El encanto boricua de chinchorrear
En Puerto Rico conocemos por “chinchorro” un espacio que invita a pasarla bien en un ambiente de pura informalidad, pero en otros países, su significado es muy diferente.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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De seguro cuando escuchas la palabra “chinchorro”, lo primero que piensas es en un lugar pintoresco y sencillo para pasarla bien mientras comes y bebes en familia o con amistades, a precios súper económicos.
Ahora bien, si lo dices fuera de Puerto Rico queriendo hacer referencia a este tipo de actividad, muchos te mirarán con cara de que no saben de qué les estás hablando.
Para los boricuas, la palabra se refiere a un local pequeño y rústico que vende frituras, picadera y bebidas. Es un espacio que invita a pasarla bien, a despejar tu mente mientras construyes buenos recuerdos en grata compañía y en un ambiente de pura informalidad.
Pero en otros lugares del mundo, su significado es diferente.
¿Sabías que en Venezuela se refiere a una hamaca? En Cuba quiere decir puesto pequeño de tabaco.
De acuerdo con la Real Academia Española, chinchorro significa “embarcación de remos muy chica, y la menor de a bordo”, “red a modo de barredera y semejante a la jábega, aunque menor”, y una “hamaca ligera, tejida de cordeles o fibra”.
En Puerto Rico, muchos pescadores tienen el conocimiento de que “chinchorro” es una red para pescar. Pero, ¿qué significado encierra para la mayoría de los puertorriqueños?
Tradición que nos identifica como boricuas
Al repasar la historia, el sociólogo Manuel Torres Márquez señala que “todo comenzó cuando se trataba de ese bar o colmado de barrio, digamos para la década de los treintas (en el siglo XX). Era un concepto de posadas y paradas. El vehículo de transporte principal era el caballo, no existía el expreso, por lo que era típico, luego de un largo viaje, detenerse en alguno de estos establecimientos para descansar, comer y beber”.
El también profesor resalta que “era un local que ciertas clases sociales asociaban con un nivel socioeconómico particular”.
Fue el paso del tiempo el que fue creando el concepto que le damos hoy día, como un lugar al que tanto hombres como mujeres acuden para pasar un buen rato a degustar de una oferta gastronómica a un precio accesible. “Eso es algo que no era típico en los primeros años, cuando era un ambiente más de hombres”, compara Torres Márquez. “Hoy día, es un retrato claro de equidad, en el que también vemos a familias enteras”. De hecho, el profesor entiende que fue “para la década de los sesentas que se ve la afluencia de parejas y familias”.
Visita el especial "de Chinchorreo"
Por otro lado, el doctor en sociología destaca que “el clima y la topografía de nuestra Isla hacen propicio este tipo de alternativa”. También, la diversidad culinaria. “Somos capital cultural, capital culinaria, capital del mejor ron caribeño”, menciona el sociólogo. “La comida creativa de algunos de estos lugares se ha ido adaptando para ofrecer un menú, no solo de frituras típicas -como una alcapurria o un pionono-, sino también de bocadillos gourmet con salsa de guayaba o de mangó”.
El sociólogo analiza que “somos un país de celebración, esto es parte de nuestra cultura”. De ahí que, en la actualidad, esta actividad abarque alternativas como “la de contar con rutas específicas para chinchorrear, tanto en la costa como en la montaña”. Incluso, existen opciones que, a nivel turístico, permiten hacer varias paradas “mientras se disfruta de bonitos paisajes”. Esto incluye “el chinchorreo en helicóptero”.
El sociólogo destaca que hoy día el concepto de chinchorro “es algo que nos distingue, con un encanto particular”. Y puntualiza que “hay algo parecido en algunos países de Latinoamérica, pero sin los matices de Puerto Rico, que te permiten, por ejemplo, en un mismo día, visitar varios chinchorros, disfrutar de pescado fresco, probar platos típicos, comprar alguna artesanía y disfrutar de bonitos paisajes, en un tiempo récord a través de una ruta trazada para este propósito”.