Decir Carlota Alfaro es hablar de una verdadera institución en el terreno de la alta costura en Puerto Rico. Lleva seis décadas dedicadas por completo a la industria del diseño y la aguja -60 años como modista y 45 como profesora-, trayectoria que le ha ganado una envidiable reputación en la profesión de los bocetos, las telas y las pasarelas.

Sus creaciones, clásicas y elegantes por tradición, han desfilado por eventos de moda en España, Estados Unidos y Venezuela -entre tantos otros escenarios internacionales-, y han formado parte del guardarropa de un sinnúmero de celebridades, incluidas Diana Ross y Rocío Jurado. En su época dorada, Carlota logró -además- mercadear sus colecciones en grandes cadenas de prestigio, como Saks Fifth Avenue, Bloomingdale's y Lord & Taylor.

Al repasar estos y muchos otros éxitos a lo largo de su andadura profesional, la diseñadora asegura una y otra que ha sido su inquebrantable fe en Dios la clave para triunfar. Aun hoy día, a sus 77 años, señala que trabaja jornadas de hasta 16 horas, dividiendo su tiempo entre diseñar, coser y dar clases a diseñadores noveles.

“Él me hizo a mí costurera, diseñadora, modista, maestra. Todos mis títulos vienen del cielo, de donde proviene la dedicación tan grande que he tenido. Y no estoy cumpliendo 60 años como diseñadora. Tú ponle 65 y más también, porque desde los 10 años ya yo me hacía la ropa”, indica Carlota sin pizca de grandeza, sentada en la oficina de su taller.

“Lo lindo es que yo no me lo creo. Yo tengo 77 pero, a estas alturas, yo no sé lo que es dolor de cabeza ni lo que es tener fiebre. Sí me da catarro de vez en cuando, pero de ahí no paso”, comenta con simpatía, dejando entrever que tiene todas las energías para continuar entre diseños y patrones.

El próximo 8 de abril, 21 diseñadores destacados y noveles que fueron estudiantes suyos presentarán sus creaciones para celebrar precisamente los 60 años de trayectoria de su mentora. El evento Carlota Alfaro, su historia, su legado… el desfile de modas se llevará a cabo a partir de las 6:00 p.m. en el Centro de Convenciones en Miramar, y contará con la participación de Carlos Alberto, Harry Robles, David Antonio, Sonia Santiago y Casanova, entre otros modistos locales.

Sus comienzos

Aunque Carlota alcanzó fama internacional durante los años 60, fue a mediados de la década del 40 cuando descubrió su pasión por el diseño. Tenía entonces 10 años y su tía, toda una experta detrás de la máquina de coser, le mostró cómo confeccionar su uniforme escolar.

“En esa época no habían tiendas que vendían trajes. La gente los mandaba a hacer. Y mi tía me enseña a coser mi uniforme, con la blusita, el refajito y en aquel tiempo no eran panties, sino bloomers”, recuerda la diseñadora con particular cariño.

“Cuando llegué al colegio con mi uniforme, que estaba bien cocido y entallado, pues a las monjas le llamó la atención. Me preguntaron y les dije que yo lo había hecho, que era la verdad. Entonces me llevaron por todos los salones y a mí aquello me causó una sensación de alegría. Me sentí quizás importante en aquella época. Eso hizo que yo planchara el uniforme bien planchadito y pusiera mis zapatos bien brillositos, porque todo el mundo estaba pendiente a mí”, revela entre risas.

No pasó mucho tiempo cuando sus compañeras de clase ya le encargaban la confección de sus uniformes. En la escuela superior, época en que Carlota fue la capitana del equipo de voleibol, le hizo los uniformes a cada una de las jugadoras para que el sexteto “se viera bien bonito”. Y en su año júnior, diseñó y cosió nueve trajes de senior prom.

“Cuando yo me gradúo de cuarto año, ya yo era una profesional”, señala.

Ya clara de su vocación por la moda, Carlota creó su primer taller de costura a los 17 años. Lo estableció en Santurce, en la calle Del Parque, en un almacén vacío que había atrás de la casa de su tía, la misma que -una década antes- la inició en la confección de ropa.

Logros profesionales

El 1965 fue un año particularmente exitoso para la diseñadora. Tenía 32 años y, a petición del Liceo de Arte, comenzó a dar clases de patrones en la institución, donde estuvo por espacio de tres años.

Pero, quizás más importante, fue su participación en el Concurso Anual de Modas Dorothy Gray, el primer evento donde Carlota presentaba un diseño de su creación. La actividad se realizó en la inauguración misma del hotel Sheraton, en Condado, y congregó a 22 modistos, cada uno mostrando una de sus propuestas.

La creación de Carlota llevaba por nombre Ensoñación invernal, un elegante vestido de gala trabajado en encaje de cinta de seda blanco adornado con esferas en brocado de diferentes tamaños. La creación, llevada por Jenny Sosa (primera modelo de la diseñadora), incluía un abrigo forrado en terciopelo negro.

“Cuando van a dar los premios, yo no era el primero ni el segundo. Era el tercero. Pero cuando yo me levanto a recogerlo, el público entero se puso de pie dando aplausos por la injusticia de que no me habían dado el primer premio”, recuenta Carlota con satisfacción.

“Al otro día me enteré que mi traje había ganado por unanimidad el primero lugar, pero pues, hubo unas injusticias. Sin embargo, a mí no me importó. Para mí lo más importante son los aplausos y que a la gente le guste el traje”, precisa.

Otros reconocimientos importantes a su labor vinieron más adelante. En 1970 se llevó cuatro de los cinco galardones que se dieron en la pasarela Destellos de la Moda: el premio de corte y costura, el de trajes originales, el de trajes funcionales y la copa de excelencia.

“Estuve una semana con un dolor en los cachetes de tanto reírme. Aquello era un gozo tan y tan grande; fue la mayor satisfacción en mi carrera”, detalla con simpatía sobre el certamen, en el que se midió contra grandes del diseño como Fernando Pena y Luis Fuentes.

“Desde ese día en adelante yo tenía el compromiso de hacer trabajos de excelencia”, asegura.

En 1988, Carlota se alzó con otro importante reconocimiento, el Lifetime Achievement Award, premio que recibió de la entonces primera dama estadounidense Nancy Reagan.

Su visión de la moda actual

Hoy día, la respetada diseñadora dice haber perdido la cuenta de la cantidad de colecciones que ha diseñado o el número de pasarelas en las que ha presentado sus propuestas. Sin embargo, ese dato no parece importarle tanto.

Carlota prefiere más bien continuar transmitiendo sus conocimientos como experta en el diseño de modas, educando a los diseñadores que apenas están despuntando. A ellos les enseña su revolucionario método de costura de “los cinco pasos”, con el que “con un patrón básico y sólo cinco pasos consiguen cualquier modelo que desean”.

“Aquí hay mucho talento y cada día hay más entusiasmo. Hay unas grandes oportunidades con los fashion weeks y los distintos eventos de moda. Además, hay tanta y tanta demanda de vestidos para certámenes, galas, proms y bodas, entre otros eventos, que hay espacio para todo el mundo”, concluye con entusiasmo.