Cientos de personas pasaron por la sede del Instituto de Cultura Puertorriqueña durante la tarde de este lunes, evidenciando que Antonio Cabán Vale “El Topo” dejó una huella imborrable en entre sus amigos, conocidos y, sobre todo, en el pueblo puertorriqueño.

Desde las 11:00 a.m., el antiguo Asilo de Beneficencia en el Viejo San Juan abrió sus puertas ayer al público para darle un último adiós al cantautor, poeta y músico que dio vida a verdaderos clásicos de la música puertorriqueña como “Verde luz”, “Flor de amapola” y “Amante corazón”, entre muchos otras.

“Papi quiso que lo veláramos aquí en el Instituto de Cultura Puertorriqueña y en Moca. No hay dos lugares más idóneos que estos, uno por lo que él representó para el arte en Puerto Rico y el otro por ser el pueblo que lo vio nacer”, expresó Adeán Cabán Butter, hijo de “El Topo”.

Relacionadas

Al ser preguntado sobre cómo le gustaría que recordaran a su padre, no dudó en contestar: “Como lo que era, como un hombre sencillo, un hombre de pueblo, que amaba su tierra, que se divertía por las cosas sencillas del amor, de la vida, de la naturaleza. Su testimonio vivo está en sus canciones, que están vivas y solamente deseo que las nuevas generaciones conozcan su trabajo, conozcan la historia de las canciones, por qué las hizo y de dónde sale ese amor patrio tan grande que todos los puertorriqueños debemos tener”.

Un mural en el parque de pelota Peregrín Muñiz, en Moca, ha sido el lugar donde los compueblanos le han dejado a Antonio Cabán Vale arreglos florales y otros símbolos patrios. El cantautor falleció el martes, 23 de julio de 2024, en los brazos de su hijo.

Aquellos que estuvieron esperando desde temprano para rendir homenaje al músico fallecido el pasado 23 de julio se encontraron dentro del salón multiusos del ICP con cerca de 50 sillas, y que estaba dividido en dos. A la derecha del salón se encontraba un elegante féretro azul, donde en su interior y a la vista de todos, reposaba el cuerpo del artista ataviado con una camisa manga corta verde, un rosario entre sus manos y sus inseparables espejuelos. También dentro del ataúd estaba una imagen de la Virgen de la Divina Providencia y cubriéndolo, una bandera de Puerto Rico. A ambos lados del ataúd había tres obras de arte con imágenes del cantante acompañado de su guitarra.

“Para nosotros en el ICP es un honor ser parte del velatorio de El Topo, porque fue una persona que caló un mundo en la memoria del pueblo. Qué mejor que tenerlo aquí, donde colaboró por muchas décadas”, expresó Carlos Ruiz, director ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriqueña. “El Topo fue uno de esos artistas únicos que compuso una canción que el pueblo acogió como un himno nacional y creo que ese es el mayor regalo que se le puede dar en vida a cualquier artista. Para nosotros es un honor y un deber, ambas cosas, tenerlo aquí y abrir la sede”.

Por dicho salón pasaron cientos de personas, entre familiares, amigos y colegas, muchos de ellos del mundo del entretenimiento local, quienes se acercaron al ataúd y le rindieron homenajes silentes. Entre otros, se destacaron Carlos Esteban Fonseca, René Monclova, Josie Latorre, Silverio Pérez y José Vega “Remi”.

Actos artísticos en recordación

Durante el velatorio se llevó a cabo una serie de presentaciones artísticas, realizadas por cantantes y compositores que conocieron a El Topo y que en algún momento de sus carreras cantaron temas de su repertorio.

A la izquierda del salón, al lado contrario del féretro, se montó un pequeño escenario con micrófonos y bocinas por donde pasaron Silverio Pérez junto a Josie Latorre, Eric Landrón, Jerry Segarra, Yadira de Jesús, la Banda Acústica Rodante, Chucho Avellanet, Eduardo Villanueva, la Tuna de la Universidad de Puerto Rico y la Tuna Dorada, y la agrupación El Guajiro.

Uno de los momentos más emotivos durante el día ocurrió cuando Pérez y Latorre interpretaron “Verde luz”, de la autoría de Cabán Vale, que fue tarareada y aplaudida respetuosamente por los presentes en el momento.

“Aquí sentada, mirando el féretro, he podido reflexionar que fueron muchos los años de lucha desde aquella década del 1970 en las calles. Esa década que fue tan tumultuosa y cómo El Topo jugó un papel tan importante en comunicar el mensaje”, destacó Latorre mientras esperaba para cantar varias piezas compuestas por Cabán Vale. “Antes de El Topo, lo que nosotros cantábamos era música panfletaria, de barricadas, ‘fuego, los yankis quieren fuego’, ‘guerrilleros, guerrilleros’. Pero es El Topo el que de momento viene y sale con esta poesía cantada y a todos los compositores los puso a mirar en su interior y enseñó que se podía enviar un mensaje patriota, pero dentro de la belleza de la poesía”.

Tres días de exequias

Nacido en Moca en 1942, el autor de “Antonia” y “Solina, Solina”, venía confrontando problemas de salud desde hace unos años. De hecho, el 20 de febrero de 2021 sufrió un accidente cerebrovascular que le ocasionó que la mitad derecha de su cuerpo se inmovilizara, por lo que estuvo al cuidado de su hijo Adeán. Esto lo mantuvo alejado de los escenarios en los últimos años de su vida.

Los actos fúnebres de Cabán Vale continuarán hoy con una misa en la Catedral de San Juan Bautista, en el Viejo San Juan, a las 9:00 a.m. Una vez concluida saldrá una comitiva fúnebre en dirección al pueblo de Moca, donde habrá un velatorio en el Coliseo Dr. Juan Sánchez Acevedo a partir de las 2:00 p.m., concluyendo a las 9:00 p.m. Mañana se llevará a cabo una celebración eucarística en el mencionada arena, a las 10:00 a.m., seguido por el sepelio del artista, a las 12:00 p.m., en el Cementerio Los Sauces Memorial Park, en Moca.