¿Es o no es el maví una bebida artesanal?

Lo que parecía una contestación sencilla que hacía innecesaria una vista de la Cámara de Representantes, abrió la puerta a un complicado debate en el que tres dependencias del gobierno se oponen a dicha declaración, que implicaría la aplicación de incentivos económicos.

La audiencia se llevó a cabo en la mañana de este martes para discutir el Proyecto de la Cámara 2434 que busca declarar el maví "como una bebida artesanal de Puerto rico, ordenar la promulgación y adopción de un plan de mercadeo turístico y para otros fines relacionados".

De la autoría del representante José Aponte y con el apoyo del presidente de la comisión cameral de Desarrollo de la Industria Turística, Ángel Matos, la medida dispone que si la bebida es declarada como artesanal, sus productores podrán acogerse a beneficios que ofrecen dependencias públicas como la Compañía de Fomento Industrial (CFI) y el Instituto de Cultura Puertorriqueño (ICP), entre otros.

Además, se facultaría a la Compañía de Turismo para "promulgar un reglamento para viabilizar el plan de mercadeo con respecto a la producción de la bebida maví".

Hasta ahí parecía que todo iba bien. Sin embargo, por simpática que pareciera la medida, la Compañía de Turismo, el Intituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) y la Compañía de Fomento Industrial (CFI) plantearon que la intención legislativa choca contra las definiciones establecidas por ley.

Para empezar, en lo que respecta al ICP, el maví no puede ser considerado una "artesanía". Así lo indicó Pedro A. López Onna, director ejecutivo interino de esa entidad.

"Aunque podemos acordar que 'se elabora o produce fundamentalmente a mano', el producto final no depende de la creatividad de quien lo produce ni el resultado es una interpretación artística del imaginario popular o el objetivo final constituye una obra artística", dijo López Onna sobre el maví.

Según la definición del ICP, "artesanía puertorriqueña" se refiere a “artículos de uso utilitario o decorativo, no culinario…"

Buscarán que se reconozca la gastronomía como artesanía

El hecho de que el ámbito gastronómico no cualifique para el título de "artesanal" bajo el ICP tomó por sorpresa a los dos legisladores propulsores de la medida sobre el maví.

"Para registro, se establece que la gastronomía popular no está reconocida en su ley orgánica y, pues, uno se lleva una sorpresa, porque yo pensé que había algo, no, sobre todo lo que es la producción de mieles, pique, sofrito. Yo pensaba que había alguna guía por parte del Instituto", sostuvo Matos.

El representante popular dijo que, ante este panorama, abrirá una discusión legislativa para que se enmiende esta definición.

"Si a esta altura hay alguien con problemas de espíritu para reconocer nuestra gastronomía, pues yo les diría que hace rato estamos en el siglo XXI", sostuvo.

Matos reconoció la preocupación manifestada por el ICP, en cuanto a la cantidad de solicitudes que podría recibir de personas reclamando la calificación de artesanía por su producción de platos culinarios.

No obstante, considera que se pueden establecer parámetros que atiendan esas definiciones y se permita considerar como artesanías algunas áreas específicas dentro de la gastronomía, como el caso del maví.

"Reconozco que puede haber una ola de producciones artesanales o doméstica, pero de todo hay uno y lo demás es aplicación de estilo y del producto", dijo Matos.

"Con un temario tan complejo de asuntos que nosotros atendemos en esta legislatura, sea luz, deuda, desarrollo económico… todavía quedan asuntos de más fácil manejo y la gastronomía puede ser uno de ellos", agregó.

Entonces, cabría preguntarse si es necesario que la Legislatura dedique esfuerzos en atender este asunto. Para Aponte, autor de la medida, sí es necesario, pues responde a un reclamo ciudadano de oportunidad de desarrollo económico y de generar un atractivo cultural adicional para el municipio de Juana Díaz, donde se produce el "maví champán". Además, destacó que las agencias aludidas no le darán paso a menos que haya legislación.

"Hay reglamentación y hay reglamentación, y sé que hay el extremo donde se podría considerar (dentro de las agencias). Pero, de todos modos, el presidente de la comisión y este servidor, hemos tomado nota y si hay que enmendar la ley que cobija las definiciones artesanales para el ICP, también las estaremos incluyendo", dijo Aponte.

Por su parte, Matos también justificó la atención al tema, porque "le doy vista a todo. Todos son los proyectos importantes. Lo trae un compañero de minoría y no importa. Espero que así se cambie el estilo de legislar".

Además del ICP, también se opuso Fomento, al indicar que aunque se declare al maví como bebida artesanal, no significa que cumplirá con "los parámetros de criterios que utiliza el Programa de Desarrollo Artesanal del CFI".

Mientras, Turismo planteó que la medida debe excluirle de "promulgar un reglamento con respecto a la producción de la bebida 'maví', así como la promulgación y adopción de un plan de mercadeo turístico, por no ser tales funciones cónsonas con su razón de ser ni la función delegada por la Asamblea Legislativa".

Ciertamente, el tema no es estéril para Carlos Rafael Rodríguez Hernández, propietario de Maví Champán Don Oscar, en Juana Díaz, y quien motivó la redacción del proyecto de ley.

Hasta Coca Cola quería la receta del “maví champán”

La medida y el reclamo de Rodríguez Hernández contó con una ponencia de apoyo por parte del alcalde Juana Díaz, Ramón Hernández.

La familia Rodríguez Hernández ha producido el llamado "maví champán" por casi un siglo con una receta que se ha mantenido en secreto pese a ofertas que incluso han llegado desde compañías multinacionales de refrescos, según contó.

Durante la audiencia, después de hacer un recuento de los lugares del Caribe donde se vende maví y las jurisdicciones que cuentan con bebidas declaradas como autóctonas, señaló que ha recibido acercamientos desde fuera de Puerto Rico, más recientemente desde el estado de Florida, para vender su producto, pero aseguró que no tiene los recursos.

"Fue ayer mismo", dijo Don Carlos. "Era una persona interesada de cómo podíamos distribuirlo en Florida, pero no tenemos la capacidad de hacerlo. En tiempos de mi abuelo, la Coca-Cola le ofreció $80,000 o $90,000. En aquellos años eso era... pero él no quiso, porque eso era para que sus hijos se pudieran mantener".

Resaltó que el origen de la bebida se remonta a la época en que los indios taínos poblaban las Antillas y relató el proceso de confección de la misma, que comienza cuando "el artesano" va a "escoger la materia prima, corteza de maví", en referencia al árbol del mismo nombre.

"El término gastronomía abarca un amplio espectro, no se reduce solamente al arte de preparar alimentos (bebidas), sino que se define mejor como la historia de un pueblo y sus tradiciones culinarias", manifestó Rodríguez Hernández en su ponencia.

"Se concluye que es una manifestación cultural y artesanal protegida y parte del patrimonio de un País", afirmó.