Aventura refrescante en San Germán
Acompáñanos en este recorrido hasta los charcos El Pilón y La Iglesia.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Un sendero, definido por las constantes visitas de curiosos que llegan atraídos por los encantos de la zona, traza la ruta hacia dos charcos de belleza inimaginable en la “Ciudad de las Lomas” y son reconocidos como El Pilón y La Iglesia.
En el trayecto, que por momentos se torna retante al incluir subidas bastante pronunciadas, se puede apreciar –a simple vista- una variedad de especies de plantas y animales que hacen del camino una experiencia también educativa.
La aventura comienza justo donde alberga la estación de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, en la carretera PR 362, en el barrio Guamá. Allí inicia la caminata de unos 45 a 60 minutos, aproximadamente, hacia el primer charco.
“La ruta es un poquito extrema, pero al final del camino vale la pena”, dijo Cristina Torres, directora de la Oficina de Desarrollo Económico y Turismo de San Germán, quien –junto a empleados de Manejo de Emergencias Municipal- acompañó a Somos Puerto Rico al recorrido.
Ya iniciado el trayecto, se comenzaron a ver cintas de colores amarradas a los troncos de los árboles que han sido colocadas por los visitantes “para no perderse”, indicó Torres.
Pequeños riachuelos se cruzan en el camino y se convierten en espacios ideales para descansar y refrescarse durante el trayecto. “Aquí todos vamos a salir con los pies mojados; no hay forma de que no pase”, comentó entre risas Torres.
Mientras, la tranquilidad, la paz y el silencio del bosque es interrumpida por el armonioso sonido de aves que sobrevuelan el área entre el verdor de la naturaleza.
El camino ilustra también el proceso de recuperación de las especies de plantas y árboles que habitan allí y que fueron impactadas por fenómenos atmosféricos. De hecho, se cruzan numerosos troncos tendidos sobre el suelo.
“Hay muchos charcos en San Germán, pero yo te diría que este es uno de los más bonitos”, destacó Torres previo a la llegada de la primera parada, el Charco El Pilón.
“Las aguas vienen desde el río (Caín) en Maricao, de allí se cobijan lo que es la Iglesia y el Charco el Pilón, que es un ambiente familiar”, añadió la funcionaria.
Ya se escuchaba el agua caer. El Pilón tiene una cascada de unos 20 pies de altura. Sus aguas cristalinas y una bandera de Puerto Rico, instalada al lado del cuerpo de agua, crean el ambiente perfecto para refrescarse un rato y recargar energías para emprender el nuevo trayecto hacia el segundo charco.
Luego de un ratito de descanso, el grupo inició la segunda parte de la aventura. “Ahora vamos al charco La Iglesia; esto es cuesta arriba, pero los muchachos de Manejo de Emergencias se conocen el área, así que estamos seguros”, advirtió Torres quien destacó la importancia de acudir al lugar con personas conocedoras del espacio.
Llegar a La Iglesia, desde El Pilón, puede tomar entre 15 a 25 minutos, dependiendo de la condición física y el ritmo del grupo. Ya en el lugar, se aprecia una impresionante poza creada naturalmente entre dos enormes piedras por donde se reflejan los rayos del Sol. Sin duda, uno de los tesoros más preciados y cuidados de San Germán.
Ya de regreso, el camino pareció más fácil. El grupo siguió a sus guías hasta llegar al lugar donde la aventura comenzó.
Para hacer el recorrido por estos charcos, que consiste de unos 4.5 kilómetros entre ida y vuelta, se recomienda ir acompañado, llevar un par de botas o tenis que cubran hasta el área del tobillo, agua, meriendas, bloqueador solar, traje de baño, toalla, un silbato y una bolsa de basura para llevarse los desperdicios y cuidar nuestros recursos naturales.