El “Maestro Sastre” de Cabo Rojo
Don Edgar Ortiz ha dedicado una vida a este oficio que heredó de su papá.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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De sus 82 años de vida, Edgardo Ortiz Ruiz, mejor conocido en Cabo Rojo como “Maestro Sastre”, lleva poco más de siete décadas ligado al arte de confección y arreglo de ropa. Toda su vida las telas, las tijeras y las yardas han sido fieles testigos de su don.
Su historia nació de la mano de su padre, don Santos Ortiz Montalvo, quien hace 95 años fundó su negocio de sastrería en el área suroeste y se encargó también de avivar ese deseo de trabajar que tenía Edgardo, uno de sus ocho hijos.
“Aprendí de mi papá. Mi papá empezó en 1927. Toda mi vida prácticamente estuve aquí. Vine desde chiquitito con mi padre y me enamoré. Siempre he estado enamorado de esto. Estoy aquí desde que tenía 8 o 9 años y mi padre se fue cuando yo tenía 23 años”, relató.
En un principio, el negocio familiar –que hoy día está ubicado en la avenida Santos Ortiz- se llamó Montalvo y Ortiz, pues era una “sastrería de sociedad”. No obstante, Ortiz Ruiz recuerda que cuando Luis Muñoz Marín salió electo gobernador de Puerto Rico, en el año 1948, el nombre de la sastrería pasó a ser “Trajes Gobernador”.
“Él (Muñoz Marín) llamó a mi padre para que le hiciera la ropa. De ahí empezó la relación hasta la muerte de ambos”, dijo.
Entonces, para el año 1963, su padre decidió correr por la alcaldía de Cabo Rojo y ganó, tomando Edgardo las riendas del negocio.
“Nunca pensé en dejar esto… No hubo ningún problema de transición porque ya yo estaba aquí”, aseguró el también hermano de quien ha sido el único alcalde independiente de Cabo Rojo, electo en el 1988, Santos “El Negro” Ortiz Ruiz.
Desde entonces, el “Maestro Sastre” se dedica a este oficio. Ha trabajado piezas para reconocidas figuras de toda la Isla y hasta personalidades internacionales.
“(Atendemos) a todo el que viene aquí, pero ha sido tanta gente… Vino Pablo Casals que es una figura mundial, Antonio Fernós Isern (ex comisionado residente). Al último que le hice ropa fue a Pedro Pierluisi, Thomas Rivera Schatz y Tatito Hernández. También a la jueza (Sonia) Sotomayor y hace alrededor de 15 años que le estoy haciendo las togas a todos los jueces de Puerto Rico”, especificó.
Pero para don Edgardo el trato es igual para todos sus clientes, pues todo es medido con la misma yarda.
“Todo el mundo es igual, aquí no hay ricos ni pobres, ni blancos ni negros, ni político de un lado ni del otro. Aquí se tratan a todos por igual. Somos amigos de nuestros clientes, echamos chistes de todas clases. Hay muchos que dicen que son locos con venir aquí porque se despejan”.
Algo que le preocupa es que cada vez son menos los sastres. Sin embargo, esa realidad no cambia el espíritu de lucha de este incansable maestro, quien ha dedicado toda su vida a cuidar el legado que su padre forjó con tanto esmero.
“Mi padre nos levantó a todos con sus manos, con su tijera. Nos levantó a ocho hermanos y familiares que estaban con nosotros, él los levantó a todos sin distinción y fue una persona bien, bien, bien buena”, sostuvo don Edgardo, quien entiende no hay nadie de la familia que pueda seguir el legado de “Trajes Gobernador”.
“Tenía un nieto que tenía la habilidad, pero se cansó y se fue para Estados Unidos. No tengo a nadie más de la familia. A esto (negocio) le queda lo que a mí me quede de vida”, concluyó el sastre que tiene dos hijas, Rosa y Rita Ortiz y cuatro nietos.