Susan Soltero: “No vuelvo a la televisión”
La comunicadora habla sobre lo difícil de estar en el ojo público y de su felicidad por la nueva faceta laboral en la que desempeña.
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Hacer periodismo era a lo que estaba acostumbrada en lo profesional. Fueron más de 30 años que Susan Soltero dedicó a este ejercicio, en el que logró impactar principalmente con su desempeño como meteoróloga y otras noticias ambientales.
Su camino en las comunicaciones comenzó en la Universidad de Michigan, cuando se percató de que estudiar medicina, como era su plan original, no se perfilaba como una gran pasión. Entonces conoció el periodismo, profesión que la llevó a destacarse también en Puerto Rico con éxito por muchos años y a recibir múltiples reconocimientos.
Pero ese tiempo pasó. Y ya no mira atrás. Estar frente a las cámaras para reportar dejó de ser una aspiración hace rato. Lo confiesa feliz, con una sonrisa pronunciada que se acentúa cuando habla de sentirse libre de los desafíos que conllevaba ser una figura de la televisión.
Tras formar parte en 2014 de los empleados cesanteados de “Las Noticias”, de lo que era Univisión, hace cerca de nueve años su rumbo profesional la dirigió por el campo empresarial. Hoy día se desempeña con éxito como administradora del plan médico para mascotas Premium Healthy Pets.
Durante su paso por los noticiarios tuvo mucho amor del público, pero también numerosas críticas y burlas que la llevan a reafirmar que su tiempo como telerreportera pasó y no le interesa retomarlo.
“No vuelvo a la televisión”, sostuvo con gran énfasis. “No me hace falta y no quiero volver a eso, para nada”.
¿Cómo fue asimilar ser despedida del noticiario?
“Al principio me hacía mucha falta la televisión simple y sencillamente porque es lo único que yo sabía hacer. Me gradué como periodista de la Universidad de Michigan y cuando entré al mundo empresarial no sabía ni lo que era una tabla Excel. Estaba perdida. No sabía que tenía el talento para correr una compañía como lo hago ahora. Los primeros años se me hizo un poco difícil divorciarme de los medios. También me buscaban mucho para cualquier bobería.”
¿Qué fue lo más difícil de sobrellevar?
“La paga, porque la televisión sí paga bien. Yo empecé con un sueldo base bien bajito en lo que crecía la compañía. Ya gracias a Dios he superado esa pobreza inicial y de alguna manera, una de las cosas que más me gusta de mi compañía es que Dios es el que manda. Es una compañía cristiana. Oramos todas las mañanas y me han pasado muchas cosas bien curiosas que yo sé que Dios es el que me lleva de la mano.”
¿Qué no extrañas de la televisión?
“No me hace falta ya y por muchas razones. La primera es que puedo dormir. Yo me levantaba todos los días a las 2:45 de la mañana. Acuérdate que en la televisión tú tienes que trabajar cuando la gente está en su casa, así que o madrugas o es tarde. Las plazas de día son bien pocas. Me tardé tres años en caer en tiempo con mi ciclo de dormir. Yo ni siquiera soñaba, pero no me di cuenta hasta ahora que sueño unas películas buenísimas (ríe), pero es porque estoy descansando. Tengo un trabajo de 8:00 (a.m.) a 5:00 (p.m.). No me tengo que someter a las críticas de nadie, de que si la ropa, que si el pelo, el peso...”
¿Cuán duro era sobrellevar las críticas?
“Yo he sabido sentarme con una persona que no te voy a mencionar, a llorar a lágrima viva en el baño de Univisión por la presión que la gerencia te pone para ser de algún tipo de talla, que es para las mujeres nada más. A los hombres no les hacen lo mismo. No te lo pueden decir abiertamente porque eso es discrimen, pero sí (te sugieren) nutricionista, te recomiendan gimnasio, y eso sumado a las críticas, al ‘bullying’ del público... es demasiado y eso no me hace falta en lo absoluto. Ahora trabajo en un horario normal, de 8:00 a 5:00. Me encanta.”
¿Cómo manejabas ese ambiente para seguir laborando?
“Yo siempre me distinguía por vivir en una isla para mantenerme aislada de todo. Es un ambiente bien tóxico, la televisión. Hay muchos celos. También hay mucha gente sin experiencia. Yo tenía tantos años cuando llegué a Univision y la experiencia es insustituible, pero hay muchos celos. Es un ambiente bien tóxico. No me hace falta nada de eso, en lo absoluto.”
¿Qué lección te dejo ser despedida de empleo?
“Primero, que uno se puede reinventar. Segundo, que uno tiene talento en otros lugares que uno no sabía que los tenía. Ya soy bien diestra con las tablas de Excel, manejando al público, hablar con el público todos los días. Tú no sabes las veces que he llorado con clientes. Hemos reído. Es bien bonita la experiencia que he tenido y se la deseo a todo el mundo.”
Aunque las circunstancias la llevaron a apartarse del periodismo en la actualidad como fuente principal de ingresos, lo cierto es que, en sus inicios, el ejercicio de esta profesión la conquistó.
¿Cuándo te das cuenta de tu interés por ser periodista?
