El terremoto provocado por el anuncio de separación o descanso temporal del grupo musical BTS se sintió en la Bolsa de Seúl, con la empresa que representa a la banda desplomándose un 24%, y en todo Corea del Sur, donde admiradores quedan huérfanos del que hasta ahora era su principal embajador cultural.

El anuncio llegó de la forma más inesperada, en un vídeo colgado el martes en la plataforma YouTube en el que se veía a sus siete integrantes cenar juntos con motivo del noveno aniversario de la banda, que se acababa de cumplir el día antes.

Durante la grabación, enmarcada en BTS Festa, el evento anual online con el que el grupo celebra sus aniversarios, los siete rememoraron sus vivencias juntos y, poco a poco, comenzaron a subrayar lo agotados que están y a dejar caer que necesitan centrarse en sus proyectos personales.

El mensaje generó de hecho una enorme confusión que obligó a Hybe, la empresa de comunicación que creó y aún representa al grupo, a salir al paso asegurando en escueto un comunicado que “BTS no se están tomando un descanso. Sus integrantes se van estar centrando más en sus proyectos personales”.

Esa críptica comunicación apunta a que la banda abandonaría de momento proyectos musicales conjuntos, pero seguiría produciendo contenido audiovisual para webs y redes sociales o participando en promociones.

De cualquiera manera, la cotización de la empresa fundada por el productor y compositor Bang Si-hyuk cerró un 24.7% por debajo de su cierre del martes y durante la jornada llegó a tocar su mínima valuación histórica, 140.000 wones por acción ($108).

Cuando Hybe, que para entonces operaba con una estructura distinta y bajo el nombre Big Hit Entertainment, salió a bolsa en octubre de 2020 muchos analistas expresaron sus dudas sobre un activo cuya facturación dependía en más de un 90% de una de las pocas bandas que representaba por entonces, BTS.

Prueba de ello es que las acciones de la corporación alcanzaron su techo en noviembre del año pasado, coincidiendo con el lanzamiento de “BE”, el más reciente álbum de estudio de la banda, y desde entonces, a la espera de que BTS anunciara un nuevo trabajo o una gira global, han caído un 63.8%.

Hybe ha diversificado enormemente su actividad en los dos últimos años, al adquirir nuevos sellos y tiene en cartera a bandas con aparente gran potencial, como el grupo femenino recién lanzado Le Sserafim, además de haber iniciado la semana pasada una audición a nivel global para dar con un nuevo conjunto masculino.

Y, sobre todo, la compañía ha continuado explorando nuevas formas de monetizar su producto más allá de las vías tradicionales de la industria. Aun así, un horizonte sin BTS (o sin BTS al 100%) parece arrojar para los inversores demasiada incertidumbre.

Al margen de la confusión generada, el vídeo de la cena de aniversario ha simultáneamente deparado tristeza y alegría entre ARMY, el grupo oficial de seguidores de la banda compuesto principalmente por mujeres.

Alegría porque, como han comentado muchas fanáticas en las redes sociales, tales como Weverse, los siete podrán tomarse un descanso y dejar de dedicarse en cuerpo y alma a algo que, según apuntaron varios miembros, parece haber dejado de hacerles felices.

El nivel de sinceridad mostrado en el vídeo por RM, Jimin, V, J-Hope, Suga, Jin y Jungkook fue algo inusitado para la industria del K-Pop y también para los propios BTS, que en los últimos cinco años han concedido una entrevista en profundidad a un medio de comunicación.

Aunque el mensaje llegó editado y controlado por Hybe, los siete reconocieron lo diferentes que son y lo difícil que ha sido convivir una década entre ellos, admitieron padecer agotamiento creativo, la sensación de no controlar ya lo que producen o la presión por complacer a millones de seguidores en todo el mundo, y afirmaron sufrir de algo que padecen la mayoría de sus paisanos; cansancio por exceso de trabajo.

Los meses que quedan por delante pueden, eso sí, servir para solventar un tema espinoso que ha planeado sobre el grupo durante los dos últimos años: la necesidad de que cumplan con el servicio militar, que dura entre 18 y 21 meses y es obligatorio para todos los varones hábiles surcoreanos.

Entre tanto, Corea del Sur puede perder de momento a sus principales embajadores (a sus siete miembros se les han expedido, de hecho, pasaportes diplomáticos especiales), convertidos hoy en un símbolo del extraordinario crecimiento económico que ha experimentado el país asiático y de la enorme proyección que tiene hoy su llamado “poder blando”.