Con Ricardo Arjona no suele haber términos medios. Hay quienes solo con escuchar su nombre tienen suficiente para un gesto de desaprobación. Pero hay otros que lo aman, que adoran sus composiciones marcadas precisamente por los contrastes, que cantarán sus canciones sin importar cuántas veces suenen en la radio ni que repita el mismo sustantivo 32 veces en un mismo tema, y que aplaudirán sus metáforas porque retratan con palabras las complejas ironías de la propia vida.

Al final del día, son esos últimos los que cuentan, ¿no?; los que escuchan y entienden, los que compran sus discos y copan sus conciertos, aunque apenas hayan pasado seis meses entre una y otra presentación.

Relacionadas

De esos, miles llegaron esta noche al Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot para presenciar una segunda puesta en tarima de “Viaje Tour”, el mismo concierto que el cantautor presentó el pasado 20 de febrero en el mismo recinto y con el que ha recorrido ciudades estadounidenses y latinoamericanas. Esos son los fanáticos boricuas que Arjona describe como “una familia de gente tan fiel”, según contó en una entrevista publicada esta semana en El Nuevo Día. 

Para ellos, el bohemio guatemalteco volvió a montarse en la bicicleta que abre el espectáculo que se ha colocado al tope de la lista de giras con mayor venta de boletos en Estados Unidos de la revista Billboard e interpretó de nuevo su selección de canciones que se configuran como un viaje con paradas en sus más exitosas producciones, desde Animal Nocturno, hasta la más reciente, homónima con la gira.

Como aquella vez, pero como también es característico de sus presentaciones, la puesta en escena fue ambiciosa e igualmente impecable, enmarcada en animaciones de alta definición que se proyectaban sobre el fondo del escenario y que daban la impresión de que ocurría un movimiento continuo más allá del espacio. Le acompañaron nueve músicos.

Arjona abrió con A la luna en bicicleta, continuó, guitarra en mano, con sus 32 menciones de la palabra “problema” en El problema y luego con su indecisión entre el sí y el no en Dime que no.

Sentado sobre una vieja maleta, tuvo el primer intercambio con su público. 

“Vengo de un país que dispara malas noticias desde que tengo uso de razón. Las malas noticias de nuestros países no tienen que ser motivo para afligirnos. El hecho de que estamos aquí es una muestra fehaciente de que a pesar de los pesares la gente insiste en pasar un buen rato. Hagan de este señor lo que a ustedes les dé la gana”, dijo para introducir la atmósfera de la velada, aparentemente informal, pero evidentemente muy bien ensayada.

Entonces comenzó una reflexión sobre el uso de los celulares y aconsejó que “los besos no se mandan, los besos hay que darlos”.

Seguidamente, marcó la diferencia entre decirle a una mujer “no es ninguna aberración sexual, pero me gusta verte andar en cueros” a cantárselo. “Descubrí que esto era lo que quería hacer por el resto de mi vida”, agregó para continuar con el tema que así comienza, Desnuda. 

Como preámbulo a Cavernícolas, el artista habló sobre cómo la distancia y el trato entre las parejas permite adivinar cuánto tiempo de relación llevan. Para Historia de un taxi, apareció montado en un vehículo descapotado con su violinista.

Y antes de “Señora de las cuatro décadas”, como ya se sabía que Arjona se hacía acompañar de alguna de sus fanáticas del público en esta parte, algunas fueron con carteles que reclamaban su atención. “No me dejes cumplir 50”, leía la cartulina con la que una de las asistentes convenció al artista de elegirla para cantarle. Tras varias estrofas, “Katia” apareció en el escenario sobre una butaca y, cuando terminó la interpretación, ella quedó  sentada sobre la falda del artista.

La sorpresa de la noche fue la aparición en tarima de Tommy Torres para entonar a dúo Asignatura pendiente.

El concierto culminó con el éxito Mujeres, y así, de nuevo, Arjona, el cantautor, el filósofo, el bohemio, el experimentado del amor cantó a las vírgenes, a las infieles, a las engañadas, a las que se fueron, a las señoras de cuatro décadas, a las que llegaron tarde, y, de nuevo, sus fieles lo celebraron.

Repertorio

A la luna en bicicleta

El problema

Acompáñame a estar solo

Dime que no, Cuando, Desnuda

Invertebrado

Piel pecado

Cavernícolas

Historia de taxi

Señora de las cuatro décadas

Si el Norte fuera el Sur

El amor

Te conozco

Sin daños a terceros

Lo poco que tengo

Te quiero

Apnea

Fuiste tú

Set acústico

Minutos 

Mujeres

Lee más historias.