(Segundo reportaje de serie especial que da una mirada a los talentos que se forman en las escuelas de bellas artes y escuelas libres de música, en medio de los retos que enfrentan, en su mayoría por limitaciones de fondos para equipos y mantenimiento de los planteles. El secretario de Educación, Eliezer Ramos Parés, reacciona a las necesidades expuestas).

Ponce. - La Escuela de Bellas Artes de la Ciudad Señorial permanece cerrada desde los terremotos en la zona sur en enero del 2020 y no hay fecha de reapertura. Tampoco hay una fecha específica para el inicio de los trabajos que le devuelvan a los estudiantes y maestros un espacio propio para tomar las clases especializadas que una vez los llevaron hasta allí.

Los maestros y estudiantes, en tanto, se mantienen compartiendo el espacio con la facultad y matrícula de la Escuela Libre de Música, cuyo edificio es contiguo, y aunque siempre han compartido el teatro y un patio interior, por ejemplo, ahora lo que suponía ser una escuela, acoge a dos. Esto es así desde que el Departamento de Educación (DE) reactivó la educación presencial para el año escolar 2021-2022. Mientras la educación se mantuvo en formato virtual, debido a la pandemia, maestros y maestras hicieron malabares para intentar sostener los cursos desde sus hogares.

Esta situación ha provocado que clases como ballet, impartidas por la exalumna y maestra, Leticia Rodríguez Ferreira, que originalmente contaba con cuatro salones, cada uno preparado con el piso en madera y las barras en las paredes, en la actualidad cuenta con dos. Los otros dos están siendo utilizados para biblioteca y clase de teatro.

“La estructura que nosotros le llamamos ‘El castillo’ es la que está afectada, que ahí se impartían artes visuales, teatro, biblioteca y (teníamos) las áreas de galería. Aunque nuestros salones están en el otro edificio (Escuela Libre de Música), nosotros utilizábamos esas áreas para las presentaciones”, indicó la maestra de ballet desde el exterior de la Escuela de Bellas Artes, hasta donde llegaron su compañera de artes visuales, Ana Emmanuelli, y la bibliotecaria, Ada Torres Toro, para exponer su frustración ante la dilación en el proceso de rehabilitación de la escuela. A ellas se les unió el maestro de teatro retirado, Edilberto Torres Santos. “Teníamos un patio bello interior, donde se hacía el café teatro, las presentaciones al aire libre, que incluíamos la Escuela Libre de Música en nuestras actividades. Ya eso se ha perdido, porque teatro no tiene espacio, y la bibliotecaria está utilizando un salón de nosotros”, continuó Rodríguez Ferreira.

Leticia Rodriguez, maestra de ballet; Ana Emmanuelli, maestra de artes visuales; Edilberto Torres, maestro retirado de teatro, y Ada Torres, bibliotecaria, lamentan que tengan una información concreta sobre el futuro inmediato de la estructura.
Leticia Rodriguez, maestra de ballet; Ana Emmanuelli, maestra de artes visuales; Edilberto Torres, maestro retirado de teatro, y Ada Torres, bibliotecaria, lamentan que tengan una información concreta sobre el futuro inmediato de la estructura. (VANESSA SERRA DIAZ)

El edificio de la Escuela de Bellas Artes es uno antiguo (1849, previamente fue una cárcel y cuartel general), por lo que previo a los terremotos presentaba ciertos retos estructurales sobre los que se hicieron unas revisiones y arreglos provisionales, mencionó el exmaestro de teatro. No obstante, se mantuvo en uso hasta que los terremotos agravaron las grietas.

“Cuando nosotros llegamos a la escuela en el 1992, que fue cuando abrió, la escuela ya tenía algunas grietas y tenía unas columnas a ambos lados, unas columnas que bajaban como si fueran triángulos y estaban ahí por algún propósito. Cuando hicieron la remodelación de la escuela, las removieron y aparentemente empezó a darse una inclinación”, detalló Torres Santos. “Aquí llegaron a venir mucho antes de la pandemia y de terremotos y de todo esto, arquitectos y una serie de personas que vinieron a evaluar y que entendieron que aunque la edificación podía verse deteriorada, podía ser reparable y podía funcionar y así fue. Algo se arregló y nosotros continuamos ahí. Cuando se dan los terremotos, entonces vienen a haber grietas que existían, abrieron un poco más y otras más que aparecieron”.

Esta crisis de planta física impactó gravemente la matrícula de la Escuela de Bellas Artes. Al iniciar el semestre en agosto del 2021, los estudiantes matriculados eran 245, según la cifra dada por el Departamento de Educación. De acuerdo con la bibliotecaria, los matriculados en el 2019 eran 512. Esta escuela del sistema público de enseñanza recibe estudiantes de Guayanilla, Yauco, Peñuelas, Santa Isabel y del pueblo sede, Ponce. Previo a los terremotos, el programa de artes visuales, particularmente, tenía 350 estudiantes, indicó la maestra del curso, y para agosto del 2021, esa cifra se redujo a 160.

