La feliz locura de la Destilería Coquí
Los esposos María Cristina Morales y Héctor Quiñones Mercado tomaron un riesgo que hoy los compensa.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
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María Cristina Morales y su esposo Héctor Quiñones Mercado dejaron sus productivos empleos en San Juan para embarcarse en la aventura de sembrar caña de azúcar y producir melaza en la zona oeste de la Isla sin conocer a nadie en el territorio donde formarían su nuevo hogar.
La idea inicial era vender el producto a las destilerías en Puerto Rico, aunque su intento no resultó como esperaban. Así que decidieron quedarse en el lugar y vender el guarapo en el pulguero de Mayagüez y, más adelante, en un sinnúmero de festivales por todo el archipiélago. El guarapo no es otra cosa que el jugo que se le extrae a la caña de azúcar, convirtiéndose en una de las bebidas tradicionales más refrescantes en el trópico.
Pero eso no fue suficiente para esta intrépida pareja que se atrevió a desafiar el destino al arriesgarse a pasar por el crisol de las autoridades gubernamentales con la propuesta de hacer ron. No obstante, el camino para llegar a la meta no fue fácil.
“Para ese tiempo, solamente existía Bacardí, Serrallés y Barrilito, que compraba el alcohol a otras destilerías. Entonces, para hacer ron en Puerto Rico o eres millonario o estás loco. Millonarios no somos, pero tenemos bastante locura en nuestro cerebro”, expresó María Cristina de 42 años.
La empresaria explicó que, “para hacer ron en Puerto Rico se requiere una aprobación federal, otra estatal en la cual te entregan una licencia para poder destilar y una vez tienes la licencia para destilar viene la aprobación de las etiquetas. Entonces comienzas a destilar tu producto”.
“Luego lo tienes que echar en un barril de roble blanco, dejarlo ahí añejado por un año y entonces comenzar a vender el ron. No teníamos dinero ni para los barriles ni para el alambique. Así que, en una reunión familiar se nos ocurre hacer pitorro. El pitorro no es añejado y si lo añejo deja de ser lo que es”, relató.
La odisea comenzó en 2007 y no fue hasta el 2009 que lograron la encomienda.
“Nos arriesgamos documentando todo, teníamos lo nervios de punta, pero Hacienda nos entregó la tercera licencia para destilar en Puerto Rico. En aquel momento fuimos: Bacardí, Serrallés, Destilería Coquí y después vinieron todas las demás”, recordó la también madre de dos retoños. “De ahí, comenzamos con el proceso del producto: el pitorro”, señaló al mencionar que sus primeros sabores fueron “pitorro blanco que es la base, pitorro frutas tropicales, pitorro piña y pitorro fresa”.
“Pero era otra generación y decidimos hacer sabores nuevos que eran coco, parcha y tamarindo, a 15% alcohol por volumen para que fuera más accesible al consumidor que no le gusta el pitorro muy alto. Dejamos fruta, fresa y piña que, de 50% se bajó a 22%, y el blanco se dejó en 39%”, detalló.
Así las cosas, 15 años después, Destilería Coquí continúa elaborando el producto de manera artesanal, desde sus instalaciones ubicadas en el barrio El Seco de Mayagüez. Allí se fermenta, destila, envasa y se añejan cuatro propuestas comerciales: Pitorro, Ron Coquí, Carjackers y alcohol etílico; este último surgió tras la necesidad de la pandemia.
“Seguimos haciendo nuestro producto como lo hace nuestra cultura, como lo hacemos desde el primer día, tres veces destilado. El proceso de fruta, fresa y piña se corta a mano y se echa a mano dentro de la botella porque es un producto artesanal y así lo vamos a dejar, por más que podamos crecer”, reveló.
“Pitorro vende entre 13,000 a 15,000 cajas anuales; Ron Coquí vende unas 9,000 cajas y Carjackers es un producto más pequeño y está en 500 cajas al año. Lo queremos así. Nuestra distribuidora es Ballester Hermanos”, admitió sobre la operación que genera 28 empleos directos.
El proyecto está endosado por la Compañía de Turismo de Puerto Rico al convertirse en parte del programa de agroturismo.
“Destilería Coquí es un centro turístico, recibimos a los turistas aquí todos los días y los domingos recibimos grupos. Van a ver la historia de Destilería Coquí, les enseñamos el proceso de la fermentación, el proceso de la destilación, de lunes a viernes verán el proceso del embotellado”, expuso.
El recorrido tiene una duración aproximada de 45 minutos, cuando los visitantes tendrán la oportunidad de degustar todos los productos.
“Es un ‘all you can drink´, pero son ocho sabores de pitorro, dos de Ron Coquí y uno de Carjacker. Tenemos pitorro blanco, de frutas, piña, fresa, coco, parcha, tamarindo y café. El Ron Coquí es blanco o limón y el Carjacker que es nuestro bebé, es el ron añejo”, apuntó.
“Nosotros comenzamos en un almacén de 1,200 pies cuadrados y ahora somos arrendatarios en estas instalaciones que pertenecen al Municipio de Mayagüez. Pero tenemos proyección de expansión. Ahora mismo estamos enfocados en la exportación de Pitorro y Ron Coquí, que se venden en Florida, Boston y California”, concluyó.
Para detalles: 787-805-1000.