Un maestro de los cabezudos
El artesano Kenneth Meléndez Padilla comenzó haciendo máscaras de vejigantes ponceños.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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PONCE. Al artesano Kenneth Meléndez Padilla le asustaban los vejigantes de Ponce y hasta pensaba que eran diablos, pues cuando pequeño acostumbraba desplazarse, junto a su familia, por territorio estadounidense y no mantenía un vínculo con la Isla que le permitiera conocer detalles de la cultura local.
Su vida estaba atada al trabajo de su padre quien era un ‘jockey’ que viajaba por Estados Unidos. Sin embargo, la familia decidió mudarse a la Ciudad Señorial cuando Kenneth tenía siete años, dando paso a muchas experiencias de vida que lo hicieron enamorarse de este pueblo del sur hasta convertirse en maestro artesano de cabezudos.
“Mi interés surge en realidad por accidente porque mi papá era ‘jockey’ profesional, fue el que le quitó el invicto a ese famoso caballo Camarero, y, entonces, yo vivía una vida de gitano porque me pasaba de un estado a otro porque mi papá trabajaba de un estado a otro estado y no fue hasta que decidieron establecerse en Ponce que es donde yo me crío, a la edad de siete años que empiezo a experimentar la cultura como tal”, recordó el también percusionista.
Su inspiración en este tipo de artesanía se dio cuando le pidieron que confeccionara una máscara alusiva al Carnaval Ponceño sin imaginar que ese detalle marcaría su destino.
“Ahí conocí por primera vez lo que es el Carnaval de Ponce que, para mí en ese momento fue chocante porque yo vengo de Estados Unidos, de criarme en Nueva York y es otro mundo y cuando uno viene aquí y ves eso, para mí eran como diablos y cosas así y yo no entendía… le tenía miedo. No fue hasta que empecé a entender y me fui adaptando y cogiéndole cariño a esto”, sostuvo.
Desde entonces, el inquieto artista se ha dedicado a trabajar con la máscara tradicional y no tradicional, transformando las piezas en obras tridimensionales, incluyendo espectaculares cabezudos alusivos a reconocidas personalidades y personajes de pueblo, que han recorrido países de América y Europa.
“Hice un tipo de casco como de dinosaurio y le puse cuernos rectos y fuimos al primer concurso en Ohio y gané el primer premio. Hice un atuendo de algodón rojo y negro, enfatizándome en la bandera de Ponce. No fue hasta que ella llevó la máscara y el atuendo a otro concurso y pasó lo mismo. Entonces, era como si Dios me estuviera diciendo ‘tienes que ir abundando más en esto porque ya ganaste dos primeros premios’ con algo que yo no lo hice porque sabía cómo era, sino que usé la creatividad”, argumentó el mayor de siete hermanos.
“Conocí a don Leonardo Pagán, que se sentó conmigo, me regaló moldes de cartón y me explicó cómo se hacía la máscara de vejigante. Con ese conocimiento hice mis primeras exposiciones en Estados Unidos. Cuando terminé la universidad, vine a Puerto Rico porque quería tocar con las mejores orquestas y viajar el mundo”, agregó el conguero del Conjunto Chaney.
Fue su participación en ferias de turismo en Berlín, Alemania y Madrid, España, que movió su interés en hacer cabezudos. Esto al buscar una manera de realizar una máscara de material liviano que pudiera transportar con mayor facilidad.
“No sabía cómo se hacían los cabezudos, pero tenía una idea con una técnica que usé para representar a Puerto Rico en la feria de turismo que se hizo en Berlín y Madrid. En esa feria, tuve que ingeniármelas para hacer una máscara y empiezo a trabajar una técnica en cartulina de cómo hacer una máscara de vejigante sin tener que utilizar el molde. Entonces, de ahí nace la idea de hacer los cabezudos que a primera instancia los hacía rústicos sin enfatizar en los personajes como tal”, detalló.
“De ahí nació el estilo porque me fui a mi mundo a hacer otra cosa… Entonces, empecé a trabajar los personajes de la bomba, la plena, personas ilustres, deportistas y de ahí nace la idea de los cabezudos y cómo crearlos, de coger una cartulina o cartón de un plano y convertirlo en algo tridimensional”, añadió.
Cabe destacar que este año, Meléndez obtuvo un reconocimiento del Museo Nacional e Internacional de la Cartonería en México.
Entre las personalidades transformadas en cabezudos por las manos de este artesano ponceño están Roberto Clemente, Daddy Yankee, Bad Bunny, Caridad Brenes, Rafael Cepeda y Uvita.
“Son muy pocos los que valoran el tipo de arte y lo pagan, pero trato de mantenerme accesible al pueblo para que ellos puedan tener estos cabezudos que se usan para las Fiestas de la Sanse, batucadas y pleneros que tienen sus grupos que han optado por tener sus personajes para ambientar la fiesta. Eso me llena de mucho orgullo, de lo que uno está haciendo se ve y hay personas que lo practican”, relató mientras detalló que “el material principal para confeccionar los cabezudos es el ‘foam’ desde un cuarto a dos pulgadas de grosor”.
“Uno nunca lo ha hecho todo, siempre aprendo algo nuevo. Lo que me gustaría es que las tradiciones se mantengan. Me gustaría que los jóvenes sigan indagando en nuestras tradiciones, se ha hecho buen trabajo en la plena, quiero resaltar los personajes de las fiestas carnavalescas de Ponce, Hatillo, Loíza y Dorado”, concluyó.
Para detalles sobre los trabajos de este artesano y tallerista puede acceder a Kenneth Meléndez en Facebook e Instagram, melendez1969@aol.com o llamar al 787-448-6890.