Creador de Mochileando vive su sueño de niño viajando el mundo
Wilson “Wil” Santiago Burgos creció en un hogar de clase baja, en el que nadie vio la posibilidad de viajar. Él sí y hoy día ha visitado 111 países en 12 años.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Florida. - La historia de vida de Wilson “Wil” Santiago Burgos es tan fascinante como cualquiera de los viajes que promueve o reseña en su plataforma Mochileando. Escucharlo contar las memorias de su infancia en un hogar humilde en el barrio El Perol en el pueblo de Florida hasta sus experiencias como bloguero de viaje, habiendo visitado 111 países durante los pasados 12 años, es viajar a través de sus relatos. La emoción, el realismo y la sustancia con la que habla, definitivamente, invita a montarse hacia cualquier destino y comenzar a explorarlo.
Wil, de 37 años, es el segundo de tres hermanos, fruto del matrimonio que una vez conformaron Wilson Santiago y Evelyn Burgos. El hermano mayor falleció, por lo que quedan su hermano Luis Daniel y él. Es con su madre y su hermano que cuida a una amplia variedad de animales en la misma finca donde creció. Tiene pavos, gallinas, gallos, cabras, ovejas, pavos reales, patos, gansos, vacas, un perro y un gato. Desde ese pedazo de tierra lejos de Bora Bora -uno de sus más recientes destinos de viaje-, Wil compartió su historia con Primera Hora.
“Llegar a Florida (pueblo) es mi terapia”, dice después de caminar loma arriba en busca de la vaca “Claudia”, una que ha hecho famosa en sus redes sociales. “Puedo llegar de cualquier viaje y a donde primero vengo es a Florida. Aquí tengo todo: mi familia, mis animales, y es esa desconexión de la rutina. Mucha gente piensa que cuando viajo la estoy pasando super cool, pero cuando viajo tengo el doble de trabajo, porque estoy trabajando con Mochileando, más estoy creando contenido del lugar a donde estoy viajando, así que cuando llego a la finca es esa desconexión total de mi trabajo”.
Esa conexión con la tierra y los animales es completamente natural en él. Su padre se dedicó a la agricultura, más trabajó en una vaquería, y su mamá siempre ha sido ama de casa. Él ayudaba a cuidar los animales y a recoger las cosechas de granos, pimientos y cilantro. En medio de la gran finca, están las ruinas del que fue el primer hogar familiar, que terminó de destruirse con el huracán María (2017).
“En mi casa nunca hubo la posibilidad de viajar, y recuerdo que de pequeño me encantaba la geografía y en cuarto grado me aprendí todas la capitales del mundo, y recuerdo que para ese cumpleaños le pedí a papi que me regalara un globo terráqueo, que papi con mucho sacrificio, lo compró. Le daba la vuelta y ponía el dedo y soñaba que algún día iba a llegar ahí”, compartió.
En su familia, “nadie había viajado”. Él fue el primero, en una numerosa familia por parte de madre (54 primos hermanos), que cursó estudios universitarios. “Nuestro background familiar era de poco acceso a la educación, así que, ¿cómo llegamos aquí? Casualidades de la vida, a veces el universo conspira, pero sí puedo decir que en el camino me encontré muchas personas buenas, maestros que se preocuparon por mí”.
Recordó que tuvo maestros que llegaban a su casa a brindarle materiales para los trabajos escolares, y la de arte, pues era bueno con el dibujo, igualmente le regaló los materiales. En ocasiones lo buscaba a la casa, y lo llevaba a una escuela especializada en Arecibo. Era una ruta de 45 minutos.
Wil estudió química, a nivel de bachillerato. Era la rama de la ciencia a la que apostaban todas las personas en el barrio, dada la cercanía con las industrias farmacéuticas de Barceloneta. “A nosotros siempre se nos vendió que estudiar química, biología, era el mejor empleo, así que entro a la universidad a estudiar química, era muy bueno, pero no era lo mío y eventualmente me moví al área ambiental, que era mucho más social. Las investigaciones en las que he colaborado a nivel doctoral son de justicia ambiental, de pobreza, contaminación con las comunidades, así que estoy en el lado más social de las ciencias naturales”. Ese valor social lo trasladó a su plataforma, por lo que no promueve zoológicos como atracciones, ni actividades que degraden el ambiente, ni hospederías sin certificaciones ambientales.
Viajar para mí ha sido esta llave para remover prejuicios, y todavía los sigo removiendo, y buscar que la sociedad sea una más equitativa y con igual acceso para todo el mundo”
-Wilson "Wil" Santiago Burgos, bloguero creador de Mochileando
Su primer viaje lo realizó con 18 años de edad. Visitó a una tía en Estados Unidos, pero su primer viaje soñado, internacional, lo llevó a Sudáfrica, uno de sus destinos preferidos, al punto que lo ha visitado cuatro veces. “Tenía un trabajo de 30 horas en una tienda de videojuegos, Game Stop, y trabajaba y estudiaba full time, con 18 y 22 créditos todos los semestres. Empecé a ahorrar, ahorrar, ahorrar, y para la Copa Mundial 2010 quise ir a Sudáfrica. No pude ir porque no tenía el dinero completado, pero unos meses después que se acabó la Copa, fui a Sudáfrica”.
Para este joven bloguero, “viajar es un regalo que tú decides si lo abres o no lo abres, y si lo utilizas o no lo utilizas”. Su mayor ganancia desde que comenzó a viajar fue liberarse de prejuicios, algo a lo que invita, para poder tener experiencias propias en los distintos países.
