En la búsqueda de una teoría simple para explicar cómo llegaron a América sus primeros pobladores, nos hemos inclinado a creer que debe existir solo una explicación. Sin embargo, la evidencia arqueológica y el sentido común nos mueven a considerar que fueron muchos los caminos que condujeron a América.

En la actualidad, existen varias teorías que pretenden aclarar el misterio. Algunas de éstas plantean escenarios prehistóricos que son difíciles de corroborar. Otras, sin embargo, ofrecen explicaciones claras y científicamente verificables.

La teoría del origen único

Propuesta por el investigador checo-estadounidense Alex Hrdlicka y el mexicano Pablo Martínez, esta teoría sostiene que América se pobló con seres humanos procedentes de Asia, que cruzaron por el estrecho de Bering y, desde el norte, poblaron el resto del continente.

Este planteamiento ha sido apoyado por excavaciones arqueológicas a lo largo de los años, que confirman que el poblamiento ocurrió en oleadas sucesivas entre los 50,000 y 40,000 años antes de Cristo.

Además, la hipótesis propone dos ciclos migratorios posteriores, que impulsaron a las poblaciones humanas hasta la Patagonia, al sur de la Argentina, aproximadamente en el año 12,500 a.C.

La teoría del origen múltiple

El antropólogo francés Paul Rivet afirmó que, para llegar a América, los seres humanos no sólo cruzaron por el estrecho de Bering, sino que también navegaron por el océano Pacífico, en lo que constituiría una segunda oleada migratoria desde Polinesia. Según Rivet, esta migración debió haber ocurrido entre los 15,000 y 11,000 años antes de Cristo.

Esta teoría sugiere que el biotipo o forma biológica de los americanos de tez morena es el resultado de una migración melaneso-polinesia. La similitude entre los cráneos de aborígenes australianos y aquellos pertenecientes a algunos indígenas de la Patagonia parece confirmar su propuesta.

La teoría de la migración austral

Esta teoría corresponde al portugués Méndez Correa y propone que el poblamiento americano se produjo a través de la Antártida y Australia. La teoría describe una migración australiana y tasmanoide, a partir de restos arqueológicos encontrados en la Antártida. Según la hipótesis, las masas continentales de Australia y la Antártida estaban unidas en el pasado, lo que permitió el tránsito de humanos de un territorio a otro.

La teoría del origen autóctono

Esta teoría fue propuesta por el argentino Florentino Ameghino durante el siglo XIX, y afirma que los habitantes de América no provinieron de otros continentes, sino que se desarrollaron en América. Este investigador pensaba que el ser humano se desarrolló por primera vez en la región de las pampas argentinas y que, desde allí, emigró al resto de América y a otros lugares del mundo.

Por otra parte, Samuel Morton, un investigador norteamericano afirmaba que el ser humano evolucionó paralelamente en América, Asia, África y Europa.

Estas hipótesis, sin embargo, carecían de evidencia arqueológica que las apoyara, lo que causó que fueran descartadas por la comunidad científica. Hoy día, estas teorías se estudian como intentos válidos de explicar el poblamiento de América.

Conclusión

Aunque estas teorías aún están sujetas a estudio, podemos afirmar que el ser humano apareció en África por primera vez, y que desde allí emigró hacia Europa y Asia. Luego, con toda probabilidad, entró a América, al menos por una ruta confirmada: el estrecho de Bering. Sabemos, además, que su presencia en este continente se inició hace unos 40,000 años y que América se pobló de extreme a extremo hace sólo 20,000 años, aproximadamente.

Hubo un primero

Aunque estudios recientes sugieren lo contrario, en América existe evidencia arqueológica de humanos con rasgos bastante parecidos a los de los indígenas actuales (ojos oblicuos, pómulos sobresalientes, nariz chata y piel cobriza).

Sabemos que el primer americano fue un depredador nómada, que seguía y cazaba rebaños de caza mayor en Norteamérica. Vivía de la caza, la pesca, la recolección de frutos e insectos y la horticultura. Sus creencias espirituales giraban en torno a la naturaleza. Artefactos encontrados revelan que sus dioses eran espíritus superiores y que veneró a algunos animales.

Se cree que pertenecía a una sociedad monógama y patriarcal, en donde los hombres eran quienes mandaban. Desarrolló herramientas con recursos como la madera, la piedra, el hueso, los metales, el barro y la paja. Además, desarrolló el tejido y, en algunos casos, la alfarería.

Estos pobladores vestían prendas hechas en piel. Formaban grupos de 20 a 50 personas, divididos en familias nucleares de entre 4 y 10 miembros. Durante la mayor parte del año, el grupo principal se dividía en otros más pequeños, pero en ocasiones se juntaban nuevamente para llevar a cabo rituales y cacerías masivas.