En esta Pica nadie se va sin comer
Lo que se pesca va directo al plato en este kiosko de Culebra.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Pescado fresco distribuido por pescadores de la casa. Ese es el principal ofrecimiento y la carta de presentación del Kiosko La Pica, fundado en el 2019, en Culebra.
“El pescador vende, yo le compro”, así de simple lo plantea la dueña del concepto Carolyn Vizcarrondo Carrillo, quien suele apoyar a los comerciantes locales. “Si la pesca es buena, tuvimos suerte. Si la pesca no es buena, pues no tuvimos suerte”, agregó.
Y, entonces, ¿qué pasa cuando no hay pescado? “Cuando eso sucede tenemos que vender alitas, chuletas, carne de cerdo. Pero (el negocio) está enfocado en eso, en el marisco para que todos podamos sobrevivir”, contó Vizcarrondo Carrillo.
La culebrense por adopción dijo que trabajó en el Municipio durante varios años y en la “mayoría de los restaurantes” de la Isla Chiquita. Esa experiencia la preparó para lanzarse a la aventura de su negocio donde, incluso, se ofrece comida caliente a personas que lleguen sin recursos económicos. Esto, fiel a la promesa que hizo a su compueblana Gladys Ortiz Feliciano, previo a su muerte, “para que ningún culebrense se vaya a dormir sin comer”.
Dentro del menú, Vizcarrondo Carrillo tiene platos como spicy crab con tostones de plátano; peje de puerco al volcán o a la criolla con bolitas de majado de vianda; capitán con tostones de pana; pastelillos de chapín y caracol; arroz con caracol; habichuelas rojas y arepas, y arepas de coco asadas rellenas de queso y guayaba.
Encuentras pescados como el arrayao, mero, cherna, langosta, camarones y colirrubia. El capitán y el peje de puerco son los pescados que más se venden. Sin embargo, todo dependerá de la pesca del día.
También, ofrece la opción de crear la bandeja playera para que no tengas que interrumpir un día de playa y salir a buscar alimentos. A esta caja le puedes añadir frituras como bacalaítos, sorullitos, filetes de mero, alcapurria, tostones de pana o plátano, camarones empanados, mofongos de plátano y yuca, piononos y cordon bleu, acompañado de un padrino y bolsa de hielo.
“Se fueron con la impresión y llegaron a Culebra recordando que yo existo. Y no hay mejor satisfacción que alguien se acuerde que tú existes”, dijo al referirse a personas que regresan a su kiosco cuando repiten la visita a Culebra.
“Es algo como si fuera tu sala de experimentos, es tu laboratorio y la gente siempre sale satisfecha. Cuando tú ves la cara de satisfacción de la gente o tú los ves con las ansias que comen, es que tú dices: ‘esto está bueno’, ‘algo estoy haciendo bien’”, expresó con una sonrisa.
“Yo muero culebrense”
Carola, como muchos la llaman, llegó a la Isla Municipio en 1979, cuando tenía 13 años. Desde entonces, se enamoró del estilo de vida, la biodiversidad y de la gente linda de Culebra, pueblo que significa “la vida”, según describió.
Su amor por la “Isla Chiquita” la lleva a reflexionar sobre las batallas ganadas y las luchas que todavía tienen que enfrentar.
“Quisiera más empatía en mi comunidad, no es empatía momentánea como en los huracanes. No empatía selectiva, empatía. Quisiera que recordemos el Culebra del 1988 y 1989 donde la comunidad estaba al tanto de las necesidades de nuestros compueblanos, que nos podíamos ayudar. Ahora mismo somos minoría”, sostuvo.
“El Culebra que estamos gozando hoy en (la década de) el 2020 se lo debemos a esos culebrenses que sacaron la Marina de Culebra y que hicieron que el Culebra que estamos disfrutando hoy fuera posible, y no me los están respetando, eso sí me duele”, culminó Vizcarrondo Carrillo.
El kiosco La Pica, localizado en el barrio Las Delicias, kilómetro 2.5, carretera PR-250, opera de lunes a domingo de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. Puedes conseguirlos a través de Facebook como La Pica.