiló como toda una diosa con el vestido dorado y “nude” que enmarcaba un profundo escote, resaltando –de nuevo-, que a sus 45 años luce una figura muy espectacular.

Tanto el sobrio peinado como las joyas de diamantes, fueron el complemento perfecto para resaltar su sofisticación, características tan bien “premiadas” en las críticas de moda en los Óscar, donde el código de vestimenta implica atuendos de alta costura.

Pero no fue la única en optar por el diseño de Saab. La esposa del actor Robert Duvall, Luciana Pedraza, también optó por el mismo atuendo, pero en una versión melocotón y sin la larga cola del de la intérprete de “On the Floor”.

Los comentarios no se hicieron esperar, así como las comparaciones de López con la actriz argentina. Pero esta no es la primera vez que pasa un revuelo por algo similar, en la que dos artistas optan por el mismo diseño para una premiación.

Más allá de la similitud, lo cierto es que la diva del Bronx logró su cometido de demostrar que su buen sentido de la moda para desfilar por las alfombras, está más que establecido.

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Sufre un traspié durante su presentación

Por lo visto, el mal rato del vestido no fue lo único que pareció atentar contra su intención de deslumbrar durante la premiación. Tras presentar el premio al mejor vestuario para The Grand Budapest Hotel (Milena Canonero), la intérprete de “Booty” tropezó con su vestido voluminoso.

Después del discurso de Canonero, López se marchó para abandonar el escenario, agarrada de brazos de Chris Pine. Pero se enredó levemente sobre su larga falda. Aunque ella se recompuso de inmediato, el actor y Canonero miraron el vestido para asegurarse de que todo estaba en orden.

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