Por décadas, Jesús Ortiz Torres ha dejado su huella artística en cientos de lienzos, murales, esculturas, instalaciones y en el salón de clases. Hasta entró en la mente del colonizado para plasmar la realidad del país con impactantes caricaturas expuestas en dos publicaciones.

Mas los vientos del huracán María lo llevaron a explorar, el alimento indígena que de su madre aprendió a degustar. Ese casabe que se impregnó en su paladar a temprana edad, cuando crecía en el barrio Jagueyes de Villalba.

“De los primeros alimentos que me acuerdo haber comido en un fogón, en un piso de tierra, fue el casabe que hacía mi mamá. Era un tiempo difícil para nosotros, no había muchas cosas de comer y mi mamá sacaba una yuca, la ‘rayaba’, la mezclaba con coco y hacía un casabe que lo comíamos sin nada, y eso sabía tan rico”, recordó el artista villalbeño.

“Pasa el tiempo y mi mamá enferma, y en cama me pide casabe, pero yo no sabía hacerlo y fui buscando hasta en restaurantes, pero no lo había en ninguna parte. Hice contacto con gente de Santo Domingo, pero no era lo mismo y tampoco las tortitas que había en los health foods, pero ella se lo comía”, agregó Ortiz Torres, egresado de la Pontificia Universidad Católica de Ponce.

El educador jubilado señaló que nunca tuvo tiempo para practicar una receta que igualara el alimento de su progenitora, quien falleció tiempo después. Hasta que el fenómeno atmosférico desconectó la isla de su rutina, dejando a miles desprovistos de alimento.

“El pueblo pasó hambre otra vez, y yo estaba tratando de acordarme de la receta, pero me puse a experimentar hasta que saqué la forma en que se hacía y lo fui mejorando cada vez. Y con eso también fue mejorando mi salud, porque la yuca es rica en vitaminas, es nutritiva”, confesó.

Es por eso que el artista se ha dedicado a brindar talleres gratuitos en los cuales enseña a confeccionar el casabe boricua, según los gustos e intereses de cada persona. 

“La conciencia me dice que tengo que compartir este tipo de conocimiento con otras personas, no solamente para cuando yo esté viejo pidiendo casabe, sino que más gente pueda hacer esto porque las cosas que se nos pueden venir encima van a estar bien difíciles, complicadas y posiblemente necesitemos un buen alimento y para mí, el mejor alimento es el casabe”, manifestó el muralista.

“La yuca es fácil de cultivar y es un superalimento en el que el ser humano deposita su fe para libertar al mundo de la hambruna. El casabe que hoy conocemos nos llega de países hermanos, pero es muy fino, seco y sin sabor, pero en cambio, el casabe boricua es más grueso, se come caliente y tiene un sabor exquisito”, destacó el autor de ¿Cómo piensa el colonizado?

Al tener un sabor neutral, el casabe se puede comer solo, como aperitivo, plato principal o postre.

“Esto combina con todo, lo puedes utilizar como un aperitivo si lo mezclas con guineo o alguna fruta fresca. Si lo mezclas con carne, aves, cerdo, hasta con el cuerito de lechón, te funciona como plato principal, y si lo mezclas con jalea o pasta de guayaba, te funciona como postre”, dijo mientras cocinaba el casabe en una plancha sin agregarle aceite ni mantequilla.

Según el experto en casabe, hay tres maneras de prepararlo, y él está dispuesto a divulgarlo para aquellas comunidades, iglesias, instituciones o grupos que estén interesados en aprender y ayuden a pasar el conocimiento a otras personas.

Para detalles puede acceder a su página en Facebook: Jesús Ortiz-Torres.