(Tercer reportaje de serie especial que da una mirada a los talentos que se forman en las escuelas de bellas artes y escuelas libres de música, en medio de los retos que enfrentan, en su mayoría por limitaciones de fondos para equipos y mantenimiento de los planteles. El secretario de Educación, Eliezer Ramos Parés, reacciona a las necesidades expuestas).

Cidra. - La escuela especializada Jesús T. Piñero en Cidra es una modelo a nivel académico y musical. Con una historia de 70 años, esta escuela pasó de ser “un poco difícil en cuanto a disciplina” y con un récord académico bajo, para ocupar en la actualidad el tercer puesto a nivel Isla de mejor rendimiento entre estudiantes de sexto a duodécimo grado.

El cambio tiene varios matices, pero una sola raíz: A partir del 2014 la dirección escolar y facultad impulsó ante el Departamento de Educación una propuesta para especializarla en música, lo que finalmente se logró en el 2017. Actualmente la escuela cuenta con 11 agrupaciones musicales, entre otra cantidad de talentos individuales, sea en el canto o instrumentistas, que al momento de la visita de este diario -casi al cierre del semestre escolar 2021-2022- ofrecían lo mejor de cada uno en su pasadía musical.

“La música le ha ayudado a los estudiantes a ser más disciplinados, más concentrados y más certeros en lo que ellos quieren lograr más adelante”, destacó la directora por los pasados 10 años, Talía Méndez Hernández. De los 58 estudiantes que se graduaban en mayo, 22 de ellos están encaminados en las áreas de las ciencias y matemáticas. De ese grupo, siete se integrarían este semestre al Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico.

Ariana Marie Hernández Vázquez comienza ahora a su cuarto año de escuela superior. Su instrumento es la viola y, según compartió, las destrezas motoras que ha ido puliendo mientras toca, son las que espera le sirvan al momento de ejecutar como neurocirujana, profesión en la que cifra su norte profesional.

“Siento que la música siempre va a estar junto mí. Inicialmente me encantó la música, pero también quería desarrollarme en un instrumento como la viola y el violín, que tienen mucha técnica en la mano para mejorar mis movimientos motores finos para la neurocirugía, porque a mí me interesaría ser neurocirujana, así que mientras me voy desarrollando musicalmente, voy preparando mis movimientos de motor fino para mi futura carrera”, afirmó con una convicción admirable.

Cuando yo tengo esos espacios que me abre la escuela para envolverme en mi instrumento y desarrollarme, es una terapia para mí; es otra parte de mí también, es una extensión de mis brazos y de lo que puedo decir. Lo que no puedo transmitir con mi boca, lo transmito con el sonido de la viola”

-Ariana Marie Hernández Vázquez, estudiante de duodécimo grado

Ser producto de una escuela especializada, increíblemente, puede motivar ciertos estigmas. Habrá quien tenga la idea de que si se es bueno en la música, no lo es en lo académico, y viceversa. Igualmente hay muchos padres y madres -detalló la directora- que se acercan a la escuela con la idea de que los estudiantes que asisten a estas escuelas tienen la música como única meta profesional. Hay quienes sí tienen ese objetivo, lo que es completamente válido, pero también hay muchos con otros intereses profesionales.

“Cuando uno habla que viene de una escuela de música las personas tienden a presumir, o eres buena académicamente, o eres buena musicalmente. Si tocas bien tu instrumento, necesariamente para ellos, ya no eres buena académicamente y te perciben de esa manera al principio, y luego se sorprenden al ver que el estudiante sí puede ser holístico y que el estudiante puede tener diferentes facetas fuertes”, subrayó la estudiante, que ingresó en la escuela Jesús T. Piñero en el séptimo grado.

Luis Vázquez es una estrella dentro de la matrícula de esta escuela. Ya cuenta con un proyecto musical propio dentro del género de la salsa, presentándose en importantes escenarios dentro y fuera de la Isla. Pero al observarlo en su naturaleza de estudiante, allí se mezcla con sus compañeros como uno más, con las mismas ganas de continuar aprendiendo y desarrollando su instrumento, que en este caso es la voz.

