La madre de las alcapurrias está en Fajardo
Karelys Casanova, dueña de La Parada, narra cómo creó esta fritura tan peculiar.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Esa fritura boricua que suele provocar el antojo a más de uno, cobra una dimensión diferente en Fajardo. Es que en el pueblo de los “Cariduros” se consiguen unas tentadoras alcapurrias que miden nada más y nada menos que 12 pulgadas. ¡Sí!, leyó bien. Es un pie de este tentador manjar puertorriqueño que realmente pudiera llamarse: “La madre de las alcapurrias”.
La idea de confeccionar esta casi interminable alcapurria se da en el negocio La Parada, ubicado en la avenida Conquistador, en Fajardo, y fue su propietaria, Karelys Casanova, quien siempre soñó con crear estas frituras fuera de lo común.
“Desde el principio comenzamos con las alcapurrias. Yo recuerdo que cuando pequeña había una persona que vendía alcapurrias, no de ese tamaño, pero más grande de lo normal y eso a mí siempre me llamó la atención. A mí la cocina me encanta y siempre le decía a mi esposo que, si en algún momento yo pudiera hacer algo, me gustaría hacer unas alcapurrias grandes, algo diferente, algo no común. Y, pues, surgió la oportunidad”, explicó Casanova, quien junto a su esposo Miguel Torres lleva seis años en su negocio.
Según la propietaria, la preparación de estas alcapurrias rellenas de carne molida y jueyes “es un reto particular porque en la Isla hay personas que las hacen grandes”, aunque afirmó que la suya tiene un tamaño ideal para quienes salen a chinchorrear y buscan deleitarse sin remordimientos.
“Considero que 12 pulgadas es un tamaño accesible para que una persona se la pueda comer y disfrutársela completa porque siento que algo más grande es demasiado. Pero siento que 12 pulgadas es la cantidad que usualmente una persona se puede comer porque, el que va a buscar una alcapurria por ahí, se come dos y se come tres, pues ahí las tiene de cantazo”, sostuvo Karelys, quien indicó que sus alcapurrias son de masa, pero le añaden un poco de yuca “porque al ser tan grandes, así se quedan firmes por más tiempo”.
Para mantener su sello distintivo, las alcapurrias son preparadas bajo la medida de un papel especial, pero puede que usted corra con la suerte de llevarse una premiada con un par de pulgadas adicionales. “Usualmente no las medimos porque el papel que usamos ya tiene las medidas, las hacemos y el papel es estándar. El papel que utilizamos es de 15 y siempre damos la ñapita”, dijo Casanova, quien aclaró que cada alcapurria se prepara al momento y que toma entre unos 10 a 15 minutos en freírse.
Como es de esperarse, hasta La Parada llegan muchas personas que van específicamente en busca de las famosas alcapurrias, pero también hay quienes se sorprenden cuando ven salir del aceite hirviendo estas mega frituras.
“Hay personas que están esperando por alcapurria y otra persona me pidió pincho y, cuando le damos la alcapurria al que la estaba esperando se queda: ‘¡Wow! ¿Qué es eso? ¿Eso lo venden aquí?’”, relató su creadora, quien espera que poco a poco su distintiva alcapurria se dé a conocer en todas partes de la Isla y que vengan hasta la zona este para ver cuánto de la alcapurria se pueden comer… o cuántas.
Casi lo pierden todo
Para llegar hasta donde están, los dueños de La Parada se han enfrentado a retos como el desempleo e, incluso, un incendio que provocó la pérdida del negocio cuando solo llevaban tres meses de operación.
“Parece que hubo una avería por donde se hacen los pinchos y eso cogió fuego. En menos de 10 minutos el carretón se quemó completamente. No pudimos hacer nada. En ese momento a lo mejor no lo entendía, pero Dios tenía planes mejores para nosotros. Humanamente me frustré, lloré, pensamos en un momento en no seguir, pero Dios nos dio la fortaleza”, relató Casanova.
Aunque ese instante fue difícil, aseguró que hubo mucha gente buena de su pueblo que les ayudó a volver a comenzar. “Los vecinos, los amigos y personas que ni conocíamos nos dieron la mano, incluso un señor nos reparó el carretón sin cobrarnos. Recibimos una ayuda increíble. Ese mismo día compramos una carpa y a empezar de cero”, dijo.
Así, La Parada ya lleva seis años sirviendo las peculiares alcapurrias y también pastelillos “home made” de tripleta, de pionono y de mariscos. Además de pinchos con pan o tostones, mofongo, carne frita y almuerzos los jueves y viernes.
Así que si están por el pueblo de Fajardo, hagan su paradita para deleitarse con este manjar a gran escala.