Roberto Sueiro sobre demanda contra artistas del género pop/urbano: “En el ritmo no existe derecho autoral”
La firma Steely & Clevie Productions demandó a una treintena de artistas, entre ellos, Daddy Yankee y Luis Fonsi, alegando que usaron el ritmo del tema “Fish Market”, de 1989.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 1 año.
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Más de una treintena de artistas de los géneros urbano y pop, figuran como demandados por presunta violación a los derechos de autor del tema “Fish Market” (1989), reclamación que para el abogado Roberto Sueiro será “cuesta arriba” probar, además de costar mucho tiempo y dinero.
La firma Steely & Clevie Productions presentó la amplia demanda en el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, Distrito Central de California, contra artistas de gran renombre en el ámbito musical, entre ellos, Daddy Yankee, Luis Fonsi, Karol G, Pitbull, Ozuna y Wisin & Yandel, a quienes se les señala haber usado ilegalmente el ritmo o compás de “Fish Market” -según el mismo patrón de sonidos e instrumentación- en decenas de canciones reconocidas dentro del género urbano, específicamente el reguetón.
Entre los temas en los que supuestamente se usó el ritmo sin autorización se encuentran los éxitos “Gasolina” y “Despacito”, pero en el caso particular de Daddy Yankee se le señalan violaciones en cerca de 40 canciones.
De acuerdo con el licenciado Sueiro, experto litigador en temas de derechos de autor o copyright, la demanda es una “frívola”, principalmente, porque los ritmos o compases no son cobijados por derechos autorales, pues hacerlo sería apropiarse de un género musical.
“Cuando vas a analizar desde el punto de vista de derecho autoral una canción, la tienes que dividir en tres componentes principales: armonía, ritmo y melodía, y aquí básicamente, donde supuestamente existe el infrigement es en una parte que no es melódica, que es simple y llanamente rítmica y en el ritmo no existe derecho autoral. Nadie se puede apropiar de un ritmo porque sería apropiarse de un género”, advirtió Sueiro por vía telefónica.
“El otro problema que tiene la demanda es que está aludiendo a que hicieron un sampling de la música. Yo escuché ‘Fish Market’ y un sampling no es otra cosa que coger una pedazo de la grabación, del sound recording, y sacarlo de ahí y utilizarlo en otro lado. Eso es copyright infrigement, pero qué pasa, para probar que eso fue así tienes que probarle al tribunal que exactamente los mismos sonidos que se hicieron en esa grabación se utilizaron en el otro lado”, apuntó el abogado.
Para probar ese tipo de violación, se tendrían que presentar las grabaciones originales y examinarlas para determinar que son las mismas huellas digitales de los sonidos usadas en otras grabaciones.
“Yo puedo haber escuchado ese ritmo en esa canción y reproducirlo, crearlo solo por acá, con una batería nueva, con unos sonidos nuevos, pero que termine teniendo la base rítmica de reguetón, y estos tipos lo que están tratando de hacer es básicamente apropiarse de un género a través del ritmo del reguetón”, expuso.
¿Cuándo sería una violación a los derechos autorales?
“Si ellos cogieron un pedazo del sound recording, de la grabación, y tal cual está ahí lo cogieron y se lo pasaron a una canción, así hubiese usurpación de derechos autorales, pero no es por el ritmo, es por la usurpación de la grabación”.
Estoy casi seguro que en ninguna de esas canciones se usó el mismo ‘Fish Market’, lo que hicieron fue copiar la base rítmica y ellos la hicieron a su estilo”
-Roberto Sueiro, abogado especialista en derechos de autor
¿Por qué esperar tanto tiempo para hacer la reclamación y acumular tantas presuntas violaciones?
“No estaban seguros y recientemente salió un caso de la canción ‘Blurred Lines’, de Robin Thicke, que lo demandaron los herederos de Marvin Gaye y ese caso lo ganaron los herederos, porque Robin Thicke tenía una base rítmica bien parecida a una de las canciones de Marvin Gaye. Lo que ocurre es que un jurado que no sabe nada de música determinó que había similaridad entre esos dos y el Circuito confirmó la sentencia, pero ese caso es una aberración. Ahí se buscaron una manera de equivaler el patrón rítmico a la melodía de la canción, eso fue un disparate”.
Sueiro estima que este caso pudiera estar en el tribunal por alrededor de cuatro a cinco años, en caso de que no surja alguna transacción o acuerdo previo.
“Ya está costándoles tiempo y dinero y los demandantes saben que tienen que tener un abogado y tienen que tener alguien ayudándolos con recursos porque este caso va a costar un montón de chavos y probablemente eso es lo que están buscando, como estrategia, demandar a un montón de gente para que todo el mundo ponga en un pote y que ellos se vayan con su bolsillito cantando”, concluyó el letrado.