A sus 26 años, Christopher Eugene González Caro, ha demostrado al universo que los límites están en la mente del ser humano y por eso, no se detiene, a pesar de tener un diagnóstico síndrome Down.

El risueño emprendedor, continúa cosechando éxitos a través de su ‘food truck’, Chris sin límites, en Rincón, pero aspira a tener su propio restaurante a donde pueda emplear a jóvenes con necesidades especiales. Eso no es todo, porque también anhela contar con su libro de recetas y se prepara para participar en su primer trialo.

Asimismo, cumplió su deseo de vivir solo, cuenta con licencia de conducir y se compró un carro con el que llega a trabajar como barista en Kafé Terra; un ‘coffee shop’ ubicado en el casco urbano de su pueblo. De hecho, Chris también tiene su marca de café.

Ataviado con su indumentaria de chef, este joven disfruta cada meta cumplida y, comparte su pasión por la cocina.

“Yo me siento super orgulloso por tener mi negocio y estoy sumamente agradecido con Dios. Mi mamá me enseñó a cocinar y me enamoré de la cocina. Cuando me gradué de duodécimo grado, ahí estudié artes culinarias en la Universidad Interamericana de Aguadilla. Fue bastante difícil, tuve que estudiar mucho”, relató el hijo de Eugenio e Isabel.

Así, sigue inventando delicias culinarias que enamoran a los comensales que llegan al ‘pueblo de los Bellos Atardeceres’.

“Me encanta la cocina. Aquí, la (receta) preferida son las ‘canastas sin límites’. Es una canasta frita de trigo y maíz. Está rellena de pollo, carne, vegetales o camarones. Encima puedes rellenarla con lechuga, tomate, queso rallado y cebollines. Tengo una salsa que no pica y es riquísimo”, detalló al mostrar uno de los platos más vendidos en el establecimiento sobre ruedas que abrió el 14 de julio de 2018.

“También tenemos el ‘mosaico’; es un arroz chino que puedes rellenar con pollo, lechuga, tomate, queso rallado y cebollines. Hay alternativas keto y para veganos. El trisómico; que son tres rollitos de trigo rellenos de pollo y queso y, la ensalada cromosómica, de granos”, sostuvo al mencionar la colaboración de sus progenitores en el negocio, “pero yo hago las recetas”.

Asimismo, confesó su entusiasmo por el deporte, al igual que su hermano Roy Eugene, que compite en el evento Ironman y, por eso, entrena para participar en el trialo de Rincón, pautado para el 11 de junio.

“Mi plan futuro es que, quiero abrir mi restaurante para ayudar a los jóvenes con necesidades especiales y también tendré mi libro de recetas. Hay que estudiar, trabajar, enamorarse como yo, sacar la licencia, guiar, vivir solo y, recuerde que no es fácil, pero se puede”, reveló.

Chris no titubeó al abrir su corazón para recordarle al país que, sigue enamorado de la modelo Sofia Jirau, quien también tiene síndrome Down.

“Estoy enamora’o de una novia; Sofia Jirau, que es una modelo profesional. Me encanta como ella modela, (es) bien sexy, bien guapa; me encanta la rubia. Solamente es conociéndonos. Todavía no queremos boda, no se sabe. La veo por video. Comoquiera yo la apoyo a ella”, reveló con una sonrisa que iluminó sus ojos.

Misión cumplida

Para sus padres, Isabel Caro Ramos y Eugenio González López, presenciar en vida todo lo que ha logrado su hijo menor, es motivo de alegría y agradecimiento.

“Chris nació cuando tenía que nacer, porque cuando el mayor tenía dos años y queríamos tener otro hijo, no podíamos. Después, cuando nos dimos por vencidos, el mayor tenía ocho años y medio y entonces, vino Christopher. Dios lo envió en el tiempo exacto para poder trabajar con él. Es una bendición”, dijo su madre Isabel, de 65 años.

Por su parte, Eugenio de 60 años, señaló que su hijo es “barista; cogió un curso en Kafé Terra, a donde trabaja. También tiene su marca de café ‘Chris sin límites’. Le dijo al jefe que algún día, él quería tener su marca de café en el negocio. Buscaron un torrefactor de Mayagüez con Finca La Perla y, ya tiene su marca”.

De hecho, sus padres fueron maestros del Sistema de Educación Pública y por eso, al retirarse, transformaron su misión en ayudar a que su retoño pueda independizarse.

“Se ha independizado, gracias a Dios. Era lo que buscábamos, porque va a llegar un momento en que nosotros no estaremos aquí”, confesó su progenitora.

“El orgullo más grande de un padre es ver que sus hijos pueden lograr lo que quieren en la vida; independientemente tengan o no, una condición. Ver que tu hijo está logrando su sueño y ver que, de alguna forma lo pudiste ayudar, uno se va satisfecho y dice: ‘Logramos lo que queríamos”, concluyó el patriarca de la familia.

Para detalles: Chris sin límites en Facebook.