A tapear en la Placita de Santurce

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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La placita de Santurce es para muchos un lugar favorito para pasar un rato con los amigos, especialmente los fines de semana. La bebida, picadera, conversación y música en vivo son constantes en este rincón urbano, al que a veces puede ser difícil llegar por la cantidad de personas que atrae.
Con la mente puesta en el público al que le gusta el jangueo pero quiere un rincón más tranquilo, abrió sus puertas, hace ocho meses, el restaurante Piropo. Aquí no se puede llegar con apuro; el ambiente está diseñado disfrutarse, escoger una mesa y pasar un rato compartiendo bebidas y tapas, el fuerte de la casa.
La música y la brisa que se cuela bajo el techo de lona de la terraza hacen olvidar otras responsabilidades y provoca empezar a llamar para invitar a los amigos. El local, con capacidad para unas 60 personas, cuenta con mesas de patio en metal y sillas de aluminio, que dan un contraste moderno a los pisos en madera oscura. Los colores rojo, plateado, marrón y negro dominan la decoración, sin detalles rebuscados. Lámparas antiguas en hierro y puertas en madera labrada recuerdan la herencia del lugar (una antigua casa de 1930), mientras que plantas en macetas le dan un aire campestre al ambiente. La música, por ratos, puede ser relajada o atrevida, pero permite la conversación.
La barra es un punto focal, con cientos de botellas alineadas cuidadosamente, y taburetes en madera negra. Debes saber que, por ser un restaurante al aire libre, se permite fumar en la terraza. Al ser una casona antigua, lo que más sobra son los espacios abiertos y el fresco, distribuido por abanicos de techo con detalles en madera.
Nuestra experiencia
Llegamos a Piropo un jueves a las 4:30 p.m., tratando de evitar el rush del tráfico, y nos encontramos con el restaurante vacío, excepto por nuestro lector, Carlos Conde, que ya nos esperaba en una de las mesas. Luego de una breve espera, nos ofrecieron algo de beber -inclinándonos por el agua, para aplacar el sofocante calor- y esperamos por la orden de chorizos al vino que había ordenado nuestro lector. Unos 10 minutos después, llegó el aperitivo y comenzó la degustación.
Luego de las 5:00 p.m., empezó a llegar el típico público recién salido del trabajo, que busca beber y relajarse, y entonces aparecieron más meseros y el local tomó un ritmo febril, que se intensificó a medida que pasaban las horas, y aunque el servicio tardaba por momentos, el movimiento era constante.
Mi experiencia
En esta ocasion, y como parte de Yo Soy PH, nuestro proyecto de participación ciudadana, el lector Carlos Conde, de 31 años, nos acompañó en nuestra visita. Conde, supervisor del taller de mecánica en un dealer de automóviles, es un foodie confeso y, junto con su esposa y dos parejas más, visitan distintos restaurantes de la Isla, donde piden sugerencias y no tienen miedo a probar cosas nuevas. “Lo que más me gusta es la carne, y a raíz de eso hicimos un viaje a Argentina. Luego, me encanta la comida mexicana, que podría comer todos los días, y sería perfecto”, dice riendo.
Para Conde, el servicio que recibe es tan importante como la calidad de la comida. “Si el restaurante es lejos, a veces el precio no es tan importante; lo que vale es cómo te traten, y eso es lo que hace la diferencia”, resalta.
A continuación, su experiencia:
“Al llegar, estacioné mi vehículo en el estacionamiento frente al restaurante, cuya tarifa es de $3.00, aunque no hubo servicio de valet parking. Al entrar, era el único cliente y escogí la mesa de mi predilección, aproximadamente 10 minutos después el bartender me preguntó qué deseaba y me trajo un menú. De los platos que probamos, el sobresaliente fue el churrasco con arroz mamposteao, que estaba delicioso, aunque el precio de $16 para la hora de almuerzo está un poco alto. Luego probamos los buñuelos de bacalao guisado, que estaban crujientes por fuera y suaves por dentro. El ceviche, aunque estaba tierno, no llega al punto de sorprender. El chorizo al vino estuvo muy bueno.
En general, las porciones son generosas y el servicio fue bueno hasta que comenzó a llenarse el lugar, momento en que se vio un poco de desorganización”.
Calificaciones
Ambiente 5 estrellas
Calidad 4 estrellas
Presentación 4 estrellas
Servicio 3 estrellas
Accesibilidad 4 estrellas
Estacionamiento 3 estrellas
Nuestros favoritos
Aperitivo: Chorizo al vino Finas rebanadas de chorizo cocinadas en vino tinto y servidas con queso del país frito o pan tostado. La salsa resultante es muy gustosa. $9
Apertitivo: Croquetas de risotto Frituras rellenas de risotto, camarones y salmón, con salsa de chives y limón con esencia de tarragón. Las croquetas, por sí solas, son muy buenas. $9
Plato principal: Churrasco con arroz mamposteao - Churrasco de 10 oz. servido con arroz mamposteao, chimichurri de la casa y decorado con shoe-string potatoes. La estrella de este plato es el arroz mamposteao. $16
Para dos por menos de $50
El gerente de Piropo, Edgar Dolande, recomienda:
Croquetas de risotto, para compartir $9
Brasitas argentinas (churrasco, chorizo, cerdo, pimientos, cebollas salteadas y aceitunas). Para compartir $20
“Brownie cake” con salsa de “raspberry” y mantecado de vainilla $8
“Cheesecake” de amaretto $8
Cómo llegar
El restaurante Piropo se ubica en la calle Iturriaga #1361 en Santurce. El mismo abre de miércoles a domingo, con dos horarios: de 11:00 a.m. a 4:00 p.m. se sirve almuerzo, y de 4:00 p.m. a 3:00 a.m. se sirve la comida y se convierte en un lounge. Tiene valet parking ($3.00) y música de DJ los jueves y viernes. Puedes llamar al 787-723-5577.