Suena el timbre en la mayoría de las escuelas públicas y privadas de Barceloneta, y muchos de sus estudiantes optan por continuar la faena, esta vez en la Escuela de Bellas Artes Luis Roberto Soler Carmona, donde acuden para desarrollar sus talentos sin dejar fuera a sus padres o abuelos.

Es que el programa impulsado por la Administración Municipal desde el 2005, recibe alumnos desde todas las edades, integrando etapas y generaciones en un objetivo común que permite el aprendizaje voluntario de música, arte, teatro y danza.

De acuerdo con la maestra encargada, Tania Soler Lugo, “este proyecto se trabajó para que los niños, jóvenes y adultos comenzaran a tener una formación artística y estética en las áreas de música, arte, teatro y danza”.

“Sabemos que no todos los estudiantes van a ser artistas, esa no va a ser su carrera, pero el hecho de haber estado en un programa de bellas artes va a ayudarles en la autoestima, seguridad, proyección, al desarrollo cognitivo, desarrollo motor fino y motor grueso. Todo eso va a ayudar en el desarrollo holístico que debe tener un estudiante”, sostuvo Soler Lugo quien también es directora escolar del Departamento de Educación.

Según la educadora, las clases se brindan a una matrícula diversa que llega desde las comunidades de Barceloneta y de pueblos limítrofes como Ciales, Utuado, Florida, Vega Baja, Manatí, entre otros.

Allí pueden escoger entre instrumentos musicales, artes plásticas, artes escénicas y baile.

“Cuando digo música es banda, instrumentos musicales, coro, rondalla, cuatro, guitarra, mandolina, violín y piano. En teatro es actuación, escenografía, diseño. En el área de baile es ballet, folclore, hip hop o salsa. Prácticamente nosotros complementamos toda la escuela en todas las artes”, explicó.

Uno de los aspectos relevantes del programa es que, mientras el estudiante regular está en un salón, sus familiares entran en otros cursos que, en ocasiones, acortan la brecha generacional. De hecho, el alumno de mayor rango sobrepasa los 70 años.

“Mientras las nenas están en la clase de ballet, sus madres están en la clase de repostería. Es bien dinámico porque el ambiente siempre se siente alegre. No todos los cursos se dan para adultos, pero tenemos esa opción”, manifestó.

“Así que integramos las edades en algunos cursos, pero en otros no podemos. Por ejemplo, confección de entremeses no integramos a los niños. En el curso de pintura integramos ambas poblaciones, pero desde los 13 años en adelante. Así que hay de todo, depende del curso que estemos ofreciendo”, agregó.

Entre las opciones que tienen los adultos están las clases de guitarra, cuatro, mandolina, salsa, confección de entremeses, maquillaje y pintura. También se les ofrece “folclore, clases de bomba y plena, ritmos tropicales que son los barriles de bomba”.

Otra de las características es que muchos maestros llegaron allí hace unos años en calidad de estudiantes. Ahora son quienes dirigen la operación para que otros aprendan alguna disciplina artística.

“La escuela se fundó en 2005; tengo estudiantes que se desarrollaron, se especializaron en sus áreas y luego los recluté como maestros. Tengo exalumnos siendo maestros de nuestra escuela. Ahora mismo la meta es seguir impactando a nuestros niños y jóvenes que tanta falta hace la educación artística y la educación estética, que son dos cosas que van de la mano, pero son diferentes”, reveló.

Mientras los hijos toman clases en un salón, en el otro están sus padres o abuelos aprendiendo algún oficio o desarrollando talento.
Mientras los hijos toman clases en un salón, en el otro están sus padres o abuelos aprendiendo algún oficio o desarrollando talento. (Isabel Ferré Sadurní)

Por otro lado, mencionó que la escuela no está atada a una nota, sino que se les permite aprender y disfrutar según la capacidad de cada estudiante.

“Quien viene a Bellas Artes lo hace libre y voluntariamente, es porque le gusta, porque quiere desarrollarse en el área de las artes y eso nos hace diferentes. Muchos de los estudiantes, igual pasan con las escuelas especializadas del Departamento, pero aquí es un programa totalmente libre para todos los estudiantes de Barceloneta, tanto públicas como privadas y de pueblos limítrofes”, señaló.

Igualmente, resaltó que la escuela cobra una cuota de inscripción que les ayuda a sostener el funcionamiento de la institución porque se usa, entre otras cosas, para pagar a los maestros.

‘La escuela cobra una cuota de inscripción, que no es la misma para residentes de Barceloneta que para otros pueblos. Tengo gente que llega a Barceloneta con una tarifa diferente, pero sigue siendo económica porque son $100 al semestre. Los residentes pagan $25 anuales”, indicó.

“Nosotros tenemos alrededor de 21 maestros: ballet, piano, baile, artes plásticas, teatro, escenografía, maquillaje. Prácticamente cumplimos con todos los profesionales que son especializados en la materia. Para muchos es un segundo trabajo o no tienen otro trabajo y esa es su única fuente de ingreso. Recuerda que en las artes no hay mucho recurso de empleo”, esbozó.

La Escuela de Bellas Artes de Barceloneta opera de lunes a viernes, de 3:00 de la tarde a 9:00 de la noche y está ubicada en la antigua estructura que ocupó la Escuela Jesús M. Rivera en el casco urbano. Para detalles puede llamar al 787-846-3400, extensión 2450.