Seguramente has disfrutado con tu familia de un delicioso almuerzo al aire libre preparado al carbón sobre una parrilla. Lo llamamos barbecue, en su versión inglesa, y lo vemos como “BBQ” en los letreros de los comercios locales. 

Sin embargo, curiosamente, tanto el nombre como el procedimiento son oriundos de Sudamérica y el Caribe.

La palabra barbacoa es de origen aruaco, específicamente se deriva de la lengua taína, según lo presume la Real Academia Española de la Lengua. La palabra posee diferentes significados que varían según el país latinoamericano donde se emplee, pero casi todos la utilizan para describir un tipo de andamio, hecho de madera, sobre el cual se almacenan o se cocinan algunos alimentos.

En la práctica, para asar la carne se utilizaban cañas o palos de madera verde colocados sobre una hoguera encendida en un hueco en la tierra. Se dice que los colonizadores españoles aprendieron esta técnica, al igual que la palabra, de los indios taínos que habitaban la isla de Haití. La barbacoa era utilizada también para ahumar la carne, logrando que ésta se conservara por mucho más tiempo.