NAGUABO. Los naguabeños cuentan que detrás del Festival del Chapín -que cumple sus 35 años- hay una historia fascinante protagonizada por el fenecido playero Lucas Flores, quien para los años 60 logró convertir a un despreciado pescado en uno de los grandes atractivos gastronómicos de la región.

Así lo narró a Primera Hora el organizador de uno de los festivales más concurridos en Puerto Rico, Carlos Iván Pérez, al explicar que el chapín - un pescado en forma de triángulo, duro caparazón y sin escamas- es una de las especies que más abundan en las aguas entre Naguabo, Ceiba, Fajardo y Humacao.

El chapín tiene forma de triángulo, duro caparazón y sin escamas.
El chapín tiene forma de triángulo, duro caparazón y sin escamas. (VANESSA SERRA DIAZ)

Cada día los pescadores en el muelle El Morillo, en la playa Húcares, llegaban con chapines atrapados en su faena pero no lo consideraban un producto viable para la venta pues, según los trabajadores del mar, este pescado provocaba sueño en quienes lo consumían.

“Don Lucas se percató que el problema con el chapín era una venita que tenía... es un tipo de arteria que él sacó. Luego cogió la carne blanca del pez y la preparó en pastelillos. Don Lucas los echaba en un latón y los llevaba hasta la central El Triunfo y se los vendía a los obreros... se podría decir que eso era lo que alimentaba a los obreros de la caña”, acotó Pérez.

Con el tiempo todos en la playa Húcares convirtieron el pastelillo de chapín en el aperitivo predilecto de la comunidad y sus visitantes. Fue así como en el 1986 - cuando Germán Suárez era alcalde del pueblo costero- se estableció el Festival del Chapín, un evento que se celebra entre el 15 y 17 de febrero de cada año.

“Actualmente, en Naguabo hay unas 86 familias que se dedican a elaborar y vender esta fritura rellena de chapín y, de hecho, como parte de las actividades del festival siempre se reconoce a algunas de estas familias”, comentó Pérez quien coordina el evento junto a Juanita Aponte, Arturo Rivera y Jesús Trinidad.

Mariam Valentin prepara pastelillos de chapín.
Mariam Valentin prepara pastelillos de chapín. (VANESSA SERRA DIAZ)

Destacó que otros atractivos del evento -que no se llevó a cabo en el 2020 debido a la pandemia- son la exhibición de veleros nativos que se construyen en la playa de Naguabo y son conocidos como gambotines, feria de artesanías y música.

“Además, en el festival se premia la mayor pesca de chapín, el pez de esta especie más grande y se premian a los mejores gambotines”, sostuvo al añadir que el último premio al chapín más grande se lo llevó un pez que midió 18 pulgadas.

“Este año estamos bien entusiasmados. Hay personas que ya empezaron a confeccionar sus gambotines y si la pandemia cede lo vamos a celebrar por todo lo alto. Este es un festival cultural que se ideó de forma espontánea y que es parte del folclor y cultura puertorriqueña. Si lo dejas caer, dejas pereder la historia del país y no vamos a permitir que eso ocurra”, subrayó Pérez.

Además de pastelillos en Naguabo es común que las familias confeccionen arroz con chapín, alcapurrias rellenas del pescado, entre otros manjares.