En Los Pinos todo el año es Navidad
Desde 1997, la lechonera de Guavate prepara el exquisito menú festivo y muchas delicias más.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Muchos esperan con ansias que el reloj marque las 5:00 de la madrugada para sentarse a saborear el menú criollo que ofrece la lechonera Los Pinos del barrio Guavate de Cayey, y hasta le tocan bocina a sus dueños si es que tardan un poco en abrir sus puertas.
Es que allí, todo el año es Navidad, a juzgar por el olor a lechón recién asado, arroz con gandules, pasteles de masa o yuca, y las delicias culinarias que tanto agradan el paladar del boricua y de aquel que pruebe nuestros platos típicos.
De hecho, el fenecido chef y presentador de aventuras gastronómicas en CNN, Anthony Bourdain, quedó fascinado al visitar el lugar y degustar una combinación del suculento manjar de carne blanca, sobre todo, al probar el cuerito.
Aunque la emisión del programa de Bourdain fue aproximadamente en 2013, todavía llegan turistas “y quieren saber hasta dónde se sentó”. Así lo constató una de las propietarias, Erlica Rodríguez Figueroa, quien mencionó que otra de las personalidades recibidas en ese espacio fue “el hijo de Jackie Chan que es un ‘youtuber’, que probó la gandinga y le encantó. Después de eso, la gandinga se empezó a vender un montón”.
El negocio es parte de la llamada “ruta del lechón”; una serie de lechoneras ubicadas en el icónico barrio cayeyano, a donde miles de personas hacen una parada obligada para complacer su paladar.
“Esto comenzó en 1967, según cuenta mi papá, con el negocito que se llama ahora ‘El Rancho’. Ahí estaba Juan Rancho, como le decían a él; empezó con una cafetería y luego a incluir comidas criollas, pernil, morcillitas y pasteles”, relató la hija de Carmen Figueroa y Tomás Rodríguez.
“Juan Rancho vio que había bastante gente y empezó a traer turismo de la siguiente forma: les daba el almuerzo gratis a los choferes de las guaguas públicas y, por ende, le traían clientes. Así siguió que, en vez de perniles, tuvo que poner un lechón entero. Vio que vendía dos y tres lechones a diario y otras personas empezaron a poner lechoneras”, recordó al mencionar que, “de 17 lechoneras, ahora quedan seis”.
Una de estas es Los Pinos, un negocio familiar que arrancó en 1997 y que más adelante adquirió su padre Héctor, quien comenzó “volteando lechones en el negocio de Juan Rancho y se ganaba cinco centavos al día”.
Allí el menú es tan variado que según Erlica, “pueden comer las personas que les guste la carne de cerdo y también tenemos opciones para las veganas”.
“Tenemos el típico lechón, pavochón, costillitas BBQ, cuajito, gandinga y pasteles de yuca o masa que se preparan de carne o pollo. Igualmente, preparamos pasteles veganos si la persona lo ordena con tiempo. De hecho, a la gente le fascina los taquitos picantes de carne, que no son de carne sino de soya. Por ahí se venden por montones”, reveló la cayeyana de 41 años.
“También hacemos guanimes, que los preparamos aquí a diario; los hacemos de maíz y eso gusta mucho. Hay malanga, ñame, yuca, batata, yautía, maduros, se hace pastelón de plátano durante la semana y arroz con guinea los sábados. Tratamos de mantener la comida criolla, pero aparte hay bacalao, camarones, pulpo, ‘king crab’, se preparan mofongo y trifongo con o sin ‘bacon”’, detalló.
Otro de los platos favoritos es el cochinillo relleno, el cual rinde hasta para 30 personas.
“Es un lechón pequeñito que se pone en la mesa y se rellena de arroz con gandules, arroz mamposteado, arroz con vegetales o como la persona lo quiera y, alrededor. Le ponemos bolitas de mofongo de yuca, de plátano o de batata. Si lo quieres más grande sería un lechoncito mediano o pueden pedir del menú a la carta; todo hecho acá”, señaló.
Según la cayeyana, antes de las 7:30 de la mañana ya han vendido medio lechón.
“Todos los días se prepara sancocho, mondongo, sopas de fideo con jamón y salchichón, de 5:00 a 10:00 de la mañana. Pero si a las 5:00 de la mañana no avanzo a abrir, me tocan bocina. Los domingos se prepara la sopa de rabo de res. Hay gente que viene solo a buscar esa sopa”, sostuvo al destacar que el negocio acomoda hasta 275 personas.
De otra parte, entre los postres disponibles cuentan con arroz con dulce, tembleque y majarete. Asimismo, las bebidas que mayor salida tienen son los mojitos, principalmente las combinaciones con parcha y guayaba.
¿Quién cocina?, preguntamos.
“Ahora cocina mi mamá, Carmen Figueroa; ella tiene 67 años”.
Sin embargo, el visionario es su padre, quien “es el que se pasa inventando y el que propone nuevos ofrecimientos en el menú”.
“Todas las viandas son de nuestra cosecha o de agricultores del patio. La calabaza, ñame y guineos son de la finca de aquí. Ahora mismo estamos mondando 5,000 guineos; no se hierven sino para que se mantenga el sabor del guineo. Los lechones (son) 100% de aquí, los que se están preparando son de nuestra granja”, expuso.
La operación completa emplea a unas 30 personas, de las cuales el 99% son mujeres.
“Gracias a Dios, la experiencia es muy buena, aunque necesitamos más empleados porque el flujo de visitantes es mucho. La mayoría de los clientes son turistas de todas partes del mundo, porque si vienen a Puerto Rico, la parada obligada es aquí donde todo el año es Navidad”, concluyó.
Para detalles adicionales puede acceder a: lospinosguavate.com o llamar al 787-286-1917.