“Viajar me ha ayudado a remover los prejuicios y ayudar a aceptar las personas tal cual son. Amo mi crianza. Tengo una relación excelente con mi padre, con mi madre, con mi hermano, pero nosotros nos criamos -y esto es algo que hemos aprendido a progresar como familia- un poco en el fanatismo religioso y el fanatismo religioso inserta en uno muchos prejuicios y puedo decir que cuando comencé a viajar, comencé a ver que muchas de las cosas que me habían enseñado la sociedad y la religión, no necesariamente eran ciertas”, afirmó. “Cuando te enseñan que si una persona cree en esta religión, no es una persona buena, o no va para este lugar, de momento estás en ese país, ves cómo funcionan las cosas y comienzas a remover un montón de prejucios. Todavía al día de hoy llego a lugares que me chocan y hago un esfuerzo por que los prejuicios no afloren y por entender por qué funcionan así”.
Los prejuicios de los que habla incluyen también aquellos ligados a la seguridad en otros países latinoamericanos, por ejemplo. “Para mí es una desgracia que en Puerto Rico muchas veces se piense que Latinoamérica son destinos donde no puede visitar, que son inseguros, yo nunca me he sentido inseguro. Las mismas medidas de seguridad que utilizo para moverme en Santurce, que es donde resido ahora mismo, son las mismas medidas de seguridad que utilizo para moverme en cualquier parte del mundo”.
En su último viaje a Ruanda, contó, el vehículo safari en el que se transportaba para ver gorilas, se dañó, “y un ministro que trabajaba en el gobierno, me dio pon para llevarme al hotel, porque iba para el hotel donde yo me iba a quedar a ver los gorilas, y son cosas que, de momento estás en Puerto Rico y la gente te dice, ‘no vayas, que te puede pasar algo’, y lo único que me pasó positivo fue que la gente me enseñó que, aunque el carro se me quede de la nada, la gente de allí me iba a ayudar a llegar al lugar”.
Consciente de que al igual que él una vez soñó con viajar el mundo, hay muchísima gente queriendo hacer lo mismo, su plataforma tiene como prioridad ofrecer alternativas accesibles a sus suscriptores. “Este jibarito siempre pensó que no iba a poder viajar el mundo. Para mí era imposible. En mi casa a veces no había dinero para comprar un paquete de arroz, una lata de habichuelas y un pollo para cenar, o sea, alguien que se cria en esta circunstancia no piensa que va a poder viajar el mundo. Tú lo sueñas, pero sabes que es algo que probablemente no lo vas a alcanzar nunca”, dijo.
Para él, toda persona que trabaje dignamente, debe tener derecho a conocer el mundo en salud.
“Recuerdo que antes de salir Mochileando, los destinos a donde viajaba la mayoría de los puertorriqueños eran Orlando, Punta Cana y Cancún. Desde el momento que Mochileando irrumpe en el mercado, estás viendo mucho puertorriqueño en Europa, África, porque le hemos enseñado a las personas que Europa no cuesta $5mil, $3mil, no cuesta $2mil; con una buena oferta de boleto aéreo, de $200 a $300 dólares ida y vuelta, te quedan $700 para pasar cinco días en España y lo puedes hacer superbien con las mejores técnicas, así que le hemos brindado a las personas unas herramientas para que puedan hacerlo por cuenta propia y que tengan ese acceso que antes no tenían”, detalló, quien no proyecta unirse a ninguna marca para poder brindar la mayor cantidad de alternativas de ofertas de viajes a sus clientes.
A Puerto Rico lo observa como un destino costoso para viajar, pero también uno de los “más espectaculares” que cualquier viajero pueda escoger.
“Tenemos una gastronomía excelente, una cultura maravillosa y que enamora, y creo que el valor de nuestra gente es algo que nosotros, porque estamos aquí y en el día a día no lo apreciamos, pero realmente el día que me quedo a pie, siento que en Puerto Rico alguien me va a ayudar para poder llegar al lugar a donde necesito llegar, o que voy a conseguir una mano amiga. Creo que esos son valores que a veces nosotros no los tenemos presente cuando promovemos a Puerto Rico como turismo”, señaló.
Entiende que todavía hay muchas oportunidades que el Gobierno debe aprovechar para hacer crecer el turismo, como hacerlo más accesible en términos de costos -”buscar ese balance entre el turismo accesible y las condiciones dignas de trabajo”-, promover el turismo interno y sacarle provecho a espacios naturales gratuitos para el uso de los locales, y ampliar el mercado de promoción más allá de Estados Unidos.
“Puerto Rico tiene mucha oportunidad en diversificar donde se ofrece. República Dominicana tiene un mercado europeo pujante. República Dominicana este año ha roto muchísimos récords de visitantes de Europa, mes por mes está rompiendo récords de reservaciones de hoteles, de vuelos nuevos y nosotros nos hemos quedado rezagados. Pero cuando miras el proyecto de Dominicana, es un proyecto de integración, que mira a muchos mercados. Puerto Rico por lo general mira al mercado estadounidense y esto nos benefició durante la pandemia, pero, ¿qué pasa en este momento en que estamos haciendo una transición para que eventualmente post pandemia venga una nuevo mercado turístico? Dominicana ya se está moviendo, nosotros no”.
Wil recién llegó a Puerto Rico y espera estar un par de meses trabajando localmente. Viajar también agota, no obstante, entre sus próximos destinos para este año mencionó ir a Madagascar, Jordania, Israel, Siria y Japón.
A nivel de su empresa, proyecta, también para este año, ampliar su mercado -actualmente sirve a Puerto Rico, costa este de Estados Unidos y San Francisco- hacia todo Estados Unidos y más adelante, hacia el resto de Latinoamérica.
El espíritu soñador que una vez lo llevó desde su humilde entorno a viajar el mundo a través de un globo terráqueo, sigue tan vivo como en su infancia. Su próximo sueño es comprar una finca aún más grande y establecer un santuario para animales aquí, en su tierra.