Si usted es de los que tiene un perro en casa, deberá saber que cuando se trata de su cuidado, no se puede dejar nada al azar: desde la alimentación hasta la recreación y, por supuesto, la higiene. Son muchos los aspectos que se deben tener en cuenta para mantener un perro feliz, fuerte y sano.

¿A qué dueño no le gusta ver a su perro con un pelaje radiante y luminoso? Si bien el baño es una medida de higiene básica del cuidado de la mascota, no hay que hacerlo muy a menudo, la excesividad lejos de traer bienestar, puede generar algunos problemas. ¿Con qué frecuencia debo bañar a mi canino?, se estará preguntando. A continuación se lo contamos.

¿Cuál es la frecuencia que recomiendan los expertos?

El baño es una medida de higiene que es diferente en todos los casos y depende, en gran medida, de aspectos como el estado de salud, la raza, los malos olores o, incluso, el tipo de pelaje -si es largo, corto, sedoso, graso-.

Sin embargo, los expertos de Purina, una de las marcas de alimentos para mascotas más populares del mundo, recomiendan hacerlo una vez al mes. En algunos casos, cada tres meses o incluso dos veces al año es suficiente. Eso sí, bañarle todos los días es, según los especialistas, absolutamente desaconsejable.

La razón de por qué no debe hacerse con tanta frecuencia recae en la grasa que los caninos poseen en la superficie de la piel, la cual les sirve de aislante y los protege. Al estar en contacto con el agua y el jabón constantemente, este manto de protección desaparece, exponiéndoles a los peligros externos.

“Un exceso de higiene hace que su piel se vuelva vulnerable y no esté suficientemente protegida ante problemas dérmicos, además de provocarle irritaciones, picores y descamaciones por culpa de la sequedad que le provocan los jabones y champús en la piel”, detalla Purina en su página web oficial.

Los perros que tienen el pelaje largo suelen oler más, por eso se aconseja cepillarles a menudo eliminando así la suciedad causante del mal olor. Algo parecido pasa con los caninos activos, que al estar en constante movimiento necesitan un aseo más frecuente.

Si el perro todavía es un cachorro, no podrá ser sometido a baño antes de los tres meses y sin estar vacunado. Los perros en edad temprana son tan frágiles que podrían desarrollar problemas respiratorios. Es por ello, que Ana Anglada, veterinaria miembro de la junta de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía, en diálogo con la revista ‘¡Hola!’, recomienda secarlos muy bien para evitar el desarrollo de enfermedades respiratorias.

Otras recomendaciones a la hora del baño

El champú, un elemento a considerar

La frecuencia no es el único aspecto a tener en cuenta a la hora de bañar un perro. El champú, por otra parte, es un elemento determinante para evitar irritaciones, picores y descamaciones en el canino.

De acuerdo con Anglada, para la revista citada anteriormente, lo ideal es que el champú reúna unas cualidades obligatorias de pH: en estos casos, debe estar entre 7 y 7,5, que en la escala se considera un valor neutro. El portal ‘Experto Animal’, por su parte, aconseja hacer uso de productos naturales como el aceite de argán o, simplemente, el agua.

Otra de las cualidades a tener en cuenta es la calidad. “Debemos utilizar champús creados con bases de siliconas que protegen el pelo y la cutícula; las bases de aceites pueden perjudicar en el futuro la piel de nuestro perro. Y, lo más importante, debemos acondicionar debidamente, eso permitirá mantener una piel y un pelo sano y brillante”, detalla la veterinaria para ‘¡Hola!’.

¿Y si le tiene miedo al agua?

El baño está diseñado para ser un momento divertido y relajante; no obstante, el miedo al agua a veces entorpece un poco ese proceso. ¿Qué hacer para hacer frente a este obstáculo? Le damos unos consejos.

1. Familiarizar al perro con el agua: puede iniciar mojando su mano y, posteriormente, pasarla cuidadosamente por el pelaje del canino. Luego puede recurrir a esponjas empapadas de agua. En todos los casos, lo relevante es hablarle con suavidad, acariciarlo y mostrarle seguridad durante el proceso.

2. Prémielo: es importante no exponer a su canino al agua de forma descontrolada, castigarlo, obligarlo a hacer algo que no desea o, peor aún, reforzar conductas negativas como morder, ladrar o llorar. Lo ideal es que una vez termine el baño, opte por un refuerzo positivo como un premio. De esta manera, el peludo comprenderá que ha hecho algo bien y querrá repetirlo la próxima vez.