Un grupo de exmodelos y personal de la industria de la moda en Nueva York denunciaron este viernes la “explotación” que sufrieron en el pasado y reclamaron que se apruebe el proyecto de ley que está ante la legislatura del estado para regular el trabajo en ese sector.

“Transparencia financiera” y “responsabilidad” fueron palabras a las que muchos se refirieron cuando hablaron de cómo debe operar esta industria.

De acuerdo con la Model Alliance —que convocó una conferencia de prensa hoy para abogar por el proyecto de ley y que desde hace diez años lucha para que se regule la industria—, las agencias que las contratan a ellas, a los estilistas y a los maquilladores, escapan a gran parte de la regulación, lo que propicia la explotación laboral.

“Es inaceptable que la mano de obra creativa detrás de la industria mundial de la moda, de $2,500 millones, todavía carezca de protecciones básicas en el estado (Nueva York) que dio origen al movimiento laboral estadounidense”, afirmó Sara Ziff, fundadora y directora ejecutiva del grupo, que pide cosas tan básicas como que las modelos reciban una copia de sus contratos para poderlos leer antes de firmarlos.

Según datos provistos por la Model Alliance, Nueva York es el centro de la moda en Estados Unidos y emplea a 180,000 personas, que representan el 6% de la fuerza laboral y alberga a 900 empresas de la moda, más que cualquier otra ciudad del país.

Además, la esperada Semana de la Moda —que se realiza dos veces al año— genera cerca de $600 millones al año a la ciudad.

Cuando no hay glamour, sino abuso sexual

Sin embargo, ese mundo de glamour está muy lejos de la realidad que enfrentan, aseguraron hoy los maniquíes, entre ellos Kaja Sokola, que modeló durante diez años y dice ser víctima del entonces productor de cine, Harvey Weinstein, que cumple 23 años de cárcel tras ser hallado culpable de violación.

Luego de trabajar con dos agencias, Sokola dijo a Efe que decidió retirarse “porque era demasiado explosivo psicológicamente. Demasiado estresante y demasiado traumático”.

“Dije ‘se acabó’. Estaba muy deprimida, estaba muy flaca. Ya no podía trabajar porque sentía que había un cuerpo, pero no alma”, se lamentó, y recordó que llegó sola a Nueva York desde Polonia, su país natal, contratada por una agencia que prometió cuidar de ella porque era una menor de edad, lo que asegura no ocurrió.

“Me pidieron que siguiera una dieta extrema, a pesar de que era muy delgada. Pero, sobre todo, la exposición constante a un hombre en el poder y con riqueza”, al referirse a Weinstein, a quien conoció cuando ella tenía 16 años, lo que sostiene que fue una época difícil que le tomó mucho tiempo superar.

Se quejó de que las agencias que las contratan “no tienen ningún tipo de obligación moral o no sienten que deben apoyar a las niñas”.

Indicó, además, que a las modelos las obligan a pagar por sus tarjetas de representación, las sesiones de fotos y el envío de éstas a posibles clientes, así como los apartamentos donde conviven con otras modelos.

Sokola y sus colegas esperan que esto cambie. Pero, por ahora, la propuesta de ley será votada solo en el pleno del Senado la próxima semana.

El autor del proyecto, el senador Brad Hoylman, dijo a Efe que cree que las grandes agencias de modelos están cabildeando para que la medida fracase.

No obstante, está confiado en que el Senado la aprobará y en que la Asamblea pueda seguir ese paso.

“Las empresas y la industria se oponen a las protecciones para los trabajadores. Es una historia tan larga como la historia de nuestro país, pero confío en que los trabajadores acabarán ganando”, afirmó.