Al momento de la visita de este diario, las maestras desconocían los planes o proyecciones del Departamento de Educación con relación a la escuela, cuyo director se acogió al retiro. De forma interina, el DE le sumó la dirección de la Escuela de Bellas Artes al director de la Escuela Libre de Música, Javier Van Tull.

Javier Van Tull, director de la Escuela Libre de Música, además de haber adaptado el espacio para recibir los estudiantes de la Escuela de Bellas Artes, recientemente también fue nombrado director interino para esa escuela especializada.
Javier Van Tull, director de la Escuela Libre de Música, además de haber adaptado el espacio para recibir los estudiantes de la Escuela de Bellas Artes, recientemente también fue nombrado director interino para esa escuela especializada. (VANESSA SERRA DIAZ)

“Según lo que nos informó es que la estructura va empeorando por el tiempo que ha pasado y supuestamente en dos años comienzan a reparar la estructura. Eso fue lo que nos enteramos de la última inspección que hicieron”, comentó la maestra de ballet.

“Son 30 años de mucha historia y sobre todo es reconocer que los estudiantes necesitan tener el contacto con las bellas artes. En estas escuelas se forman líderes, personas empáticas que aman su cultura y Puerto Rico necesita mucho de eso en este momento y queremos que se nos explique. Simplemente estamos pidiendo que se nos diga qué va a pasar con nuestra escuela porque es un espacio de arte, es donde tenemos la galería Epifanio Irizarry, la galería más linda en el área sur y ese es un salón de clases. Allí los estudiantes aprenden a trabajar con todo lo que tiene que ver con las bellas artes”, apuntó, por su parte, la maestra de artes visuales, quien tuvo que trasladar sus clases a un espacio que se usaba para las escenografías y utilería del teatro de la Escuela Libre de Música, el cual permanece cerrado por daños causados por la humedad.

Para el director Van Tull, como para toda esa comunidad escolar, ha sido un reto dividir los espacios de la Escuela Libre de Música para acomodar a la facultad y matrícula de la Escuela de Bellas Artes. “Al hacer eso, todo se limita”, lamentó.

“El auditorio -por ejemplo- es un salón adicional para cualquiera de las materias. Dejó de ser auditorio porque se tuvo que compartir con los compañeros y es evidente y es justo. Las agrupaciones las hemos disminuido, antes teníamos tres, ahora solamente tenemos una, por la logística de no haber espacio. Solamente tenemos una banda, una orquesta, pero las demás agrupaciones no las hemos podido tener por la situación que tenemos en este momento”, detalló.

Esta alteración ha minado el ánimo de los maestros, maestras y estudiantes, como es natural, sin embargo todas las partes han hecho el esfuerzo por mantener el mejor ambiente posible. “Ha sido un poco cuesta arriba, pero tenemos que ser empáticos con la situación que los maestros están teniendo. Hemos tenido un ambiente más de empatía, porque no sabemos si va a venir otro temblor y este edificio se va a caer, así que por lo menos en cuanto a eso los maestros han sido bien empáticos”, destacó Van Tull.

La maestra de artes visuales Ana Emmanuelli ofrece sus clases desde lo que antes era un tipo de almacén para el teatro de la Escuela Libre de Música.
La maestra de artes visuales Ana Emmanuelli ofrece sus clases desde lo que antes era un tipo de almacén para el teatro de la Escuela Libre de Música. (VANESSA SERRA DIAZ)

La baja en la matrícula también se refleja en la Escuela Libre de Música. De cara a cada nuevo semestre era común tener una lista de espera con 300 a 400 estudiantes. Para el inicio de mayo la lista para este agosto, era de 150, dijo el director.

Da mucha pena, porque aquí los maestros son comprometidos. No tienen horario, ni de entrada ni de salida, y lo que más nos interesa y nos enfocamos son los estudiantes, y lo más que nos interesaría es que esa estructura se arregle, porque es para beneficio de Bellas Artes y de la Libre de Música”

-Ada Torres Toro, bibliotecaria

Ingenieros del Departamento de Educación cuestionan asignación de FEMA

El Secretario de Educación, Eliezer Ramos Parés, aseguró que los ingenieros adscritos a la agencia, están “en negociaciones con FEMA”, porque entienden que la asignación de $100,000 para la restauración del edificio de la Escuela de Bellas Artes está muy por debajo de la necesidad, considerando que es una impactada por el terremoto del 2020.

“La escuela tiene una obligación de unos $100 mil, pero nuestros ingenieros están cuestionándola en vías de que la necesidad de la escuela es mucho más”, indicó el Secretario.