Quique Domenech: 30 años de amor al cuatro
El cuatrista celebra 30 años de carrera de la mano del artesano de cuatros Jaime Alicea.
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
PUBLICIDAD
Hace 12 años, el cuatrista Quique Domenech tocó a la puerta del artesano Jaime Alicea para encomendarle la tarea de hacerle un cuatro a su medida.
Lo que en ese momento desconocía el artista es que entre ambos se desarrollaría una relación de hermandad y confianza que ha sido fundamental para su carrera.
Con motivo de la celebración de su 30 aniversario interpretando el cuatro puertorriqueño, Quique Domenech llevó a Primera Hora al taller del artesano Jaime Alicea en Vega Baja, donde se esconde el secreto detrás de sus cuerdas.
En el humilde lugar de trabajo de Alicea, donde el olor a madera abunda y el piso es de tierra para “mantenerse con los pies bien puestos” , Quique Domenech, Jaime Alicea y su hijo, Javier, conversaron sobre esa relación entre el artesano y el cuatrista.
“Imagínate tú lo importante que es la relación entre cuatrista y artesano, que don Jaime tiene que crear mi instrumento de trabajo. Él tiene que crear el instrumento con el cual yo llevo la comida a mi casa”, expresó Quique Domenech.
“Uno, como músico, tiene unas inquietudes en el instrumento porque quizás quieres mejorar algunas cosas, y yo comparto eso con él y él me da sugerencias. Es en ese intercambio, en esa relación, que se crea el instrumento perfecto para el músico”, agregó el cuatrista.
Jaime Alicea, quien también lleva 30 años de carrera, pero confeccionando cuatros, compartió que trata de complacer a todos sus clientes, buscando siempre que se sientan cómodos con su instrumento.
“Quique es exigente, pero no solo él, sino todos aquellos que son músicos, porque el que no es músico toca cualquier cosa, pero el que sabe de afinación, sonido y volumen, es exigente”, explicó el artesano, quien ha desarrollado la edición Serie Dorada, que se caracteriza por su excelente confección.
Quique Domenech relató que conoció a don Jaime en el año 2000, luego que su anterior artesano, Eugenio Méndez, falleciera. Desde que conversó con él por primera vez, la química surgió, y luego se acentúo cuando pudo tocar su primer cuatro Serie Dorada, hecho en laurel y yagrumo.
“Desde que salí de aquí nunca lo solté ni lo he soltado. Este es el cuatro que me acompaña a todos lados; ha viajado conmigo y he grabado con él. Ya he establecido una relación con el instrumento que se ha vuelto parte de mí”, narró el artista, quien también guarda una relación de amistad y hermandad con Javier Alicea, hijo de don Jaime, quien es músico y artesano.
“Javi es la segunda generación de Serie Dorada y mi relación con él también es importante porque hablamos el mismo idioma. Somos contemporáneos y sabemos las cosas que queremos hacer con el instrumento que quizás los maestros anteriores no hacían, como son las medidas, las escalas”, comentó Quique Domenech.
Seguidamente, don Jaime, expresó en broma: “Ahora tengo dos problemas porque tengo el que me exige (Quique) y el que me regaña (su hijo) en el taller”.
Luego de su comentario, todos comenzaron a reírse y don Jaime siguió con sus cuentos y refranes, mientras Quique Domech escuchaba con atención, dejando entrever de dónde es que proviene la esencia de sus cuerdas.