Shalimar Rivera adora sus “minibubis”, pero llegó el momento de decirles adiós.

¿Que no importa lo que digan los demás? Sí, Pepe. Así pensaba la quinta finalista de Nuestra belleza latina 2012 (Univisión) hasta que se dio cuenta de que la opinión de esos “demás” podía interferir con sus sueños. Y, aunque está contenta con sus senos tamaño “A negativo”, como ella les dice, cedió a agrandárselos si de esa forma se acerca más a sus metas artísticas.

Quizás la última vez que sus pechos naturales saluden al público sea este sábado en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey, donde cantará y bailará en el concierto de Yolandita Monge.

“Cabe la posibilidad bien grande de que este año Shalimar tenga dos amigas nuevas”, anuncia alegre, pero melancólica. “Me siento feliz como soy, pero, ¡es que me las criticaron mucho! Los fans siempre me han dicho que, si me hago los bustos, me quedarían perfectos y, pues, les hice caso”, expresó la modelo que actualmente usa sostenes 32-A.

Reacia a mencionar la palabra bullying para no abusar de un término delicado, la guayamesa de 24 años indica que en las redes sociales de Internet incluso ha recibido insultos. “Tabla”, “pecho plain” y “huevos fritos” son algunos de ellos.

“Antes yo me decía: ‘¿Por qué tengo que hacerlo por ellos (los críticos)’? Y ahora pienso: ‘Pues, porque ellos son los que me van a dar la entrada al mundo en el que yo quiero estar’”, reflexiona la aspirante a actriz y cantante acerca de su primera cirugía plástica.

Claro, eso no significa que le vaya a hacer la competencia a la modelo y empresaria Maripily en cuanto a “pechonalidad”. “Lo que quiero es algo moderado, un B full”, aclara al señalar que ha visitado tres cirujanos y aún no decide a cuál acudir.

Se deja del novio

La simpatía de Shalimar es contagiosa, pero esconde dolor. La modelo reveló a Primera Hora que se dejó de su novio, el guardia penal Guillermo Garay, con quien llevaba ocho años y medio de relación.

“En estos momentos no quiero saber del amor de pareja. Lo amo muchísimo. En las noches pienso en él y oro por él. Sin embargo, es el momento de darnos un tiempo”, confiesa.

“A veces me levanto con una sonrisa en los labios y lágrimas en los ojos. He aprendido que, cuando amas, hay que dejar ir”, añade sin revelar la razón de la ruptura.

Ese sufrimiento no la amilana. Al contrario, lo pone en diálogo con las emociones que expresan las canciones de Yolandita, de quien será corista y bailarina este sábado.

“La música es uno de los medios de comunicación más fuertes que existe. Admiro a Yolandita por su gran trayectoria y por ser una mujer fuerte. ¡Desearía yo tener esas décadas que ella tiene en el arte y verme así de espectacular!”, subraya.