La escandalosa estrategia de ventas de Abercrombie & Fitch ha provocado en días recientes un rechazo abierto hacia la famosa firma de moda, que no ofrece las tallas XL y XXL en ropa femenina porque sus directivos no quieren que las mujeres con sobrepeso utilicen la marca.

El gerente general de Abercrombie, Mike Jeffries, dijo en una entrevista para el portal Salon en 2006 –citada recientemente por Business Insider– que su negocio se desarrolló en torno al sex appeal, por lo que no quiere que la gente “fea y gorda” compre en su tienda ni mucho menos que venda sus productos.

“El sex appeal lo es todo, es por eso que solo contratamos personas bonitas para que trabajen en nuestras tiendas. La gente guapa atrae a más gente guapa; no nos interesa atraer a otro tipo de clientes”, aseguró Jeffries, sin reparos, hace siete años.

“En todos los colegios están los niños populares y los que no son muy populares. Sinceramente, nosotros vamos tras los populares, los adolescentes populares y atractivos que siempre tienen bastantes amigos. La gente que no es así no se identifica con nuestra marca, y nunca pertenecerán. ¿Somos excluyentes? ¡Absolutamente!”, comentó el chief executive officer (CEO) de la compañía.

La noticia sobre la polémica se ha tornado viral en Estados Unidos, particularmente en las redes sociales, donde las personas consideran que la visión de Jeffries es más que absurda en un país con altos índices de sobrepeso y obesidad.

Hasta el momento, ningún portavoz de la marca se ha manifestado sobre el tema.

Medida discriminatoria

Para el psicólogo clínico Luis Caraballo, la postura de Abercrombie & Fitch y su director ejecutivo lleva un mensaje negativo a la sociedad, pues favorece que se marginen y hasta excluyan a las mujeres de talla grande.

“El que diga que solamente las personas con equis talla o peso son las únicas que pueden ser entrecomillas ‘cool’, ‘bonitas’ o ‘chéveres’ es una manera de discriminar. Y hoy en día, en que se tiene más consciencia de los trastornos alimenticios y las distorsiones perceptuales del físico, lleva un mensaje bien negativo y contraproducente a estos movimientos de concienciación”, lamentó el Dr. Caraballo, catedrático auxiliar en psiquiatría del Recinto de Ciencias Médicas.

El especialista opinó que la visión de la marca de excluir de su inventario los sizes XL y XXL puede, sin duda, fomentar la delgadez extrema entre las chicas.

Criticó, además, que se trata de una perspectiva anticuada si se compara con la de otras firmas de moda y belleza (como Dove, Fruit of the Loom y Hanes), cuyas campañas apuestan por la belleza real de mujeres sanas y con una autoestima alta.

“(Mike Jeffries) está promoviendo algo que es shallow, superficial. Es lamentable porque fomenta presiones para las personas de mantener equis peso para poder estar en una categoría cool, y puede acarrear muchos problemas, entre ellos trastornos alimenticios, problemas de ansiedad y hasta depresión”, aseguró el Dr. Caraballo.

“Estos son comentarios que se deben repudiar. Y él tiene el derecho de decirlos, pero tiene que entender las repercusiones sociales que tiene esto, que va mucho más allá de una tienda o una moda”, concluyó.