El Hotel Guajataca está para que te despejes y la pases bien
La hospedería remodeló sus facilidades sacándole partido a sus impresionantes vistas.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Centrado en medio del encanto del Guajataca, entre los merenderos y el mítico túnel, se encuentra el Hotel Guajataca, establecido hace casi 100 años, lo que la convierte en una de las hospederías más longevas de toda la Isla y la única en funciones en la actualidad en ese pueblo.
Tras casi un año cerrado luego del huracán María, el hotel reinició operaciones y se ha convertido en un lugar muy solicitado como destino de bodas. De hecho, Miriam Cordero, gerente del hotel, explicó que fueron momentos difíciles los que se vivieron tras el fenómeno atmosférico, que causó destrozos al restaurante del hotel, las terrazas y la segunda planta, pero afortunadamente, dentro del caos, hubo espacio para la recuperación.
“Aquí la gente de FEMA comenzó a quedarse después del huracán y poco a poco, con ese dinero, pudimos salir adelante”, explicó.
El hotel Guajataca cuenta con 38 habitaciones equipadas, restaurante, dos piscinas, varios salones de actividades y pérgolas para la celebración de eventos al aire libre, como cumpleaños, eventos corporativos y bodas.
Precisamente, la celebración de ‘destination weddings’ se ha convertido en uno de los fuertes de la hospedería, aseguró la gerente. Explicó que gracias a esto, la ocupación se mantiene alta casi todo el año.
“Nosotros hemos tenido la bendición que después de la pandemia esto ha sido ‘high season’ todo el año. Tenemos muchos ‘destination weddings’ y son 38 habitaciones. Probablemente tu familia, si vas a hacer una boda, entre todos cogen las habitaciones. Y aquí se hacen bodas lunes, martes, miércoles. Aquí la gente viene hacer actividades todos los días. Se casan, tienen la recepción, pero a la vez los invitados disfrutan de la piscina y de todos los alrededores”, explicó.
Cordero añadió que la tendencia de los destinos de boda va en aumento en Puerto Rico, principalmente en la zona oeste.
“La gente nos llega y todo el mundo quiere casarse al aire libre. Ellos (los turistas) quieren salir del frío y venir al trópico”, comentó.
De hecho, según la ejecutiva, las habitaciones del hotel están divididas en tres categorías, las suites, equipadas con jacuzzi, cama king, nevera y microondas; las “single deluxe”, similar a las suites, pero sin jacuzzi; y las habitaciones regulares con ocupación sencilla o doble. Todas las habitaciones tienen balcón y vista al mar, algo que abona al ambiente de paz que, según Cordero, es uno de los muchos atributos del hotel.
“Mucha gente dice ‘me encanta porque es un sitio donde tú respiras paz’. Hay gente que viene a trabajar aquí desde los balcones. Con esto de la pandemia, eso fue un boom, que la gente llegaba, se sentaba en el balcón y se conectaba a trabajar desde aquí”, destacó la gerente.
Además de la belleza escénica que ofrece el océano Atlántico y el ambiente costero, el hotel cuenta con otro atributo muy especial, según su gerente: sus empleados.
“La calidad de la gente, en esta área, sabes que es otra cosa diferente. Yo estoy bien orgullosa de estar en ‘la isla’, porque nosotros siempre damos ese calor y los atendemos con una manera especial, con más carisma que allá (en la zona metropolitana)”, afirmó.
Entre las nuevas adiciones resultado de los trabajos de remodelación que se realizan en la hospedería, Cordero reveló que el hotel contará con una nueva fachada con motivo del Túnel de Guajataca, un ‘coffee shop’ y una tienda de regalos, además de un nuevo vestíbulo. A esto se suma la reciente inauguración de la nueva piscina infinity, que cuenta con su propia barra y la remodelación al restaurante 1930 Deck (cuyo nombre hace alusión al año en que inició operaciones el lugar). Cordero añadió que pronto estrenarán una membresía para el uso de la piscina para los residentes de Quebradillas.
El Hotel Guajataca fue fundado como un restaurante por Manuel Chávez del Valle en el 1930 y, posteriormente, en el 1934 se convirtió en hospedería. En el 1973, comenzó a operar bajo el Programa Paradores de Puerto Rico de la Compañía de Parques Nacionales. La hospedería permaneció bajo el control de la familia Chávez hasta el 2006, cuando fue adquirida por el cardiólogo Héctor Colombani, actual propietario.
Para información, puede comunicarse al 787-895-3070.