 La escuela logró especializarse en música en el 2017.
La escuela logró especializarse en música en el 2017. (VANESSA SERRA DIAZ)

“Hay muchas personas en Puerto Rico que salen de aquí (siendo) estrellas, que salen al mundo a llevar lo que es el arte y el deporte, y hace falta que desde pequeños le siembren esa semilla para que crezca esa planta y sea un árbol grande en el mundo para que podamos echar para adelante, porque Puerto Rico es un país donde hay mucho talento”, destacó el estudiante que ahora cursará el undécimo grado, considerando la importancia de que el Gobierno apueste más por las escuelas especializadas. “Nosotros los boricuas sabemos cómo hacer para poder brillar en otros países y llevarle la alegría que nosotros llevamos por dentro, así que hacen falta muchas más escuelas de estas. Un ejemplo es la Jesús T. Piñero, empezamos desde abajo y mira dónde estamos ahora mismo”.

Liza Jane Espada Rivera, igualmente, está labrando un camino propio dentro de la percusión. Inicialmente se interesó por el piano, pero de niña su mamá le regaló una batería, así que había en ella una memoria rítmica. Compartió que, cada vez que ejecuta en la percusión, la invade un torbellino de emociones. “Repicar el timbal o la batería o tocar congas me hace sentir liberada, me hace sentir que estoy representando a otras chicas que pueden tocar este instrumento y me hace sentir feliz”, manifestó la ahora estudiante de undécimo grado.

Para Yaviel Velázquez Rodríguez, la música, específicamente el cuatro puertorriqueño, llegó como una feliz consecuencia al llegar a la escuela para integrarse entonces al sexto grado. Este nuevo semestre cursará el undécimo. Al momento del ingreso, desconocía lo que era un cuatro, ni siquiera sabía cómo era físicamente, pero había escuchado hablar sobre este y en el formulario que tenía que llenar con algún instrumento, lo escogió.

En la actualidad no es solo una motivación para seguir creando y desarrollándose como músico, sino que es una herramienta para manejar el leve déficit de atención que presenta. “Cuando escucho música mientras estoy estudiando o haciendo algo, me ayuda a concentrarme mucho”, dijo, quien se visualiza un futuro en la literatura o artes visuales. “Me gustaría enseñarle a la gente que muchas de esas formas de arte, pueden ser combinadas y ser representadas en una sola pieza”, indicó.

Necesidad de instrumentos y mantenimiento

La directora, quien antes fue maestra por 13 años en la misma escuela, expuso que las mayores necesidades que enfrenta son la falta de recursos para comprar instrumentos, equipos de sonido, atriles y materiales escenciales para la educación y práctica musical, además del mantenimiento de la planta física.

Sadie Nieves Rosario, quien pasa ahora al octavo grado, encuentra en el violín su mejor manera de expresar sus emociones.
Sadie Nieves Rosario, quien pasa ahora al octavo grado, encuentra en el violín su mejor manera de expresar sus emociones. (VANESSA SERRA DIAZ)

“La mayoría (de los estudiantes) compra sus instrumentos, pero equipo como bocinas, atriles, hay diferentes equipos que con los años se van deteriorando y hay que reemplazarlos”, detalló Méndez Hernández, quien hace lo mejor posible con los fondos que recibe del Departamento de Educación y de una cooperativa juvenil de la misma escuela.

Compromiso del Departamento de Educación

Sobre la necesidad de instrumentos y materiales dirigidos a la educación musica, el Secretario de Educación, Eliezer Ramos Parés, indicó estar de acuerdo con la apreciación de que, básicamente, esos equipos son los libros para estos estudiantes. No obstante, dijo, que al momento de esta entrevista no había tenido ninguna solicitud por parte de la escuela para esos efectos.

“Estoy de acuerdo, las escuelas deben contar con fondos, con su presupuesto, y hacia esa dirección es que nos estamos dirigiendo”, afirmó el jefe de agencia. “Este año esa escuela en particular tiene que haber recibido una cantidad muchísimo mayor a lo que ha sido por costumbre. Nuestro reto no es solo darle los fondos, es que el proceso de compra sea ágil y pueda responder a las necesidades de las escuelas, por eso es que estamos trabajando con una tarjetaa de compras, que no solamente sea para comprar lo que se compra en las escuelas, sino que esta tarjeta de compra le sirva a los directores de escuelas especializadas, de escuelas ocupacionales para comprar cada uno de los artículos que le hacen falta. El violín, la guitarra, el piano, son básicamente el instrumento principal de aprendizaje de estos jóvenes”, reconoció Ramos Parés.