“Yo soy bien tímida y le tengo pánico al teatro. Se llama ‘stage fright’. Nunca me visualicé como periodista. Yo iba a ser estudiante de medicina como mi papá y me colgué en química orgánica y traté de buscar otra carrera que me llenara y cuando cogí mi primera clase de periodismo me encantó ser bien presentá, ser la primera en la escena y hacer las preguntas, con la suerte que tuve buenos jefes en Estados Unidos cuando trabajé allá 15 años. Uno de ellos, y aquí vas a entender por qué rodé por El Morro, me dio dos consejos: número uno, lee, lee, y yo me leo todos los días todavía todos los periódicos para nutrirme de información que a mí me interesa, que son los animales y el ambiente. Y lo otro que me dijo: la televisión es bien ingrata, crea momentos memorables, así que cada vez que yo salía a hacer una historia pensaba cómo puedo hacer para que se le quede esta historia al televidente, y por eso rodé por El Morro. Sí, fue a propósito. ¿Sabes que la gerencia me dijo que no dijera que era a propósito? Pero por qué no, si hasta practiqué con la muchacha que estaba entrevistando al momento, que después se molestó. Pero sí habíamos practicado porque iba a ir por un lado, pero me tuve que ir por otro. Ahora, la rodada hacia abajo fue de verdad. Se me volaron las chancletas y todo (ríe).”
Todavía te podemos escuchar en la radio.
“Estoy trabajando en radio durante las mañanas en La X (‘El Relajo Matutino’ y ‘La Terapia de La X’) haciendo el tiempo para mantenerme al corriente con la meteorología, pero la diferencia es que no lo hago por necesidad. Lo hago como un ‘hobbie’ porque me encanta, con las personalidades que trabajan allí.”
¿Cómo surge la oportunidad de trabajar en Premium Healthy Pets?
“Es un programa que nació hace 9 años. Estamos hace 8 años en el mercado y fue diseñado por la presidenta de Premium Medical Service Card. Ella me vio en una entrevista que le hice a uno de sus médicos y me invitó a su oficina, y lo menos que yo me esperaba era que me iba a proponer que yo corriera un programa de salud de mascotas de la misma forma, basado en tarifas que iban a pagar los clientes de Premium Healthy Pets, donde van a pagar mucho menos en el veterinario y tener ahorros en todos los servicios.”
¿Qué te dice el público cuando te reconoce?
“Yo voy a mucha feria de mascotas para promover Premium Healthy Pets y, como digo, me alimentan el ego (ríe). Hasta el mismo Bad Bunny me menciona en ‘Chambea’. Me usó para la promoción de ‘Neverita’ y yo hice una presentación para uno de sus videos en su primer concierto grande aquí (Centro de Convenciones, 2018) que trajo a un montón de artistas. Yo no sabía quién era y el hecho de que él se haya criado conmigo me dice que hay una generación joven que sabe quién yo soy, y por haber creado esos momentos memorables todavía la gente me quiere.”
Feliz en lo personal
Susan Soltero manifestó vivir una etapa de plenitud. No solo ama su trabajo actual, un programa de salud enfocado en brindar servicios para el bienestar de las mascotas, sino que es oficial de control de animales del Departamento de Salud.
“Mi norte es defender los derechos de los animales”, dijo, y se puso a la disposición de orientar, “si tienes alguna duda sobre algún caso de maltrato, los derechos tuyos”.
Por otro lado, atesora la compañía de su pareja, David Donate, y la complicidad que los ha unido por casi tres décadas. “Acabamos de cumplir, la Noche de San Juan, 28 años. Lo más grande para mí es mi familia, después de Dios, y mis perros. Mi hijo (Luis David Donate) gracias a Dios tiene un excelente trabajo. Está invirtiendo mucho en su retiro a su joven edad. Es programador de computadoras. Claro, él hubiese preferido diseñar videojuegos y todavía le estoy empujando a que haga eso porque, imagínate, jueguitos ambientales”.
¿Qué ha contribuido a fortalecer tu relación de pareja?
“El amor y el respeto, el estar de buen humor y tratar los problemas. Todo problema se resuelve y mucha comunicación, pero más que nada, el respeto y el amor.”
En general, ¿cómo te sientes en este momento de tu vida?
“Estoy en el mejor momento de mi vida. Me estoy alimentando excelentemente bien. Estoy bajando de peso. Estoy viviendo superbién. Estoy bien cercana a mi familia, mi esposo y mi hijo, y ahora estoy viajando el mundo con mi hijo todos los años. Así que estoy en el mejor punto de mi vida.”
¿Cuán orgullosa te sientes del camino recorrido?
“Todos los procesos… Yo no cambiaría absolutamente nada. El hecho de que haya ido a un hospital de siquiatría me acercó a Dios. Ahí fue que yo descubrí a Dios, porque a mí me crio una madre atea. Yo no sabía lo que es espiritualidad, yo no lo tenía en mi vida; pero cuando entré a una iglesia, que era católica, pero yo no soy católica, yo soy de todo, como dicen, me llegó el Espíritu Santo, me arrodilló... ¿Cómo voy a cambiar esa parte de mi vida si me acercó a Dios? Y estoy bien agradecida. Eso fue hace como 15 años 20 años.”