Con su más reciente producción “Corazón latino”, el cantante Andrés Jiménez llama desde la canción a extender la mirada hacia Latinoamérica. Lo hace a partir de la situación sociopolítica que aqueja el país y la necesidad de abrazar otras fronteras ajenas a Estados Unidos para tomar acciones en favor de la Isla.

Ese ejercicio de apreciar desde aquí lo que hay más allá lo ejecutó con elegancia, fuerza y sentimiento en el concierto que ofreció esta noche en el Centro de Bellas Artes de Caguas, donde logró conjugar temas románticos con otros sociales, algunos de su propia inspiración y otros de autores latinoamericanos que admira. Silvio Rodríguez y Gabriel Celaya estuvieron entre ellos.

Faltando tres minutos para las 9:00 p.m., y sentado en el medio del escenario, el trovador introdujo su concierto con “Canción para todos”, “Soñando con Puerto Rico” y “En un bello amanecer”, despertando así la nostalgia por el terruño, por la patria, sea ésta o cualquier otra del pueblo latinoamericano que cobija.

La emoción sacudió temprano en la noche. “El Jíbaro” saludó al público que llenó casi a capacidad la sala Felipe Rodríguez y ofreció su concierto a la memoria de su madre, Felícita Hernández Díaz, quien falleció el 15 de este mes.

“Quiero dedicar este concierto a mi madre, a mi viejita del alma”, expresó antes de agradecerle haberlo enseñado a luchar en la vida.

A “Doña Fela”, a quien le levantó un altar en un extremo del escenario, le cantó “Madre solo hay una”, una canción que la audiencia celebró y agradeció con vítores y una ovación de pie. Así el cantor compartió que el llamado de su madre al viento inspiró “Barlovento”, el quinto tema de 23 contenidos en el repertorio.

“Lágrimas negras” de Miguel Matamoros, “Poesía urgente” de Gabriel Celaya,  “La loma del tamarindo”, de Wiso Santiago, y “Boricua en la luna”, de Juan Antonio Corretjer antecedieron una sesión instrumental que le dio espacio a los seis músicos que lo acompañaron a desplegar su talento con sus respectivos instrumentos. En ese grupo estaban el cuatrista y director musical Christian Nieves, y el guirero Neftalí Ortiz, quienes al ritmo de canciones tradicionales de la Navidad repicaron el cuatro y el guiro con gran dominio.

Rodeado de murales de banderas latinoamericanas y frases de reafirmación patriótica, como “¡Coño, despierta boricua!” y ¡Viva mi bandera!”, cantó su composición “Mi barrio” y “La fábula de los tres hermanos”. Esta la comenzó de nuevo porque olvidó una parte de la letra. Para ese momento “El Jíbaro” había pedido que le cambiaran el agua por “otra cosa”. “Ya el agua no me estimula”, dijo.

“Que será”, popularizada por el cantante José Feliciano, y “A mí me gusta mi pueblo” animaron a bailar a algunas personas en la sala, quizás con ánimo de parranda. Fueron los temas de profunda añoranza por Puerto Rico los mejor recibidos por los asistentes.

El cantautor se refirió a la situación que vive el país al introducir “A desalambrar”. “Vivimos una época muy difícil, en los próximos años vamos a tener que tomar una decisión muy importante nosotros los puertorriqueños y nosotros vamos a comenzar hoy”, puntualizó.

“Oubao-Moin” y “Que buena es la Navidad” culminaron el concierto que tradicionalmente presenta “El Jíbaro” para esta época, y que en esta ocasión se enriqueció con otros colores rítmicos sin abandonar los nuestros.