Pandora: de coristas a estrellas
Traerán el concierto Pandora: de plata a Puerto Rico.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
PUBLICIDAD
Si alguien te susurra al oído tarareando: ¿Cómo te va, mi amor, cómo te va?..., ¿cuántas probabilidades hay de que le contestes: En el silencio la pregunta entre tú y yo...?
Isabel Lascurain dice que hay 99.99 por ciento de que sí lo hagas, al menos, si eres hispanoamericano.
En 1985 se abrió una caja de Pandora que dos años después se tradujo en un icono de la balada pop en español. Tres vocalistas femeninas interpretaban el número que representó a Hispanoamérica en el tope de las 20 mejores canciones de los años 80 del canal VH1. En las voces de las hermanas Isabel y Mayte Lascurain, y su prima Fernanda Meade, el tema ¿Cómo te va, mi amor? marcó una época.
Las integrantes del trío mexicano Pandora lograron rebasar el papel de coristas para convertirse en las estrellas del estudio y del estadio. Hasta el momento, hazañas similares sólo han ocurrido con grupos masculinos o mixtos.
Es complicado conseguir las armonías, es difícil compartir el escenario, es tentador perseguir el divismo. Al final, las protagonistas son las canciones o, más bien, las interpretaciones que alcanzan trascender las cintas, los discos y los MP3 digitales, para quedarse en la memoria colectiva.
“Y ése es el orgullo más grande que tenemos nosotras como artistas”, afirma Lascurain, una de las cantantes originales del grupo.
“Es profundamente hermoso que las personas tengan en sus mentes los coros de canciones como ésa –que es una composición del nicaragüense Hernaldo Zúñiga–, temas como Alguien llena mi lugar, Atrapada, Como una mariposa, No puedo dejar de pensar en ti, No lastimes más, Con tu amor... y tantas otras. Es bello que las canten a la menor provocación”, expresa Isabel en entrevista telefónica con este diario.
Ese espíritu de fidelidad es el que sienten en Puerto Rico, a donde traerán el concierto Pandora: de plata el próximo domingo, 28 de agosto en el Centro de Bellas Artes de San Juan.
“De verdad, no podría enumerar un solo recuerdo, pero yo cierro los ojos y veo Bellas Artes cantando afinadito y se emocionan mi corazón y mis oídos. Es increíble la pasión que demuestran”, manifiesta Isabel Lascurain.
La baladista se muestra conmovida con la enorme presencia juvenil que dice observar en las presentaciones alusivas a este álbum.
“Lo que a mí me sorprende es lo que está pasando con este disco de nosotras porque vemos sorpresivamente en nuestros shows a un público que pueden ser abuelitos de 75 años, pero hay más adolescentes, personas muy jóvenes, de 25 años, de 18, de 13. En Twitter nos escriben chavos (nenes) de 16, 17 años que buscan esta música”.
La única razón que se le ocurre a Isabel para explicar este fenómeno que, según ella, está sucediendo con los jóvenes es que en la actualidad escasean las agrupaciones femeninas dedicadas a la balada pop.
“Lo que pienso es que hoy en día no encuentran esa música, excepto en Reik, Camila, Sin Bandera, pero todos son varones. El público quiere este concepto en voces de mujeres y no lo hay”, atisba la intérprete mexicana.
¿Y usted cree que sea importante el detalle del género para que se sostenga un grupo?
Pues podría ser. Entre las mujeres existe más esa idea de la diva, de la estrella. Por un lado, tienes que compartir el escenario y aprender a grabar juntas. Por el otro, hacer las armonías no es nada de fácil como muchas personas piensan. Es algo que cuesta trabajo para que quede bien; hay que escuchar, hay que ceder, hay que hacer un equipo. Conseguir la unión cuesta más trabajo.
Y en el caso de Pandora, esta declaración se puede constatar con hechos. En 1988, Fernanda Meade abandonó el trío para forjar una carrera como solista. Liliana Abaroa ocupó su lugar de 1989 a 1996, etapa en la que Pandora cosechó éxitos como Matándome suavemente, una traducción de Killing Me Softly, y Desde el día en que te fuiste, versión en español de Without You.
En 1996, el entonces manejador del grupo, Fernando Iriarte, tuvo que hacer largas negociaciones y satisfacer una lista de condiciones para que Meade regresara al conjunto, hazaña que pocas veces se suscita tras la disolución de grupos, indica la página oficial de Pandora.
Para Isabel, sin embargo, las rivalidades y disgustos son muchas veces percepciones erróneas de los medios de comunicación. La intérprete ofrece como ejemplo los supuestos roces con el grupo Flans, otro trío femenino, en los inicios de los años 90.
De hecho, Pandora grabó con Ilse y Mimi, de Flans, la melodía Las mil y una noches, incluida en Pandora: de plata.
“Sí había competencia y nos fijábamos en lo que hacíamos de parte y parte, pero nos llevábamos muy bien, nos caíamos bien y nos admirábamos. Éramos dos grupos de personas trabajadoras”, explica Lascurain.
Es que, en tiempos de los reality shows de canto, Isabel Lascurain sigue creyendo en el método tradicional de labrar fama como cantante: el trabajo intenso.
“No estoy en contra de los realities, pero nosotras empezamos a hacer jingles en radio y televisión, y haciendo coros para muchos artistas, no tanto en el escenario, sino también en los discos. Todo eso que se llama trabajo fue lo que después se convirtió en éxito”, analiza la cantante contestando por qué fracasan muchos de los ganadores de esos concursos y por qué hoy hay muy pocas canciones tan memorizadas como ¿Cómo te va, mi amor?.