La única hija de la exreina de belleza, comunicadora y empresaria, Marisol Malaret (1949-2023), se expresó esta tarde en agradecimiento por las muestras de solidaridad y por el amor hacia su madre. Igualmente pidió un espacio para manejar este proceso de duelo en la privacidad de su familia.

Las expresiones, circuladas por el relacionista Julio Núñez, se recogen en un comunicado de prensa dirigido al pueblo de Puerto Rico:

“En medio del inmenso dolor que junto a mi familia estoy viviendo, es necesario separar un momento para hablarle al pueblo que mi madre tanto amó, a ese pueblo que igualmente siempre la ha amado, sin reserva alguna.

Estamos sobrecogidos con las muestras de amor que hemos recibido de todos. Mi único consuelo, aparte de haber estado junto a ella en estos últimos momentos tan difíciles, ha sido leer algunos de los comentarios de la gente en los reportajes publicados en las redes sociales. Ver cómo el pueblo la recuerda con tanto orgullo, como una mujer humilde, luchadora, patriota y ejemplo de superación, será una memoria imborrable para mí y mi familia.

No puedo sentir más que agradecimiento. A pesar del dolor, recibimos esas expresiones como un aliciente al leer cómo la recuerdan, ese amor inmenso que les aseguro ella reciprocaba a Puerto Rico.

He perdido a mi madre, a mi amiga, confidente, a la abuela de mi hija Luna, quien cuando crezca va a saber lo grande y querida que fue su abuela, sabrá lo mucho que amó a su pueblo y el amor infinito que Puerto Rico siempre le dio, a manos llenas. Quiero que mi hija viva y crezca con esos mismos valores, verticalidad y determinación.

Son tantas cosas las que extrañaré de mi mamá, pero quizás más que nada, esas tres llamadas telefónicas diarias, al despertarme, al mediodía y al salir del trabajo, sin fallar, que hacían un poco más llevadera la distancia física entre ambas. Mi madre fue la mejor madre que la vida me pudo regalar. La amé desde el día que nací y la amaré por siempre. A todos ustedes, pueblo de Puerto Rico, a los amigos de los medios de comunicación, familia extendida y amigos, gracias por tanto amor a mi mamá, a Marisol.

Ahora, cariñosamente les pido nos permitan procesar este dolor, con la privacidad que necesitamos, para así poder comenzar nuestro proceso de duelo y sanación. ¡Gracias Puerto Rico!”.

Malaret falleció ayer, domingo, a la edad de 73 años.