Vigente el cuatro en la juventud
Una nueva generación de jóvenes boricuas ha elegido el cuatro como su instrumento principal.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
PUBLICIDAD
El amor les entró por los oídos. Esa primera vez en la que escucharon el sonido del cuatro puertorriqueño no se les olvida. Eran apenas niños de tres o nueve años, pero ese recuerdo lo mantienen intacto.
Arianna González (25 años), Benjamín Laboy (22 años), José Eduardo Santana (21 años) y Ángel Gabriel Colón (14 años) guardan el momento en el que descubrieron el cuatro puertorriqueño como quien conserva un regalo anhelado.
“Mi papá tocaba guitarra y, cuando él se iba a tocar, yo me iba con él y con sus amigos y ahí empezó mi amor por la música. Pero recuerdo que a los nueve años vi un cuatro en una actividad y me enamoré de su sonido. Desde entonces, comencé a tocar”, recordó José Eduardo Santana.
Arianna González también narra con fluidez cómo a los seis años de edad escuchó a su vecino tocar el cuatro y le dijo a su mamá que quería hacer lo mismo. Pasa igual con Benjamín Laboy, quien a los siete años supo que quería que el cuatro fuera su instrumento, o Ángel Gabriel, quien apenas con tres años comenzó a tomar clases.
“Mi papá es artesano de cuatro y a mí siempre me gustó ese sonido y le dije que yo quería aprender”, destacó el adolescente de 14 años.
Estos cuatro jóvenes puertorriqueños comparten la misma pasión por el cuatro, instrumento nacional de larga tradición que quieren seguir dando a conocer.
Ellos forman parte de una nueva generación de cuatristas que se levanta en el país gracias al esfuerzo de músicos de diversas generaciones, quienes se han esforzado por cultivar y educar a los más jóvenes en este arte. Todos ellos conocen las raíces folclóricas del instrumento, pero a la vez, están interesados en integrar el cuatro a diversos géneros musicales con el fin de que se conozca su universalidad.
“Soy bien amante de la música tradicional, pero quiero en algún momento que el cuatro forme parte de otras agrupaciones y ambientes y para eso creo que uno debe integrar el cuatro en otros géneros”, opinó José Eduardo Santana, quien en la actualidad acompaña en algunas presentaciones a Andrés Jiménez “el Jíbaro”.
Aunque el cuatro se ha integrado a otros géneros -como lo hizo Yomo Toro con la salsa- estos jóvenes anhelan que el instrumento esté más presente en otros ritmos populares, como lo está el piano, la batería o la guitarra.
“El cuatro no es sólo para tocar música típica, como tampoco el violín es sólo para tocar Bach. Hay muchas cosas que se pueden hacer y que se han hecho con este instrumento. En mi caso, trato de hacer danzas puertorriqueñas para que los compañeros músicos jóvenes tampoco se olviden de sus raíces”, expuso Benjamín Laboy.
Una de las personas que estos jóvenes admiran y entienden que está haciendo algo novedoso con el instrumento es Christian Nieves. Con sólo 31 años de edad, este cuatrista ya se ha convertido en un modelo a seguir para esta nueva generación.
“Como cuatrista y como ser humano, trato de comunicarme bien con los jóvenes que están tocando el instrumento y trato de hablar con ellos de tú a tú. Para mí, es un orgullo grande que estos jóvenes me vean como un modelo”, manifestó Christian Nieves, cuyo maestro principal fue su padre, Modesto Nieves.
El músico entiende que en los pasados cinco años ha aumentado el interés por el instrumento, algo que atribuye al trabajo de familias que cultivan el amor por la música típica, así como a las fusiones musicales que se han ido desarrollando, ya que entiende que las instituciones culturales del país hacen esfuerzos mínimos por dar a conoce el cuatro.
“Con la cultura pasa lo mismo que con el deporte, que el Gobierno no lo ve como una aportación al país. No hay respeto por la música puertorriqueña. En ese sentido, creo que aquí estamos bien atrás, comparado con otros países del mundo. Aquí las instituciones culturales nunca han sido firmes en el apoyo al cuatro; nosotros somos los que nos mantenemos firmes”, señaló Christian Nieves.
A modo de ejemplo, el artista indicó que no fue hasta hace apenas un año que el Conservatorio de Música de Puerto Rico integró en su currículo el cuatro puertorriqueño.
“Fui de los cuatristas ilusionados en estudiar y representar a mi instrumento, pero cuando yo entré al Conservatorio, no estaba integrado. En todos los conservatorios de música en el mundo se enseñan los instrumentos de su cultura”, enfatizó.
A pesar de las trabas institucionales, el cuatro sigue conquistando escuchas de todas las edades, quienes se sienten orgullosos de ese sonido de cuerdas que sigue transformándose y despertando pasiones.