Madrid.- Diez años después de protagonizar uno de los hitos de la televisión y de la música española con su victoria en el concurso "Operación Triunfo", Rosa López regresa con un "look" más salvaje y un disco integrado por temas discotequeros, melódicos y una versión actualizada de "Yo no soy esa" de Mari Trini.

"Yo me muevo mucho por impulsos y ahora me siento así, explosiva", ha dicho hoy en una entrevista con EFE sobre su estado de ánimo actual y su corte de pelo afro, más acorde con la imagen de gran diva de la música que ella, humilde hasta la médula, se apresura a desmentir a cada instante con sus palabras.

En realidad, tiene motivos para estar más que orgullosa y demostrarlo. "Rosa López", su séptimo disco, sale mañana a la venta en soporte físico, pero la versión digital, que lanzó la semana pasada, llegó a ser número 1 de ventas en iTunes a las pocas horas.

En general, dice, su elaboración ha sido como "un paseo por la playa, escogiendo las conchas más bonitas" que se encontraba a su paso, de la mano de los productores y compositores Alejandro Pinedo y Jesús Cañadilla, tras su grata experiencia con José Luis Perales en su anterior álbum.

El título marca el comienzo de una nueva etapa en la que ha estado mucho más involucrada, desde la instrumentación a la selección de temas, la fotografía o la imagen. Tanto, que no duda en afirmar: "Éste es mi disco".

Compone desde los 12 años, pero ésta es además la primera vez que publica un tema de su autoría, "Amor amargo", un mensaje de apoyo a la mujer.

"El disco tiene un toque feminista, pero no porque piense que la mujer es mejor que el hombre, sino porque me gusta que sea fuerte y no se venga abajo. Es una forma también de darme fuerza a mí misma", argumenta.

Entre esos cortes reivindicativos, destaca el primer single, su versión bailable de "Yo no soy esa" de Mari Trini. Fue una amiga suya la que soñó con Rosa cantando esta canción, que a su vez era una de las que le cantaba su idolatrado padre, ya fallecido, siendo niña.

Aquello debió de parecerle una señal y comenzó a emocionarse con la idea de rendir tributo a "una poeta -dice- que vendió millones y millones de discos y tuvo una proyección tremenda, sin ser reconocida como tal artista".

Desterrado queda el famoso asador de pollos al que habría entregado sus días si no hubiese sido por su victoria, hace diez años, en la exitosa primera edición del concurso de talentos "Operación Triunfo".

"Me escapaba como podía del asador, pero de limpiar los pollos no me quitaba nadie", recuerda divertida.

Al hacer balance de esta última década, afirma que no se arrepiente de nada. "No sé si tengo que estar en algún lado. Yo sólo busco ser feliz con lo que hago. Mi padre siempre decía que cuando uno es feliz, todo sale bien", sentencia.

Asegura que se sintió tocada tras las repentinas muertes de dos de sus ídolos, Whitney Houston y, sobre todo, Donna Summer, a la que rendía un homenaje en sus conciertos.

"Cuando murió Donna, me dio una lloriquera... Uno de mis sueños era conocerla y se me derrumbó algo por dentro", dice apenada esta artista, que se reconoce seguidora de un sinfín de estilos, como el soul clásico de Aretha Franklin.

Muchos son los que la apremian para que lance su propio disco de soul, habida cuenta de su potente y matizado registro, pero ella, como sin creérselo del todo, dice "un disco de puro soul no vende".

"No se puede. Todo tiene su tiempo y yo creo que todavía no tengo esa clase. Crees que eso no se me ha pasado por la cabeza? Pero... Los peros siempre están", remata con un poso de fantasía en la voz.

Aún le quedan facetas por descubrir, como su gusto por Janis Joplin o Metallica. "En mi juventud era heavy y me gustaba vestir de morado", confiesa traviesa.